3 claves para el aprendizaje: curiosidad, investigación e imaginación.

Existen tres factores claves en el aprendizaje, y en nuestro desarrollo como personas, a los que solemos prestar poca atención. Son los grandes olvidados en los programas educativos, pero al mismo tiempo se erigen como pilares imprescindibles en la educación. Me estoy refiriendo a la curiosidad, la investigación y la imaginación.

La curiosidad es el motor que mueve al ser humano. La necesidad de conocer y comprender lo que sucede en su interior, así como el entorno en el que vive, es la fuerza que empuja su vida. Como un río, la curiosidad puede sembrar el caos o ser motor de desarrollo humano. Si conseguimos que cada persona sea consciente de esta enorme capacidad, y la ayudamos a conducirla hacia sus propias metas, habremos dado un paso enorme en la mejora de la educación. El proceso de enseñanza-aprendizaje no debe estar dirigido hacia la respuesta, si no hacia la pregunta.

La pregunta nos hace más libres, porque genera en nosotros/as una incertidumbre que nos incita al movimiento, a la búsqueda. Estamos diseñados/as para indagar, para explorar y por eso la educación debe basarse en este principio.

De la curiosidad nace el deseo de conocer, de indagar, de investigar acerca de un tema. El espíritu investigador es el hijo de la curiosidad. Las preguntas no hacen libres, nos desatan de las cadenas de la certidumbre, del “esto siempre ha sido así”. En los momentos de duda es cuando se alcanzan nuevos conocimientos y cuando desarrollamos nuestras capacidades en mayor medida. Sin embargo, corremos el riesgo de viajar a la deriva, perdidos/as en un “mar de dudas”.

Desarrollar métodos de investigación, como el inductivo o el deductivo, son claves para transitar con éxito y tranquilidad la senda de la investigación. En el proceso de enseñanza debemos, como docentes y educadores/as, facilitar la adquisición de estos mecanismos, que proporcionan las bases del autoaprendizaje.

Trabajar por proyectos es una muy buena metodología para potenciar el aprendizaje de la investigación. Implica trabajar en base a una hipótesis, buscando un razonamiento causal que permita decidir si es correcta o no una afirmación. Además, supone una excelente forma de trabajar en equipo, de modo que se produzcan aprendizajes colaborativos. Desde la perspectiva de las inteligencias múltiples, puede ser muy interesante alternar entre grupos homogéneos (en los que predominen personas con unas inteligencias más desarrolladas) y heterogéneos.

La imaginación es posiblemente la capacidad más útil del ser humano. Nos permite moldear nuestros recuerdos para crear nuevas posibilidades. Frente a la lógica, que nos proporciona estabilidad y causalidad en nuestras relaciones con la vida, la imaginación permite desbordar los límites de lo real para crear algo nuevo.

Al igual que las inundaciones del Nilo, que depositaba sedimentos fundamentales para la agricultura, la imaginación es sinónimo de vida. Gracias a ella enriquecemos nuestra mente con “sedimentos” nuevos, ricos en alternativas, que nos permiten generar soluciones innovadoras. De hecho, en la Sociedad de la Información, se ha considerado la innovación como una necesidad esencial, a pesar de que no se educa para ella. Cambiemos de paradigma y eduquemos para la innovación.

 

 

Texto original: http://goo.gl/cKxhww

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