Hacia una Teoría Subjetiva del Aprendizaje

La teoría subjetiva del valor es una idea que sostiene que las cosas valen porque las personas las valorizan, con independencia de la cantidad de trabajo o capital que ese bien haya insumido en su elaboración. Esta idea, hoy un tanto obvia e intuitiva, significó un giro de 180° en la teoría económica, y encontró en la Escuela Austríaca de Pensamiento Económico a sus grandes propulsores. En el primer trabajo económico de esta disciplina, escrito por L. von Mises a principio del siglo XX, se despliega una persuasiva teoría alrededor de la motivación y praxis propia del ser humano, que lo lleva a actuar y decidir basándose en forma consciente o inconsciente en contrastaciones de utilidades marginales.

De la misma manera que ocurrió en economía, los avances en las teorías del aprendizaje están produciendo un giro igualmente trascendente. La idea de que los niños aprenden si se les enseña bien, paulatinamente va siendo reemplazada por aquella que dice que los niños aprenden si lo desean. Nuevas teorías, como la del aprendizaje mínimamente intervenido, propuesta por Sumatra Mitra, ponen mayor acento en el diseño adecuado de los espacios de aprendizaje, señalados como activadores de la curiosidad, la indagación y la búsqueda del significado, que en la elección de los contenidos.

Se denomina entorno enriquecido de aprendizaje (EEA) a aquel que habilita la utilización de todos los sentidos en la adquisición de la información. En comparación con el formato áulico clásico, que persigue una consigna de aprendizaje memorístico, el EEA recrea con mayor fidelidad la exposición del individuo a una experiencia multi dimensional y sensorial, similar a la que ocurriría de no mediar sistema educativo o institución alguna. En el EEA, el enriquecimiento del aprendizaje proviene de múltiples fuentes e instrumentos, produciendo una mayor utilización de ambos hemisferios cerebrales, verificable científicamente a partir de la obtención de cerebros con un córtex más grueso, mayor cantidad de ramificación dendrítica, más prolongaciones de crecimiento y mayores cuerpos celulares.

La presencia de EEA, al desdibujar parte de la representación artificial organizada discrecionalmente dentro del aula, aumenta la naturalidad con la cual el estudiante, despliega sus capacidades neurocognitivas, generando el espacio para la expresión y participación de la emocionalidad en el proceso de aprendizaje. Durante un proceso de esta naturaleza, se produce una convergencia de la racionalidad y de la emocionalidad, pues los sistemas están tan interconectados que los componentes químicos de la emoción se liberan casi de modo simultáneo con la cognición. Habilitar la expresión y participación espontánea de las emociones en el proceso de aprendizaje permite dirigir la atención hacia los lugares deseados y no hacia los contenidos impuestos, creando significados originales y propios, y dejando registros en la memoria de una forma particularmente rica y compleja. La sinfonía entre el cerebro pensante y el cerebro afectivo aumenta el nivel de captura de información, enriquece la creación de significados y potencia el nivel agregado del aprendizaje, de la persona y de su rendimiento.

Los EEA representan el formato y diseño espacial y conceptual hacia el cual el espacio áulico debe mirar y migrar. En los EEA, la propensión de involucramiento del aprendiz hacia el aprendizaje es mayor y ocurre con espontaneidad, reduciendo la necesidad del direccionamiento y guía, y aumentando la disposición hacia la creación de aprendizajes significativos. Las amenazas como diseño instruccional estimulador del aprendizaje por defecto, no resultan un mecanismo eficaz desde el momento que crean un ambiente que restringe la participación de los sentidos a través de la presencia de tensión, estrés, amenazas y ansiedad. La eliminación de las amenazas y la creación de un clima generador de confianza, curiosidad, cooperación, relación y autocontrol, favorecen la dinámica del aprendizaje y el desarrollo de la capacidad de "aprender a aprender".

Es importante remarcar la relevancia del significado en el aprendizaje, no solo como un activador de la curiosidad en una proyección futura, sino también como un mecanismo de formación de conceptualizaciones, argumentaciones y reflexiones más sofisticadas, complejas y originales. El significado está relacionado, al menos, con uno de estos tres factores: relevancia (es una función de la elaboración cerebral de una conexión desde los neuronales existentes), emociones (se desencadenan por la química del cerebro (y contexto (provoca una elaboración de modelos particulares).

Una teoría subjetiva del aprendizaje captura en forma plena los avances y teorías implícitas anteriores. Así como en economía se sostiene que las cosas valen porque alguien las valora, en educación también se puede afirmar que los aprendizajes se fijan con mayor eficacia y significado en el cerebro cuando son el resultado de un proceso autogobernado de indagación y experimentación.

Por supuesto que este planteamiento, científicamente comprobado y validado por abordajes que en el terreno demuestran resultados contundentes de aprendizaje, encuentra natural resistencia dentro del sistema educativo, principalmente por el nuevo rol definido para el docente. En los EEA, el docente, ahora convertido en tutor, acompaña al aprendiz en un proceso individual de exploración e indagación, proveyendo espacios y momentos para la reflexión. El centro del aula, antes territorio exclusivo de un docente todo poderoso, es ahora ocupado por tantos trayectos educativos como alumnos haya, difiriendo en cada caso de acuerdo a las preferencias, vocaciones y experiencias anteriores de cada aprendiz.

Es por tal motivo que la creación de experiencias de aprendizaje debe convertirse en un campo de investigación especialmente relevante para la pedagogía y la práctica de aula. Si, como dijo recientemente el especialista Rivas, las aulas de la región en la actualidad no son aptas para el aprendizaje[1], es mandatorio crear entornos, instrumentos y prácticas que conecten más fielmente con la idea de que los mismos aprendices son quienes deben y pueden apropiarse del trayecto de adquisición de información, contenidos y significados. Esto es lo que denomina valor, y es lo que da sentido a una nueva teoría.

 

La entrevista completa realizada a Axel Rivas, publicada en el diario La Nación el 22/dic/2013, pueden encontrarse en la siguiente liga: http://www.lanacion.com.ar/1649624-axel-rivas-el-problema-de-fondo-es-que-nuestras-aulas-hoy-no-son-aptas-para-el-aprendizaje    

Juan Maria Segura para Cengage Learning Latinoamérica

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