Innovación y aprendizaje híbrido

La educación ha sido un elemento esencial en las culturas de todos los tiempos que han construído civilizaciones. Desde los antiguos romanos y romanos, pasando por las culturas indígenas de Mesoamérica, hasta nuestros días. Todos los grandes imperios han educado a sus pueblos a través de distintas ramas del saber. Educar es una constante que permanece, cambiando de formas, de objetivos, de medios. Educar para mantener la soberanía de las naciones, educar para mirar al futuro de frente. Educar, con medios tradicionales, educar con medios altamente tecnológicos, pero siempre con la intención de proveer una armadura intelectual que forje personas que sepan actuar, que sepan tomar decisiones.

Actualmente, la educación de la civilización occidental, está fundada sobre las bases de la era post-industrial. Durante la era industrial, la revolución de las máquinas, surgió el énfasis en adquirir habilidades que prepararan a las personas para incorporarse en las grandes fábricas de manufactura de electrodomésticos. Estas fábricas surgieron de la producción de armas, para luego convertirse en producción de electrodomésticos. La educación actual sigue este patrón de formar estudiantes que aporten a la estructura de producción de máquinas y es al mismo tiempo estructurada para producir profesionistas en serie, como si fueran electrodomésticos. Dudo haya sido con una clara intención, sino tal vez como efecto colateral del sistema educativo, emulando el sistema de trabajo de una fábrica.

¿Qué es lo que necesitan realmente los estudiantes?

Sin embargo, los tiempos han cambiado. La última década nos ha hecho espectadores de un sinfín, innumerable y ultra rápido río de cambios sociales, tecnológicos y culturales. Los paradigmas que sostenían las sociedades de inicios del Siglo XX se empezaron a difuminar. Las personas jóvenes que viven el Siglo XXI cuestionan muchos de estos paradigmas y nos hacen entonces cuestionarnos ¿Qué es lo que necesitan los jóvenes? ¿Qué es lo que necesitan aprender los jóvenes? ¿Qué es lo que necesitan realmente los estudiantes?

Quienes crecieron durante el Siglo XX no tenían una tablet en sus manos con acceso infinito a videos educativos y de entretenimiento; necesitaban ir físicamente a un salón de clases para aprender. Alguien en persona tenía que enseñarles. En cambio, quienes crecieron durante el Siglo XXI no tienen como condición la reducción del aula al mundo físico, ni la presencia de un profesor que enseñe. Ellos tienen acceso a contenido ilimitado y gratuito para formarse en, podría atreverme a decir, todas las disciplinas del saber. No crecieron en la era industrial sino en la era del conocimiento. Ellos necesitan educarse de acuerdo al tipo  de estudiante que son.

Tipos de Estudiante

En mi experiencia, cuando algo es para todos no es para nadie. En mi experiencia, hay distintos tipos de estudiante y cada uno de ellos necesita un trato ad hoc, un modelo de acompañamiento que los guíe y les dé la confianza para aprender explorando. Ya no es un canal de comunicación unidireccional en el que el profesor llega a dar clase al salón y se va. Ahora, la comunicación es bidireccional y, en el mejor de los casos, es también guiada por el mismo alumno.

Me ha resultado práctico y realista categorizar en tres a los tipos de estudiantes que he conocido en las aulas (Físicas o virtuales). El primer tipo de estudiante yo le llamo estudiante promedio, son aquellos quienes al asistir a clase viven en el presente, esta es su característica principal. Los estudiantes promedio están ahí para aprender y seguir adelante con el semestre, tal vez su horizonte más lejano es graduarse, pero están enfocados en el corto plazo, meses adelante. Tal vez no sean los mejores estudiantes, pero viven pensando en sus retos actuales, sus problemas actuales; necesitan guía del profesor. Después, la segunda categoría son los estudiantes ideales, su característica principal es que viven en el futuro, pues muchos de ellos ya tienen experiencia laboral y por lo tanto son autodirigidos, ya saben lo que no quieren, ya saben lo que quieren de su vida, saben cómo la clase encaja o no con sus propios objetivos a largo plazo. Finalmente, he visto que existe una tercera categoría de estudiantes: los especiales. Son estudiantes especiales quienes van aprendiendo a su propio ritmo y podría parecer que viven en el pasado, pues sus intereses personales les hacen necesitar más apoyo al aprender. No son malos estudiantes, pero su curiosidad es bastante peculiar para preocuparse por lo laboral o para ser catalogados como promedio. Ejemplo de estudiante especial fue Thomas Alva Edison, genio inventor con muchísimas patentes a su nombre y que por tener necesidades especiales su madre lo sacó del sistema educativo y se apoyó en la educación en casa.

Categorizar a los tres tipos de estudiantes ayuda a los profesores y a los directores del sistema educativo a atender, siendo empáticos con quienes reciben la enseñanza. Usar la herramienta conocida como Mapa de Empatía es muy útil y extremadamente recomendable para crear estrategias de acompañamiento a los alumnos pues como ya mencionaba antes, cuando algo es para todos no es para nadie. ¿Qué necesitan realmente los estudiantes? Hoy necesitan un acompañamiento empático que les permite aprender de acuerdo a sus circunstancias, un acompañamiento que les ayude a discernir el camino a seguir que llene sus expectativas no solo con conocimiento técnico sino con una base de solidez humana. Acompañarlos formará no solo buenos técnicos sino buenos profesionistas que aporten a la sociedad cambiante en la que les tocó crecer.

Artículo desarrollado por:

Prof. Carlos Saldaña.

COMPARTIR
Proveedor de soluciones integrales para la enseñanza, el aprendizaje y la producción de contenidos en Latinoamérica.
Copyright © CENGAGE 2024. Todos los derechos reservados
chevron-down linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram