Por qué estoy orgullosa de haber dado clases durante una pandemia: la historia de Melinda Doty

Una nueva década, un nuevo comienzo. Los nuevos años veinte estaban destinados a ser grandiosos. El semestre de primavera de 2020 comenzó como cualquier otro: se prepararon los programas de estudio, se inscribieron los alumnos y comenzaron las clases. Las primeras semanas fueron como cualquier otro semestre hasta que el mundo cambió drásticamente. Los rumores sobre el nuevo virus que causaba la Covid-19 habían circulado desde finales de 2019, pero en EE. UU. nunca pensamos que nos afectaría de forma tan dramática. Estábamos equivocados.

Probablemente nunca olvidemos aquel marzo de 2020 y el semestre de primavera de 2020. Eran las vacaciones de primavera en mi universidad y yo asistía a una conferencia regional. Irónicamente, estaba presentando los beneficios de usar Microsoft Teams en el aula. Mis colegas y yo bromeamos sobre la posibilidad de usar más este programa –entonces relativamente nuevo— si tuviéramos que cambiar al formato en línea. No nos imaginábamos que íbamos a dar clase a través de este medio durante los próximos años.

Han pasado dos años y todavía no hemos regresado a los tiempos anteriores a la Covid-19. Esta nueva normalidad nos ha enseñado muchas lecciones valiosas sobre cómo dar clases durante una pandemia. He anotado algunas cosas que nos han ayudado, a mí y a mis alumnos, a navegar por esta nueva forma de enseñar y aprender.

Busca el balance con flexibilidad

Una de las cosas más importantes que aprendí durante la pandemia es que la flexibilidad es clave. Puedes tener el plan perfecto y, de un día para el otro, todo puede cambiar. Desarrolla tu plan de estudios, establece un horario y crea un plan de respaldo para cambios inesperados.

Debes ser flexible tanto con el diseño del curso como con tus alumnos. Todos hemos sufrido cambios radicales desde que la Covid-19 apareció en escena, también nuestros alumnos: han lidiado con ajustes de horarios, además de ser arrojados a clases en línea a las que no se inscribieron. No estoy sugiriendo que cambies u omitas las políticas normales de tu curso, pero he aprendido que un poco de comprensión y flexibilidad con la asistencia a clase y las entregas, dentro de lo razonable, ayuda mucho al desempeño de los estudiantes. Asimismo, darles la oportunidad de reunirse contigo de forma virtual puede resultar beneficioso.

Humaniza tu clase

En los casi 20 años que llevo en la enseñanza superior, me he esforzado por crear una conexión emocional con mis alumnos personalizando cada clase. Si compartes con ellos cómo te ha afectado la pandemia a nivel personal, sabrán que entiendes cómo se sienten.

Crear una atmósfera en la que los estudiantes sepan que pueden compartir sus sentimientos –positivos y negativos— genera una conexión más profunda y un espacio donde se sienten motivados y listos para aprender. Habla con tus estudiantes, no solo con respecto al trabajo del curso, sino también para saber cómo se sienten acerca de la vida en general. Cuando se sienten conectados contigo, como instructor, tienen más probabilidades de obtener buenos resultados en el curso. Al implementar esta estrategia, descubrí que ha mejorado el rendimiento general de mis alumnos.

Fomenta la interacción: usa herramientas de participación

Algo que perdimos durante esta pandemia es la conexión. La mayoría hemos estado atrapados en nuestras casas con contacto limitado durante dos años. Fomentar la interacción contigo y entre los propios estudiantes es vital para conseguir una clase exitosa. Al usar algunas herramientas de participación, pude interactuar con mis alumnos en un nuevo nivel.

Incorporar estas herramientas te ayuda a fomentar una colaboración interactiva y dinámica tanto en aulas remotas y HyFlex como presenciales. Las salas de reuniones de videoconferencia, Kahoot y Flip Grid son solo algunas de las opciones que puedes usar para impulsar la interacción con sus alumnos. Cuando implementé estas herramientas, recibí tantos comentarios positivos de mis alumnos que ahora incorporo al menos una de ellas en todas mis clases, sin importar el método de entrega.

La planificación y la preparación son cruciales

Como con la mayoría de las cosas en mi vida, prefiero tener un plan. Sin embargo, enseñar durante la pandemia me ha demostrado que una mayor preparación y planificación ayudan enormemente. Yo lo llamo "precarga". Antes del comienzo del semestre, configuré todo lo que pude dentro de mi sistema de gestión de aprendizaje (LMS), y el tiempo me ha demostrado lo importante de este enfoque.

Te recomiendo programar anticipadamente tus lecciones, tareas y anuncios de cursos en función de tu plan de estudios. Esta preparación no se limita a cursos asincrónicos, también sirve para las clases presenciales. Usa el LMS para organizar los materiales del curso y las calificaciones de tus alumnos. Este trabajo de preparación ahorra mucho tiempo necesario para acomodar otros problemas que tienden a surgir con mayor frecuencia desde la pandemia. Si algo me ha enseñado esta época, es que cuanto más organizado estés, ¡mejor!

Proporciona opciones y graba la clase

He aprendido que es importante proporcionar varias opciones. Los estudiantes aprecian tener alternativas para ver y enviar los materiales del curso. Comencé a ofrecer mi clase presencial en vivo, a distancia, así como en el salón de clases. Esto se promulgó más por necesidad que por elección, debido al aumento de los contagios. Lamentablemente, la Covid-19 sigue con nosotros. Como instructores, debemos prepararnos para acomodar las necesidades de nuestros estudiantes a medida que surjan.

Utilizo Microsoft Teams para que los estudiantes en cuarentena participen activamente en la clase en vivo. Así, pueden interactuar conmigo, escuchar la lección y completar las tareas durante la clase. Muchos programas permiten esta estrategia educativa.

Otra opción es grabar tu clase para verla en el futuro. Los estudiantes que asisten a clases presenciales en vivo aprecian las grabaciones, ya que les permite revisar la sesión o aclarar dudas que puedan tener al terminar la clase.

Llena tu taza

Como instructores, nos esforzamos por garantizar que se satisfagan las necesidades de nuestros alumnos y muchas veces descuidamos las nuestras. Por mucho que haya cambiado la forma en que enseñó en los últimos dos años, también descubrí que para seguir siendo el mejor instructor posible para mis alumnos, también debo volcarme en mí mismo. Toma un descanso, haz un viaje, encuentra algo de tiempo para relajarte. Verter constantemente de una taza vacía no es productivo, especialmente para tus alumnos.

Mantente positivo

Estamos viviendo tiempos desafiantes. Por más difícil que sea, crear una atmósfera positiva en el salón de clases ayuda a mantener a los estudiantes motivados y listos para continuar aprendiendo. Nuestras actitudes afectan a los estudiantes y pueden influir en si hacen mal o bien el trabajo del curso. Nadie sabe cuándo (o si) la Covid-19 será solo un recuerdo lejano. Creo que estaremos aprendiendo a acomodar y ajustar nuestros métodos de enseñanza durante varios años. Estoy orgullosa de todos los nuevos enfoques que incorporé a mis clases, pero lo que más me enorgullece es escuchar a mis alumnos. Al prestar atención a sus necesidades, se volvieron más atentos y participativos en mi clase.

Espero que implementar algunas de las estrategias que aprendí durante una pandemia te sirva para hacer los ajustes necesarios de forma más sencilla.

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