La creación de un portal de capacitación tendrá un impacto que llegará a 166 mil beneficiados en el Estado de México.

 

BID

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) financiará con 273 mil dólares la creación del portal de capacitación para empleados de Enova para fomentar la educación de los profesores del Estado de México.

El proyecto en conjunto tiene un valor de 478 mil dólares donde el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) también aportará con 205 mil dólares. Esto tendrá un impacto que llegará a 166 mil beneficiados a través de los 95 centros con los que actualmente cuenta Enova en el Estado de México.

"La idea es que este proyecto pueda ser replicable en otras entidades del país, nos interesa llegar al sur de la República, a los estados más pobres del país", dijo en entrevista, Jorge Camil, director de nuevos negocios y cofundador de Enova, empresa enfocada a reducir la brecha digital en México.

Publicado en El Financiero
Leer todo el artículo: http://www.elfinanciero.com.mx/economia/bid-financiara-proyecto-de-educacion-de-enova.html

 

A fin de llevar a cabo la planeación, coordinación, ejecución y evaluación periódica del Programa de Inclusión y Alfabetización Digital, la SEP dio conocer la creación de la Coordinación General "@prende.mx".

El documento publicado hoy en el Diario Oficial de la Federación (DOF) indica que dicha coordinación será un órgano desconcentrado de la SEP, con autonomía técnica, operativa y de gestión.

Entre las atribuciones de la nueva coordinación están: generar una plataforma de monitoreo en línea que permita auditar los avances del Programa y contar con datos que demuestren el uso y aprovechamiento de las tecnologías de la información y comunicación en la educación.

Además de analizar reportes de supervisión y seguimiento en relación al uso de los dispositivos electrónicos, junto con los resultados obtenidos en la plataforma de monitoreo a fin de eficientar los procesos de ejecución de los programas de educación digital.

La Coordinación contará con un Consejo Consultivo el cual sesionará por primera vez a más tardar dentro de los 90 días naturales posteriores a la entrada en vigor del presente decreto.

Dicho consejo estará integrado por el secretario de la SEP, y titulares de las subsecretarías de Educación Básica, de Educación Media Superior y de Educación Superior; de la Oficialía Mayor, de la Unidad de Coordinación Ejecutiva y de las direcciones generales de Tecnologías de la Información y Comunicaciones y de Materiales e Informática Educativa.

Además del titular de la Unidad de Gobierno Digital de la Secretaría de la Función Pública, y un representante de la Coordinación de Estrategia Digital Nacional de la Oficina de la Presidencia de la República.

La disposición establece que será la SEP quien asigne los recursos materiales, humanos y financieros que requiera la Coordinación para el inicio de sus actividades, en un plazo no mayor a 60 días naturales, contados a partir de la entrada en vigor del presente decreto, sujetándose a su presupuesto autorizado. El decreto que entrará en vigor mañana.

 

Leer más aquí

 

La mañana de ayer inició la cuarta edición del Congreso de Educación del Carácter TAES dirigido a profesores de secundarias certificadas por el Tecnológico de Monterrey que trabajan con jóvenes de entre 12 y 16 años, además de académicos de la Prepa Tec de Obregón y Navojoa. En esta cuarta edición, el director del Campus Sonora Norte, Francisco Javier Quezada Andrade, fue el encargado de dar la bienvenida a todos los profesores provenientes de los Campus Laguna, Chihuahua, Ciudad Juárez, Zacatecas e Irapuato.

 

Publicado en El Imparcial
Leer todo el artículo http://www.elimparcial.com/EdicionEnLinea/Notas/Noticias/05082014/871289-Arranca-Tec-de-Monterrey-Congreso-de-Educacion-del-Caracter-TAES-2014.html

Incrementan-ventas-de-libros

En este año, el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes (IQCA) recibió un recurso de un millón de pesos proveniente de la federación para equipar las bibliotecas en la entidad; dio a conocer la coordinadora de esta dependencia, Laura Galván Corvera, quien dijo que en un año los centros de lectura reciben a 800 mil personas.

La funcionaria estatal indicó que el recurso se utilizará para la compra de computadoras, pantallas, teatro en casa y bocinas con el fin de que los amantes de la lectura se vayan familiarizando con el libro electrónico.

“A veces la equipación de las bibliotecas es muy complicada, porque cada centro de lectura es responsabilidad de cada municipio, lo que hemos hecho (con el millón de pesos) es equipar a todas las bibliotecas con un equipo multimedia básico; que nos sirve para romper con el estereotipo de que las bibliotecas son silenciosas, sino que sea dinámica con varias formas de aprendizaje, como son los libros electrónicos”, declaró Laura Galván.

Hace cinco años, en Querétaro se contaba con 62 bibliotecas. Hoy los centros de lectura ascienden a 66; más 12 para libros del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

Publicado en AM Querétaro
Leer todo el artículo http://amqueretaro.com/2014/08/bibliotecas-de-la-entidad-son-visitadas-por-800-mil-queretanos-al-ano/.html

Ayer, perdimos a un educador que nos inspiraba, autor respetado, colega estimado y amigo. El miércoles 3 de diciembre a las 9:30 a.m. ET, Jim falleció en un ambiente de paz, rodeado por su familia en su casa de Toronto, Canadá.

Hay algo que decir sobre el trabajo duro. En los más de cuarenta años -desde que dos de sus estudiantes en la Universidad de McMaster le sugirieron que escribiera su propio libro de cálculo- el autor y matemático mundialmente reconocido James Stewart, nunca dejó de escribir.

Habiendo dedicado su vida a las matemáticas, Jim ha publicado más de setenta libros de texto, lanzando una nueva edición casi cada año. Pero el cálculo no es la única pasión de Jim. Además de ser un matemático también es un violinista de alto nivel y un músico filantrópico. Estos variados temas de interés han jugado un rol integral en su vida como se ha contado en el documental The Integral Man (El hombre integral) creado por Auratic Media, que saldrá pronto. Recientemente, Engaging Minds se sentó con Jim en su casa de Torontó Canadá a platicar sobre su amor a las matemáticas, cómo aprenden los estudiantes y el rol de la tecnología en el aprendizaje de cálculo.

Vea un extracto de la entrevista aquí (en inglés):

Durante nuestra charla con Jim, pudimos recolectar algunos datos interesantes sobre la enseñanza y el aprendizaje.

Aquí hay algunos de nuestros favoritos:

-La tecnología le da vida al cálculo. El cálculo puede ser considerado como “las matemáticas del movimiento”. Muestra cómo las cosas se acercan a otras cosas. Esto puede ser difícil de entender en un objeto estático como un libro, pero en la pantalla, el cálculo cobra vida.

-Jim quiere que los estudiantes vean que el cálculo es hermoso y práctico a la vez. A través de sus libros, él incorpora su mensaje con el aspecto práctico de las matemáticas. Resolver problemas es muy poderoso, pero eso es sólo un aspecto del cálculo; Jim también quiere que los estudiantes descubran la belleza inherente del cálculo. Implica un reto que los estudiantes descubran estas características puesto que no se pueden explicar o comprender al mismo tiempo, es algo acumulativo.

-Jim menciona que cuando los estudiantes visitan su oficina para pedirle ayuda con un tema en particular y otros estudiantes tienen problemas con los mismos temas, se da cuenta de que éstos pueden necesitar una segunda explicación o alguna mejora pedagógica. Cuando comenzó a escribir su serie hace años, Jim le prestó atención a sus estudiantes y a las preguntas que ellos estaban haciendo.

¿Quiere saber más? Puede leer el transcript de nuestra entrevista a James Stewart aquí. (En inglés)

¿La filosofía de James Stewart le inspira?

¿Qué rol positivo han tenido sus textos y recursos en sus cursos?

Comparta sus pensamientos y reflexiones con nosotros.

technology_hero

 

We can positively say that technology has made a clear impact on most aspects of our daily life. We now communicate, work, build new worlds and ideas through advanced technological tools.   Sociologically speaking, education may be one of the sectors least affected by technology. While computers may have been introduced as early as 1975[1] by donations made by Apple, we’re still far from taking full advantage of technology in the classroom.

That’s when the SAMR (Substitution, Augmentation, Modification, Redefinition) model makes an appearance. "SAMR, a model designed to help educators integrate technology into teaching and learning, was developed by Ruben Puentedura, Ph.D. The model aims to enable teachers to design, develop, and integrate digital learning experiences that utilize technology to transform learning experiences to lead to high levels of achievement for students."

SAMR is a framework for technology integration in the classroom; it is comprised of different levels that act sequentially.

Level Function of Technology Possible Application

 

Substitution Technology is a substitute Students may be able to print out a worksheet, and deliver it when they finish.
Augmentation Technology is a substitute but provides more functionality Students may be able to deliver a paper directly to their teacher through Google Docs and receive almost immediate feedback.
Modification Technology redesigns a whole part of the task. Students may prepare and give a speech online in front of a live audience.
Redefinition Technology works to create a whole new part of the task. Students may connect with people around the world.

 

This technological approach to education can introduce younger generations to a more dynamic and fulfilling way of learning.  This new approach will definitely rejuvenate our educational models and may also provide students with the opportunity of becoming familiar with tools they may need to use professionally later in life.  With the use of SAMR, schools will be able to deliver personalized education to most of their students so no one is left behind.

While technology may be a great resource, it is important to consider that it isn’t the answer to all the problems surrounding quality in education.  Like all technologies, SAMR will deliver results only if educational institutions, teachers, parents and governments all around the world can stand behind and support the project.

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La actual confusión sobre la naturaleza de la llamada era de la información ha desembocado en un estado de falsa conciencia colectiva. Es una falta de uno pero un problema de todos, pues al tratar de orientarnos en el espacio cibernético con frecuencia hacemos las cosas mal; y los errores se esparcen tan rápidamente que se van sin respuesta. Tomados en conjunto, constituyen una fuente de no-sabiduría proverbial. Destacan cinco:

1. “El libro está muerto”. Error: cada año se imprimen más libros que durante el año anterior. En 2011 aparecieron un millón de nuevos títulos a escala mundial. En un solo día se publicaron 800 nuevas obras en Inglaterra —durante el “Supermartes”, el 1 de octubre de 2011—. Entre los números más recientes para Estados Unidos están los de 2009, y en ellos no se diferencian los libros nuevos y las nuevas ediciones de libros viejos. Pero el número total, 288 mil 355, sugiere un mercado sano, y es probable que sea mucho mayor el crecimiento en 2010 y en 2011. Más aún, estas cifras, suministradas por Bowker, no incluyen la explosión en la producción de libros “no tradicionales”: otros 764 mil 448 títulos producidos por los propios autores y el “micronicho” de empresas que imprimen por solicitud (print-on-demand). La producción de nuevos títulos en el Reino Unido se ha incrementado casi un 40 por ciento desde 2001. El negocio del libro florece en países en desarrollo como China y Brasil. Como quiera que se le mida, la población de libros crece, no decrece, y ciertamente no muere.

2. “Hemos accedido a la era de la información”. Es común que este aviso se entone con solemnidad como si en otras eras no hubiera existido la información. Pero cada una de las eras ha sido una era de la información, cada cual a su manera y según los medios de comunicación asequibles en el momento. Nadie negaría que hoy las formas de comunicación cambian con rapidez, acaso tan rápido como en el tiempo de Gutenberg, pero es erróneo interpretar ese cambio como inaudito.

3. “Toda la información hoy está en línea”. El absurdo de este aserto resulta obvio para quien quiera que haya realizado investigación en archivo. Si sólo una pequeña fracción del material archivístico alguna vez se ha leído, es mucho menor el que se ha digitalizado. La vasta producción de regulaciones e informes de los organismos públicos permanecen en buena medida inéditos. La mayoría de las decisiones judiciales y de las legislaciones han llegado a la red pero siguen estando fuera del alcance de los ciudadanos a los que afectan, salvo para aquellos que están dispuestos a pagar. Google calcula que en el mundo existen 129 millones 864 mil 880 libros diferentes y sostiene que de ellos ha digitalizado 15 millones, o un 12 por ciento. ¿Cómo reducirá la brecha cuando la producción sigue expandiéndose a razón de un millón de obras nuevas cada año? ¿Y cómo se logrará que la información en formatos no impresos llegue en masa a estar en línea? La mitad de todas las películas realizadas antes de 1940 desaparecieron sin dejar rastro. ¿Qué porcentaje sobrevivirá del actual material audiovisual, aun cuando logre una aparición fugaz en la red? A pesar de los esfuerzos por conservar los millones de mensajes intercambiados por medio de blogs, correos electrónicos y aparatos manuales, la mayor parte del flujo de la información diaria desaparece. Los textos digitales se degradan con mayor facilidad que las palabras impresas sobre papel. Brewster Kahle, el creador de Internet Archive, calculaba en 1997 que el promedio de vida de un URL [Uniform Resource Locator: Localizador Uniforme de Recursos] era de 44 días. No sólo la mayor parte de la información no aparece en línea, sino que la mayoría de la información que alguna vez apareció es probable que ya se haya perdido.

4. “Las bibliotecas son obsoletas”. Por todo el país los bibliotecarios informan que nunca han tenido tantos clientes. En Harvard están llenas nuestras salas de lectura. Las 85 bibliotecas filiales del sistema de la Biblioteca Pública de Nueva York están colmadas de gente. Ofrecen libros, videos y otros materiales, como de costumbre; pero también realizan nuevas funciones: acceso a la información para pequeños negocios, ayuda en tareas y actividades extraescolares para niños entre cuatro y 12 años, e información laboral para quienes buscan trabajo —la desaparición de los avisos de trabajo en los periódicos impresos ha vuelto crucial los servicios en línea de la biblioteca para los desempleados—. Los bibliotecarios responden a las necesidades de sus clientes de muchas nuevas maneras, sobre todo guiándolos por las zonas ignotas del espacio cibernético hasta llegar a materiales digitales relevantes y confiables. Las bibliotecas nunca fueron bodegas de libros. Al mismo tiempo que en el futuro seguirán ofreciendo libros, han de funcionar como centros nerviosos para comunicar información digitalizada tanto en el ámbito vecinal como en los campus del colegio.

5. “El futuro es digital”. Muy cierto, pero erróneo. En 10, 20 o 50 años el medio ambiente informativo será mayoritariamente digital, pero la preponderancia de la comunicación electrónica no quiere decir que el material impreso deje de ser relevante. La investigación en la disciplina relativamente nueva de la historia del libro ha demostrado que las nuevas formas de comunicación no desplazan a las viejas, al menos no en el corto plazo. La publicación en forma manuscrita se amplió de hecho después de Gutenberg y continuó prosperando durante los tres siglos siguientes. La radio no destruyó al periódico; la televisión no mató a la radio; y la internet no acabó con la televisión. En cada caso, el medio ambiente informativo se volvió más rico y complejo. Esto es lo que experimentamos en esta fase crucial de transición hacia una ecología predominantemente digital.

Menciono estos errores porque me parece que estorban al entendimiento de los cambios en el medio ambiente de la información. Ellos hacen que los cambios se vean más drásticos. Presentan las cosas al margen de la historia y en alto contraste: antes y después, y/o blanco y negro. Una visión más matizada rechazaría la idea más común de que los libros viejos y los libros electrónicos ocupan extremos opuestos y antagónicos en un espectro tecnológico. Hay que pensar a los libros viejos y a los libros electrónicos como aliados, no como enemigos. Para ilustrar este alegato quisiera plantear algunas breves consideraciones sobre el negocio del libro, la lectura y la escritura en Estados Unidos.

En 2010 se duplicó la venta de libros electrónicos (textos digitalizados para lectores manuales), lo que representa un 10 por ciento de las ventas en el mercado del libro. Se esperaba que en 2011 la venta se volviera a duplicar, hasta alcanzar al menos 20 por ciento. Las estadísticas son ambiguas: gracias al éxito de su lector electrónico Kindle, hoy en día Amazon vende más libros electrónicos que impresos. Pero hay algunas indicaciones relativas a que la venta de los libros impresos también podría ir en aumento. El entusiasmo por los libros electrónicos pudo haber estimulado la lectura en general, y el mercado en su totalidad parece estar creciendo. Nuevas máquinas de libro, que operan como los cajeros automáticos, han fortalecido esta tendencia. Un cliente entra a una librería y ordena un texto digitalizado desde una computadora. El texto se descarga en la máquina de libros, lo imprime y lo entrega en forma de libro a la rústica en cuatro minutos. Esta versión de print-on-demand muestra cómo el anticuado códice impreso puede tener una nueva vida por medio de la adaptación de la tecnología electrónica.

Muchos de nosotros nos preocupamos por una disminución de la lectura profunda, reflexiva, de una tapa a la otra. Deploramos el cambio a la lectura de blogs, fragmentos y tweets. En el caso de la investigación, podríamos conceder que tienen sus ventajas los buscadores de palabras, pero nos rehusamos a creer que puedan llevar al tipo de comprensión que viene con el estudio continuo de todo un libro. Sin embargo, es cierto que ha disminuido la lectura a profundidad —¿o que siempre prevaleció?—. Los estudios de Kevin Sharpe, Lisa Jardine y Anthony Grafton demuestran que los humanistas en los siglos XVI y XVII muchas veces leían de manera discontinua, en busca de fragmentos que se pudieran emplear en el toma y daca de las batallas retóricas de la corte o como cápsulas de sabiduría dignas de ser anotadas en los libros de lugares comunes para su consulta fuera de contexto.

En estudios de la cultura entre la gente común y corriente, Richard Hoggarth y Michael de Certeau enfatizaron el aspecto positivo de leer de manera intermitente y en pequeñas dosis. Los lectores comunes y corrientes, tal como ellos los entienden, a su manera se apropian de los libros (chapbooks y novelas populares incluidos), confiriéndoles el significado que mejor cuadre a sus propias luces. Lejos de ser pasivos, tales lectores, según De Certeau, actúan como “carteristas”, sacándole un significado a lo que les llegue.
La escritura luce tan mal como la lectura para aquellos que no ven otra cosa más que descenso con la llegada de internet. Tal como lo dice uno de los lamentos: los libros se solían escribir para el lector común; ahora los escriben los lectores comunes. Es verdad que internet ha estimulado la autopublicación, ¿por qué habría de deplorarse? Muchos escritores que tienen cosas importantes que decir no han logrado llegar al impreso; y quien quiera que encuentre poco valor en sus obras lo puede ignorar. La versión en línea de la prensa de vanidades acaso contribuya a la sobrecarga de la información general, pero los editores profesionales darán alivio a ese problema al seguir haciendo lo que siempre han hecho: elegir, editar, diseñar y comercializar las mejores obras. Tendrán que adaptar sus habilidades a la internet, pero ya lo están haciendo, y pueden aprovechar las nuevas posibilidades que ofrece la nueva tecnología.

Si se me permite citar un ejemplo de mi propia experiencia, hace poco publiqué un libro con un suplemento electrónico, Poesía y policía. Las redes de comunicación en el París del siglo XVIII. El libro describe cómo las canciones callejeras movilizaron a la opinión pública en una sociedad en buena medida analfabeta. Todos los días los parisinos improvisaban nuevas letras a canciones conocidas y las canciones las llevó el viento con tal fuerza que precipitaron una crisis política en 1749. Pero ¿cómo fue que las melodías modularon el sentido de las canciones? Tras localizar la anotación musical de una docena de canciones, le solicité a una artista de cabaret, Hélène Delavault, que las grabara para el suplemento electrónico. El lector puede así estudiar el texto de las canciones en el libro al tiempo que las escucha en línea. El ingrediente electrónico de un códice anticuado hace posible explorar una nueva dimensión del pasado al capturar sus sonidos.

Se podrían citar otros ejemplos de cómo la nueva tecnología fortalece las viejas formas de comunicación en lugar de minarlas. No pretendo minimizar las dificultades que enfrentan autores, editores y lectores, pero creo que una reflexión informada con ayuda de la historia podría disipar los errores que nos impiden sacar el mayor provecho a la “era de la información”, si así la tenemos que llamar.

Leer original aquí.

About a month ago I saw a question from the eLearning Guild asking for people’s input on what learning will look like in 2024. Since that day I’ve been thinking about it and meaning to write down my thoughts.

There has since been a discussion on the topic, and several others who wrote down their thoughts.

Here are my thoughts on what learning will look like in 2024. I also hope to see some comments on where you think learning will look like.

Reality

In reality not much will change in 10 years. There will still be a few organizations on the cutting edge of learning who will work with how people learn instead of forcing it. That number of organizations who “get it” may grow a small amount, but still be the minority.

Most organizations will still try to control how, when, and where learning happens. The fight will still remain against how learning occurs. Learning & Development departments will be stuck in formal learning, tracking the wrong data through an outdated LMS.

Ideally

Learning & Development will be working with how people learn. This is contrary to what happens today, but this shift will catch on. It will occur but I say ideally because in a perfect world it would occur within the next 10 years.

Few organization learning departments will be controlling learning to track participation through an LMS.

Working with how people learn in reality is the only logical step in how learning will look in 2024 to me. There are many moving parts to working with how people learn though. A great shift will occur to performance support and social learning. Also, courses will be limited, more viable solutions will be developed for the majority of learning.

The foundation of how learning will look in 2024 exists in whole today, it just hasn’t been adopted. Leaders who have the best chance of making these changes first need to have visibility to the possibilities.

As those in charge are introduced to how people learn, they’ll be forced to put in place solutions to solve the problem. With this happening, the ideal will soon become the reality.

Mobile

There are still so many questions surrounding mobile, and so many misconceptions. In 10 years time mobile will be the primary access point for users to learn what they need for their job. They’ll do it at the point of need by searching for what they need and receiving accurate results. Once the needed topic is found by search or by location, it’ll be as simple as glancing at their device to do their job.

Organization learning departments will learn that it’s not the ideal tool to apply old learning methods to. The determination will be that performance support is the ideal application for mobile.

Of course this is an idealized story of how mobile will work in 10 years, but it is the direction organizations should and will need to go in. This is how I see mobile in 2024 in an ideal world.

See You In The Future

The foundation exists to what learning will look like in 2024. Some organizations are even there or have a plan in place to get there already.

As the message spreads, doing the same old thing will no longer suffice. Organizations will figure out what they’re doing isn’t working and be forced to change. This will all happen as the workforce changes and employees demand a better way to be better at their job. Future employees will demand their time is not wasted on required courses only to be forgotten, or were not necessary in the first place.

What do you think learning will look like in the year 2024? I know I am excited to see where things go, and I’m excited to be on the forefront of whatever does happen.

Read original here.

by Peter Reilly, Ph.D.

The musical group The Who produced the song My Generation nearly 40 years ago in which they sang “People try to put us down, just because we get around.” This message was not surprising since is it not uncommon for older generations to get upset at, and try to reel in those teens who push norms to the limit.  Just yesterday, for example, 200 NYC high school teens were sent to detention because they broke the dress code. They—90% of the rule-breakers were girls—showed up for class in short shorts and tank tops. Such skimpy clothing is banned because it “creates a distraction, is dangerous or interferes with the learning and teaching process” (NYC Public Schools Student Handbook). Evidently, these teens joined forces to make the statement: “This is my generation. This is my generation, baby.”

But the dress code is just one way Gen Y—those born after 1980—is challenging school personnel. In Texas, the State Department of Education has reported a teacher shortage since 2010.  The reason:  recently graduated education majors last a mere five years in the profession. In their exit interviews, teachers express that the stress they feel due to their student attitudes outweighs their wish to teach.  That attitude is characterized by feelings of entitlement, academic dishonesty, and a constant need to be entertained. Think about how tough teaching is when after studying for four years, new teachers leave in just five.

Where did Gen Y learn its sense of entitlement? The short answer: at home. An old adage states “Parents have the children that they deserve.” Children feel entitled (they believe they deserve things without having to work for them) because parents have granted their kids’ every wish. Sociologists have called this the most child-centered generation in history. In certain communities, there is an unhealthy competition to bestow too much on their kids, in the form of parties, gifts, and after-school activities. Parents may even anticipate what their kids want, for example, by putting a mouse or tablet in front of their child before they even ask for it. Hearing a mom proudly state her little four-year-old Susie already uses a tablet is not uncommon.

Dishonesty has been revealed as common practice in numerous studies of adolescent student behavior. When students are asked if they cheated over the previous year, studies show two-thirds or more of teens—and even university students—admit cheating.  Humorously, one student said that looking at a peer’s exam was not cheating, but merely “using all available resources.” To be fair, students find some homework and test questions irrelevant. An example in English Language Teaching is the long list of irregular verbs students are sometimes told to memorize without ever using them in context.  Students may resent this, and thus take the easy way out by cheating.

Gen Y is also addicted to entertainment—immersed in music, video games, and social networks most of their waking hours.  One study from the Kaiser Foundation in the California, showed that 8 to18-year-olds are connected 11-plus hours a day. Eighty-seven percent of youths sleep with their cell phones on. You know…just in case. How can a teacher compete with the latest gossip and jokes that pop out of What’s App? IPods and cellphones project the “in” celebrities, music, and videos.  In comparison with all this glittery stimulation, students perceive their teachers’ best efforts as boring.

Is there a way out of this situation? Can schools retain teachers while making schools more attractive to Gen Y?  A minority educational leaders say “No.” They believe that the system of schooling is done for.  They add that students need to be freed from schools, and teachers who will not change. Students need to be allowed to learn when, where, and how they want—all benefits made possible by the Internet.

Alternatively, a growing number of educators suggest the answer will be found in a process of blending teacher-led activities with studying on the Internet. They stress that students need to hear their teachers say, “Take your phones out,” not “Put them away.” So, before we board up schools, teacher education programs need to become much better at preparing professionals to respond effectively to Gen Ys’ needs.  And parents would do well to reflect on how to inculcate values in their children, values that will be necessary to cope with life’s difficulties. And those difficulties will be more serious than “being put down” as the song goes.

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The MOOC was The Next Big Thing—and then it was written off for dead. But for Anant Agarwal, one of the founding fathers of this online reboot of university education, it’s only just getting started.

Agarwal is an MIT computer science professor and the CEO of the Cambridge, Massachusetts-based non-profit, edX, one of several purveyors of so-called “massively open online courses,” or MOOCs, which offer free online classes from elite universities to anyone in the world. After it was buoyed by an enormous wave of hype two years ago, the MOOC has now plummeted in terms of public perception—with even one of its most prominent backers turning his back on the idea—but Agarwal is unbowed.

The way he sees it, effective uses of the MOOC model are only beginning to take shape. Enrollment in edX courses has doubled over last year, and he believes we’re on the verge of an era he calls MOOC 2.0. “We’ve been growing as others are throwing in the towel,” he says of edX

Such optimism is to be expected from a man who makes his livelihood from this model. But Agarwal isn’t alone in this opinion. This week, a team of researchers out of MIT, Harvard, and China’s Tsinghua University—all schools that offer MOOCs—released a study showing that students who attended a MIT physics class online learned as effectively as students who took the class in person. What’s more, the results were the same, regardless of how well the online students scored on a pre-test before taking the class.

“It’s an issue that has been very controversial,” said one of the study’s authors, Professor David Pritchard of MIT, in a statement. “A number of well-known educators have said there isn’t going to be much learning in MOOCs, or if there is, it will be for people who are already well-educated.”

The Rise and Fall and Rise

In 2012, The New York Times hailed “the year of the MOOC,” and it seemed that not a day went by that there wasn’t a news story about how edX—and similar companies like Coursera and Udacity–were poised to radically change and democratize education. But then came the inevitable backlash. Critics pointedly accused these companies of overstating their potential. They cited the fact that an eye-poppingly low number of students ever finish the classes as proof that the MOOC model was fundamentally broken.

Even Sebastian Thrun, founder and CEO of Udacity and one of the MOOC’s earliest supporters turned his back on the model, transitioning Udacity into an online vocational school of sorts for tech companies. In an interview with Fast Companylast fall, Thrun discussed the shift, saying: “I was realizing, we don’t educate people as others wished, or as I wished. We have a lousy product.”

But studies like the one from MIT are providing new fuel for people like Agarwal. It’s an affirmation of the very thing they’ve been saying all along: that it’s possible to get a quality college education without the hefty price tag. But at the same time, he says the MOOC is capable of much more. What interests Agarwal most these days are all the other, unexpected use cases for the MOOC that he and his colleagues are only beginning to discover. “There’s the side of MOOCs that you see and a whole other side that you don’t see,” he says.

Agarwal says he was “astounded,” for instance, by the fact that entire countries have begun adopting edX’s open source platform, called Open edX, which allows anyone to use edX’s infrastructure to launch their own MOOCs. Now, countries as diverse as France, China, and perhaps most surprisingly, Saudi Arabia, have launched national education platforms powered by edX. In Saudi Arabia, the Ministry of Labor is using Open edX to educate more women, disabled citizens, and people living in rural areas. “This is something I could not have dreamed about,” Agarwal says.

Big MOOC on Campus

In addition to connecting people to education online, MOOCs are also starting to find their way on campus, as universities like MIT and others are adopting what’s known as a blended learning model. In a blended learning environment, students receive most of their lectures by video so they can spend class time doing hands on work. At MIT, Agarwal says, two out of every three undergrads use edX as part of their on campus courses.

Another unintended consequence of MOOCs is the massive amount of data they produce on how people learn best. EdX has found, for instance, that the longer a video lecture runs, the less time students spend watching it. So if a video lasts 40 minutes, students may only watch it for 2. If it’s 6 minutes long, they’ll watch the whole thing.

Such insight questions the very format of the college lecture, which often involves a professor pontificating on a topic for an hour or more. “It says learners want to learn in bite-sized chunks,” he says. Now, edX has even launched A/B testing on its site, allowing professors to try out different methods of teaching and comparing student outcomes. “It’s how a professor can begin to learn what’s working and what’s not working and have a process for improving the course,” he says.

More recently, edX found yet another application for its courses: college prep. In an effort to cut their budgets, school districts across the country have cancelled advanced placement courses, even as students increasingly look to those courses as a way to cut down on college tuition costs. EdX is now hoping to fill that gap by allowing students to take those courses online.

Not only that, but edX is also offering courses in college admissions guidance, where students and parents can learn about things like attaining financial aid and writing a college essay. Such skills have also become casualties of budget cuts, as schools reduce the number of guidance counselors on staff. “Now you don’t have to have a rich school district to get good guidance,” Agarwal says.

Let’s Not Go Too Far

Of course, MOOCs are not without their flaws. Agarwal admits that as long as MOOCs are free—and they probably always will be—low completion rates will persist. And as long as there are lousy teachers—and there probably always will be—there will be lousy courses.

But to condemn the entire model for these kinks would be like condemning Uber for the possibility of getting a bad driver or Airbnb for the chance that a guest might trash your house. These companies needed the freedom to figure out how to deal with these issues.

Perhaps more importantly, they needed the space to figure out what purpose they really serve. It’s that kind of patience that’s allowed Uber to grow from a taxi service to an on-demand delivery giant, and enabled Airbnb to transform itself into a full-scale hospitality brand, not simply a tool for finding a cheap couch to crash on. To judge a breakthrough technology by only its earliest flaws is to ignore all the good it might do when given the time and the trust to do it.

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El sistema de educativo superior de Yucatán reporta una tasa de investigadores de 23.78 por cada 100 mil habitantes, que lo coloca en el quinto lugar a nivel nacional, según datos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Los estados que reportan una mayor tasa de investigadores, son: Distrito Federal con 80.11; Morelos 50.58; Baja California Sur 33.91; Querétaro 26.59, y Yucatán 23.78 investigadores por cada 100 mil.

De acuerdo con información del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt, Yucatán aporta el 2.4 por ciento de los investigadores del país, que en México suman 21 mil 359 al cierre de enero de 2014.

Según la información del Conacyt de un total de 84 mil 237 egresados del área de ingeniería, manufactura y construcción en el país, 963 egresaron de las universidad de Yucatán.

La mayoría de los investigadores del estado se concentraron en las áreas de biotecnología y agropecuaria, así como biología y química.

EL DATO

El Conacyt cuenta con diversos programas para la difusión y fomento de la ciencia y la tecnología en el país.

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The image above isn’t your average map: it shows the location of all devices connected to the Internet in the world. The redder the area, the more devices there are.

The map was created by John Matherly, founder of the search engine Shodan and self-proclaimed Internet cartographer. To produce it, Matherly sent ping requests on August 2 to every IP address on the Internet and plotted the positive responses. There’s nothing shady or illegal about this; pings are simply network utilities which transmit an echo-request message to an IP address.

It took him just five hours to collect the data, but a further 12 to generate the image. Matherly notes on reddit that his ping requests would only reach devices that are directly connected to the Internet, such as routers. However, he has sometimes picked up smart phones.

According to his Twitter account, he plans to repeat the process and track the results over time. You can see a larger version of this map by clicking on it.

Originally posted here.

Mtro. Jorge Alberto Perera Gonza?lez

Sabemos que la educacio?n en la actualidad ha comenzado a sufrir una crisis, una neurosis moderna trai?da del fracaso de la modernidad que prometi?a felicidad y progreso. Por tal motivo, las condiciones actuales, han comenzado a exigir ma?s de ella, el contexto mundial presiona para que la competitividad sea internacional y las habilidades sean algo palpable en la accio?n inmediata en la resolucio?n de problemas. Ante tal circunstancia, la condicio?n postmoderna de la educacio?n, hay que pensarla entonces como un proceso de ana?lisis1, una condicio?n que busca, retomando la idea de Albrecht Wellmer, una autocomprensio?n del presente hacia un proceso cognitivo2 para no entrar en esta crisis con un referente cao?tico de destruccio?n sino a un referente de reformacio?n, en el que la cai?da se transforme en un resurgimiento hacia el intere?s hacia aquello que conocemos. Ante semejante movimiento de la educacio?n, es donde entra? la idea de la conceptualizacio?n del aprendizaje que busca ser un camino hacia esa reformacio?n educativa que va ma?s alla? del simple conocimiento para ubicarla en esa competitividad internacional del siglo XXI.

Desde tiempos de la Ilustracio?n hasta la actualidad, se ido fortaleciendo cada vez ma?s la idea de tener al alumno como centro del aprendizaje; un centro activo que se debe de conocer para formarlo y desarrollar en e?l las habilidades necesarias en el proceso cognitivo de la actualidad. Por tal motivo, considero fundamental retomar la postura moderna de J.J. Rousseau presentada en su obra Emilio o de la Educacio?n, sobre conocer antes que nada, la naturaleza del nin?o, sus procesos, elementos que resurgira?n en la esencia del constructivismo, como en Jean Piaget, al considerar la estructura intelectual del sujeto en estadios especi?ficos que determinan lo que puede comprender y aprender de manera significativa. De tal manera, es importante recalcar, que para la idea de la conceptualizacio?n del aprendizaje, es fundamental reconocer ese otro y su proceso de comprensio?n para desarrollar en e?l las habilidades en una verticalidad y horizontalidad de los aprendizajes que le permitira?n desarrollarse de manera ma?s integral.

Reconociendo ese espacio educativo, el contexto interno y externo del nin?o (alumno), tomando en consideracio?n su proceso de aprendizaje y el desarrollo de sus habilidades, es entonces que debemos preguntarnos ¿Que? estamos ensen?ando? ¿Lo ensen?ado toma en cuenta esos estadio, ese proceso vertical y horizontal de las habilidades a desarrollar en los contextos de aprendizaje? En un ana?lisis curricular, lo que podemos presenciar es que se incluyen ya algunos elementos de una educacio?n basada en competencias, una educacio?n que busca que el alumno desarrolle diferentes habilidades (competencias) en diversas a?reas promoviendo la idea de que pueda mostrar la capacidad de resolver problemas complejos. Sin embargo, escavando ma?s hacia las profundidades de esta curri?cula, se hace presente una modelo bidimensional donde se muestra so?lo lo factual y la habilidad, es decir, temas y desarrollo de habilidades. Sobre este punto, Lynn Erickson, en su texto Concept-Based Curriculum and Instruction for the Thinking classroom3, establece que esta curri?cula bidimensional tiene como finalidad cubrir los temas y desarrollar habilidades solamente. La observacio?n a esto, es que a pesar de que se toman en cuenta las habilidades, au?n el peso recae en los to?picos, lo que se esta? ensen?ando es el conocimiento de los temas para aplicarlos en el proceso de desarrollo de habilidades pero es aqui? que, bajo una lupa cri?tica de este modelo y utilizando unos lentes conceptuales, donde se puede percibir un vaci?o entre esas partes, entre lo factual y la habilidad. En el camino hacia la conceptualizacio?n del aprendizaje, se debe hacer notar que en ese vaci?o es donde entra el cuestionamiento si ¿Lo que se ensen?a realmente se comprende o se ensen?a nada ma?s por cubrir un contenido? y si ¿Las habilidades tienen un por que? o so?lo es por cubrir un esta?ndar nacional o internacional? Ante tal circunstancia, es donde el aprendizaje en conceptos, en este proceso de reformacio?n de la condicio?n postmoderna de la educacio?n, debe pensarse como una tridimensionalidad donde el nuevo elemento que entra entre los existentes es precisamente el elemento: conceptual.

La pregunta sobre que? queremos que los alumnos aprendan no so?lo debe estacionarse en los temas que necesitamos que conozcan. Si lo que se busca es reformar y que los jo?venes participen en un contexto internacional, el conocimiento debe de dar un paso ma?s y ese paso es precisamente la tridimensionalidad del aprendizaje. A partir de esta postura, el elemento fa?ctico, no es el fin u?ltimo sino es una herramienta para subir a un nivel ma?s que es la comprensio?n tal y como lo presenta el proyecto de ensen?anza para la comprensio?n (Teaching for Understanding Project- Project Zero Harvard) donde uno de sus representantes, David Perkins, busca fortalecer la idea de que la comprensio?n es aquella que puede promover una variedad de actividades que van desde explicaciones hasta generalizaciones fortaleciendo los desempen?os de comprensio?n progresiva del estudiantes. La intencio?n es dejar al conocimiento en un nivel primario que permita pasar a un estadio de comprensio?n en donde, al adentrarse en este nivel taxono?mico, el alumno podra? crear sus propias generalizaciones que sera?n ejemplo de las habilidades desarrolladas y ser competente en un mundo globalizado: “En pocas palabras, comprender es la habilidad de pensar y actuar con flexibilidad a partir de lo que uno sabe”4. De tal manera, la curri?cula debe reformarse hacia esta tridimensionalidad: lo que se sabe (fa?ctico), lo que se comprende (conceptualizacio?n) y lo que es capaz de hacer (habilidades).

Despue?s del contenido, entonces esta? el concepto. Ante la pregunta que? debemos ensen?ar, la respuesta se encamina a la idea de que la comprensio?n se establezca como un elemento fundamental para que la construccio?n del aprendizaje sea realmente significativo; que llene el vaci?o entre lo fa?ctico y la habilidad siendo un nivel secundario en el proceso de ensen?anza- aprendizaje que promueva una mayor reflexio?n y no so?lo conocer para actuar sino un comprender para crear. De tal manera, comprendiendo la progresio?n cognitiva, hay que pensar que el alumno ira? desarrollando diferentes fases de la comprensio?n a lo largo de los an?os que le permitira?n trasladar los conocimientos a trave?s de la verticalidad de los niveles –si hablamos de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato- y la horizontalidad de sus asignaturas –entre disciplinas que promuevan una interdisciplinariedad ma?s natural-. Esta transferencia de la conceptualizacio?n del aprendizaje permite, adema?s, que los jo?venes durante su proceso cognitivo puedan aplicar lo aprendido en situaciones familiares y no familiares pues lo que retuvieron no fue un conocimiento duro, un dato, sino una comprensio?n que les ayudara? a crear soluciones adecuadas a su circunstancia y es ahi?, donde entonces la reformacio?n encuentra su mayor evidencia, cuando el alumno logra conectar su comprensio?n y la accio?n.

Grant Wiggins, en su texto “La futilidad de intentar ensen?ar todo lo importante”, establece que el problema radica en la ignorancia de los adultos de co?mo se logra una comprensio?n reflexiva y duradera5. Sabemos que las soluciones pueden ser varias, sin embargo en esta ocasio?n, enfoca?ndonos en la curri?cula, que todo profesor toma como base para su ensen?anza, debe considerar este elemento de comprensio?n, de conceptualizacio?n, para lograr que la reflexio?n y la habilidad tengan un impacto real en la resolucio?n de problemas. Adolphe Ferriere ya lo veni?a comentando en su cri?tica a la escuela tradicional, hay que interesar al alumno en sus diferentes estadios, si se cree que con lo fa?ctico y la habilidad todos los nin?os se interesan, comenta, es un engan?o. Probablemente, yo hablari?a de algo inconcluso. Deci?amos que es importante conocer al nin?o, al joven e inclusive al adulto para reconocer su estadio y tener las herramientas para hacer de lo fa?ctico algo comprensible y duradero, es ahi? donde esta? el e?xito siguiendo con la idea de Ferriere. La preocupacio?n por la estandarizacio?n del conocimiento en ocasiones nos sobrepasa, la evaluacio?n cuantitativa tiene un mayor peso al ser medible en un nu?mero o en una estadi?stica que la accio?n y la comprensio?n que esta?n en el campo de lo cualitativo. En el momento que se comprenda, que? despue?s del contenido esta? la comprensio?n que nos remite a una accio?n y e?sta a un aprendizaje significativo perdurable, es entonces que la tridimesionalidad pueda abrirse camino e involucrar a los alumnos en desempen?os de comprensio?n que lo lleven a una evolucio?n continua en su proceso cognitivo y desarrollo de habilidades.

A todo esto, sabemos, no es tarea fa?cil, pues reconocer este nivel intermedio de la tridimensionalidad del aprendizaje es complejo. Sin embargo, al tener claro el objetivo de reformacio?n educativa, que va ma?s alla? de una estandarizacio?n de conocimientos y habilidades nacionales e internacionales (modelo bidimensional), el aprendizaje basado en conceptos llevara? a los alumnos a crear sus propias teori?as que demuestren la transferencia de sus conocimientos a niveles taxono?micos superiores ejemplificados en acciones que promuevan la construccio?n de un mundo mejor, en pocas palabras, el conocimiento se establezca en un nivel primario para reconocer el nuevo elemento conceptual de segundo nivel que lleva a la profundizacio?n i?ntima de los aprendizajes desarrollando estructuras conceptuales superiores formando alumnos competitivos a nivel internacional.

 


 

1 Lyotard, Franc?ois J. La condicio?n postmoderna, 9a ed., Madrid, Ediciones Ca?tedra, 2006.

2 Wellmer,Albrecht.“La diale?ctica de modernidad y postmodernidad” en Nicola?s Casullo (comp.) El debate modernidad-postmodernidad, 2a ed.,Buenos Aires, Reto?rica Ediciones, 2004.

3 Erickson, Lynn. Concept-Based Curriculum and Instruction for the Thinking classroom, USA, Corwin Press, 2007.

4 Perkins, David. “¿Que? es la comprensio?n?” en Martha Stone Wiske La ensen?anza para la comprensio?n, Buenos Aires, Editorial Paido?s, 1999.

5 Wiggins, Grant. “La futilidad de intentar ensen?ar todo lo importante” en Educational Leadership 47 (3), 1989.

El efecto de superioridad de las imágenes o PSE, por sus siglas en inglés (Picture Superiority Effect), es una corriente de investigación iniciada en la década del 70’ que destaca la superioridad de las imágenes en la fijación en la memoria por sobre otras formas sensoriales de consumo de información. Se refiere a la idea de que los conceptos que se aprenden mediante la visualización de imágenes producen una mejor recordación que aquellos que se aprenden mediante palabras. A pesar de que este efecto ha sido demostrado en numerosos experimentos utilizando diferentes métodos, las explicaciones científicas de esta superioridad aún se desconocen y debaten.

El primer fundamento científico explicativo del PSE proviene de la teoría de la codificación dual elaborada por Allan Paivio (1971, 1986, 1991). En ella se indica que los estímulos producidos por la imagen en el cerebro poseen una ventaja por sobre las palabras, porque están codificados dualmente a través de un código verbal y uno imaginario, mientras que los textos escritos generan estímulos que sólo producen un código verbal. Adicionalmente, las imágenes son susceptibles de generar una etiqueta verbal, mientras que las palabras no son susceptibles de generar etiquetas de imagen. Esta diferente forma de fijación de las imágenes en la memoria permite que la información así codificada se mantenga activa durante una mayor cantidad de tiempo, y sea más fácilmente recapturada y puesta a disposición de la creación de nuevos significados interpretativos.

La explicación de Paivio fue refinada por otros autores, que sostienen que la complejidad intrínseca propia de cada imagen en cuanto a textura, forma, color, volumen y otros detalles permite al córtex, que es la parte más evolucionada del cerebro, identificada como el cerebro pensante, fijar registros altamente específicos y sofisticados, aumentando su permanencia en la memoria. Esta distinción y superioridad perceptual de la imagen, también es acompañada en muchos casos por superioridad en la fijación de conceptos a partir de la generación de metaformas de conocimiento.

La superioridad de las imágenes también se produce en comparación con la captura sonora de información, o sea, la comunicación oral. Investigaciones indican que la exposición visual en forma ininterrumpida de unas dos mil imágenes durante un plazo de diez segundos cada una, aún persiste en la memoria en más del 90% a los tres días, y en un 63% al término de un año. En comparación, con las presentaciones orales ocurre lo contrario, pues a los tres días solo se recuerda el 10% de lo escuchado, valor que puede aumentar al 65% cuando se agrega una imagen a la presentación oral. Estas conclusiones refuerzan la idea de que las imágenes son las súper campeonas del recuerdo, y que el consumo multi sensorial de información genera mejores registros memorísticos.

Los estudios anteriores cobran especial relevancia a partir del trabajo de Bieger y Glock (1984/85), quienes establecen nueve categorías posibles de contenido informacional que el cerebro es capaz de distinguir a partir de una imagen: i) inventarial, ii) descriptivo, iii) operacional, iv) espacial, v) contextual, vi) covariante (aquel que especifica una relación entre dos o más partes de información que varían juntas), vii) temporal, viii) cualificadora, y ix) enfático. Esto permite afirmar que la imagen posee un elevadísimo poder como transmisor de información de diferente naturaleza y condición, fortaleciendo la participación de la memoria no en el aprendizaje memorístico y repetitivo, sino en la construcción de significados de superior complejidad y originalidad.

A pesar de estas investigaciones, la participación de las imágenes dentro de las instituciones educativas siempre ha sido marginal, subordinada a la forma dominante de transmisión, que es el texto escrito. Considerada como un recurso de inferior jerarquía, la imagen ha visto limitada su participación a un rol entre poco significativo y meramente decorativo. Es más “lindo” un libro o manual con dibujos o fotos, que uno sin, sin importar si esa particular combinación de sistemas simbólicos favorece algún tipo de aprendizaje en particular. Este menosprecio por el verdadero valor de la imagen dentro de la escuela, finalmente institucionalizado culturalmente y convertido en dogma, ha desarrollado un analfabetismo interpretativo tal, que hasta impide que las personas expuestas a ellas siquiera reconozcan su presencia o potencial.

Estudiar y atender de modo explícito los efectos provocados por el uso cotidiano de imágenes y asumir la necesidad de alfabetizar en aquellos sistemas simbólicos con mayor presencia y potencial de desarrollo constituyen un reto para la comunidad educativa. Y si en ese trayecto emerge evidencia científica que permite sostener que el mayor potencial de desarrollo se encuentra en sistemas simbólicos diferentes del dominante, pues habrá que migrar.

Las fotografías, incluidas dentro de la categoría genérica de imágenes mencionada antes, reciben una especial consideración debido a su presencia dominante en los ecosistemas de actividad social, lúdica, informacional y comunicacional generados a partir de la revolución de internet y de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Las fotografías generadas diariamente a partir de siete mil millones de teléfonos móviles, dos mil millones de teléfonos inteligentes, además de tabletas y otros dispositivos digitales, circuladas a través de internet por dos mil quinientos millones de internautas, dan a este momento histórico del hombre un carácter particularmente foto-céntrico. Privar al sistema educativo de un uso más intensivo de los recursos fotográficos digitales en el proceso de aprendizaje, no solo significa despreciar los avances científicos y evidencias teóricas que así lo sugieren, sino también significa apartar al sistema educativo de un rol protagónico en la modelación de las capacidades comprensivas y valorativas de los aprendices.

Reafirmar esta premisa de ninguna manera significa habilitar la apertura de una compuerta con el fin de facilitar el ingreso de un torrente indiscriminado e infinito de imágenes fotográficas. Por el contrario, significa revisar el rol que ocupan las imágenes dentro del sistema de enseñanza-aprendizaje, con el fin de encontrar la combinación pedagógica-didáctica que mejores procesos neurocognitivos genere. La idea de la imagen como mero acompañante estético de textos escritos, como recurso de segundo orden, deberá evolucionar hacia una presencia más central y protagónica.

Disponer de recursos fotográficos digitales educativos de calidad implica no solo la existencia de fotografías que satisfagan criterios técnicos (foco, encuadre, perspectiva, cantidad de pixeles por unidad de superficie, por mencionar algunas), sino que además reúnan elementos potencialmente útiles y relevantes para la educación. Las imágenes generadas por el trabajo de fotógrafos y exploradores de National Geographic reúnen estos requisitos, desde el momento que corresponden a miradas expertas de profesionales, científicos y académicos que hacen de la captura de imágenes un arte supremo, funcional a la premisa de esta organización de inspirar a las personas a cuidar el planeta.

Las imágenes de las publicaciones de National Geographic no son un mero acompañamiento de los textos, sino un elemento central y especialmente cuidado de su cultura, misión y práctica, favorecedoras de la sensibilización. La pretensión de inspirar a las personas encuentra parte de su corolario en la “elaboración” de imágenes cargadas de significado, tanto por lo que muestran como por lo que esconden o sugieren. El manejo de las proporciones y los volúmenes, la combinación de colores y formas, o la particular disposición de actores o dinámicas biológicas, invitan a la reflexión, animan la curiosidad, generan apegos o rechazos, y modelan conductas y sentimientos.

Disponer de un reservorio de imágenes digitales de tamaña potencialidad para utilizar en el diseño de entornos enriquecidos de aprendizaje (EEA) que faciliten la emergencia de metaformas de conocimiento y fortalezcan la implicación de los estudiantes con su propio aprendizaje, ubica a National Geographic Learning en una posición ventajosa.

Por Juan Maria Segura

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