¿Cómo aprendemos? ¿Qué es lo que hace que el aprendizaje sea significativo para nuestro cerebro? Las respuestas a estas y muchas otras preguntas están en la neurociencia, la cual estudia la estructura, el desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso, haciendo posible conocer las bases biológicas de la conducta humana.

Imagina que hay forma de conocer cuál es el método perfecto para que tus alumnos puedan aprender la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible. Y no sólo eso, sino que ese conocimiento sea de la mejor calidad y efectividad posible. Pues ya no tienes que imaginar esto, el campo de la neurociencia puede ayudarnos en este aspecto, pues a través de estudiar el funcionamiento de la mente y cómo se crean las conexiones neuronales, nosotros como educadores podemos aprender mucho sobre  cómo las personas aprenden y adquieren nuevos conocimientos.

Sin duda alguna, esta es una perspectiva muy novedosa que aún está tomando sus primeros pasos, pero si esta puede ser una herramienta que nos ayude a mejorar el proceso educativo y que tenga una aplicación directa en el aula, ¿por qué no aprovecharla?

A pesar de ser una disciplina bastante reciente, algunos de los estudios neurocientíficos ya han arrojado descubrimientos interesantes y que se han probado como esenciales para favorecer la creación de nuevas conexiones entre neuronas. Esta información se traduce para los docentes en consejos y aproximaciones innovadoras hacia el aprendizaje.

A continuación te presentamos algunos datos del cerebro que pueden ayudarte a revolucionar la práctica pedagógica:

 

Texto original: http://bit.ly/1HKy2PR

Highly effective classrooms can result from highly effective professional development. Recent research (Butler et al., 2004) has shown that effective professional development includes creating classroom content, modeling techniques for teachers to use in their classrooms, and feedback on lessons (Harris, Graham, and Adkins, 2015). It's not enough to teach the right things to your teachers -- you have to teach your teachers in the right way.

Here are some top tips for delivering highly effective PD to your teachers.

1. Use What You Are Teaching

If a method of teaching works, that method should be used for teaching the teachers in your PD sessions. For example, if you're teaching cooperative learning but you're lecturing about it, that's undermining the message. Teachers notice what you do, so model what you're teaching by teaching with it. If you don't have enough time to use the methods that work, then you've just given an out to the teachers who will say that they don't have enough time to do it either.

2. Develop Something That You'll Use Right Away

The best PD classes had us teachers create lesson plans that we could use within two weeks of completing that class.

3. Use the Lesson and Receive Feedback

Then, using a rubric created for the class, we would try out the lesson we'd created in our PD session less than two weeks ago and receive feedback from a trained administrator or a peer. If you wait to implement, you'll never implement.

4. Improve and Level Up With Another Lesson

After receiving feedback, teachers worked on another lesson. This approach of lesson design, lesson performance, and feedback is powerful. Not surprisingly, important features found in a recent study included integrating new knowledge, learning together with colleagues, and being actively engaged in meaningful discussions (van den Bergh, Ros, and Beijaard, 2015).

5. Local Responsibility and Buy-In

"Drive-by training" is rarely helpful. Without local acceptance, accountability, and follow up, teachers leave the PD class with continuing education units and not much else. Someone on staff needs to have responsibility for making sure that teachers use the technique and receive feedback in a way consistent with the class. Be sure that this person attends the class and takes part.

Ken Blanchard says in Leading at a Higher Level (p.213):

People often resent change when they have no involvement in how it should be implemented. So, contrary to popular belief, people don't resist change -- they resist being controlled.

6. Long-Term Focus

PD should fit in with the long-term vision for a school or district. Some teachers groan about their district's "technology du jour" approach. Like the soup of the week, some districts don’t know which technology or technique they want implemented. It takes time to learn, practice, and improve teaching. With too many different initiatives, it can send mixed messages and frustrate teachers. Fit PD into the long-term plan.

7. Good Timing

Fifteen years ago, I showed to up to train teachers how to use technology in their classrooms. As I walked on campus, I heard these words come over the speaker:

We have scheduled training for today after school. If you do not come, your contract will not be renewed. No excuses!

These angry teachers didn't know about the class (set up for months, by the way). They had their own children to pick up, and it was near the end of the school year. This was a horrific situation that happens all too often.

When teachers are in the midst of testing, let them focus on testing. I'm not sure why some state conferences insist on keeping their dates even when they know that their mandatory state testing will happen that week. If we want highly effective PD, the teachers need to be there in body and mind. While it is harder and harder to find a time that someone isn't testing, it can be done.

8. Empower Peer Collaboration

A great untapped potential lies in our ability to teach one another. Some teachers are curating Pinterest boards and sharing ideas, but we can do more. This past summer, our teachers hosted a personal learning community (PLC) and read Harry Wong’s The First Days of School. We met for lunch three times and taught the chapters to each other. It was one of the best training classes I've ever attended -- and we did it ourselves!

Professional development is a vital part of improving your technique as a teacher. Learning best practices and practicing best practices are both important. You can make a school better by improving its teachers. Effective PD can do that.

See original text: http://bit.ly/1aBq8KC

Se cree que los mejores estudiantes son aquellos que nacen con un elevado coeficiente intelectual o con capacidades innatas de concentración o razonamiento, haciendo imposible para el resto de los alumnos alcanzar el rendimiento que éstos tienen. Pero esta idea es completamente falsa.

Hay estudiantes que para tener un buen desempeño escolar requieren realizar un mayor esfuerzo, realizar actividades extras para desarrollar la inteligencia o la memoria, para agilizar el razonamiento lógico, etc. Por eso te damos estos simples pero efectivos consejos para lograr ser un estudiante brillante.

Aprender de estudiantes reales

Puedes pensar que para los estudiantes inteligentes las tareas escolares son fáciles, que nos les causan estrés o dificultad, pero si le preguntas a estos alumnos el camino que han tenido que recorrer para obtener esos resultados es probable que te respondan que su éxito se debe a estas tres clave: el trabajo duro, las ganas de aprender y las expectativas que uno mismo se pone. Entender cómo funciona la mente de algunos estudiantes te ayudará a darte cuenta que el éxito no está en la inteligencia sino en las acciones que uno toma para alcanzar sus metas.

Trabajo duro

Hay veces que los estudiantes que son considerados brillantes sean genios o tengan una inteligencia superior; por el contrario, obtienen los resultados que obtienen debido a que trabajan mucho más duro que la media. En una encuesta a los mejores 45 estudiantes de reconocidas universidades americanas realizada por el Programa Institucional de Investigación Cooperativa del Instituto de Investigación Superior de UCLA, el 67% de ellos declaró que pasó más de 20 horas a la semana estudiando, mientras que la media del resto de estudiantes reportaron 10 horas semanales o menos.

Sacrificio

Cerca del 80% de los estudiantes encuestados afirmaron haberse sacrificado mucho para obtener buenos resultados, sobre todo en relación a su vida social: muchos de ellos dejaron de pasar tiempo con sus amigos pero, ¿es realmente malo? Según los profesores Richard Arum y Josipa Roksa, el hecho de que la mayoría de los estudiantes universitarios se centren más en sus actividades de ocio que en las académicas, es la principal razón por la que no tienen éxito, ya que no mejoran en el pensamiento crítico ni en el razonamiento complejo. Aunque no se debe olvidar que en todo debe haber moderación y equilibrio, encerrarte a estudiar todos los días también puede ser contraproducente tanto para tu salud como para tus resultados académicos.

Apoyo de la familia

Otra dato que cabe destacar es que el 75% de los estudiantes encuestados, dijo contar con el apoyo de sus familiares de forma positiva, mientras que el 18% de ellos afirma haberse sentido presionado por su familia para obtener buenas notas.

¿Estas claves quieren decir que cualquiera puede convertirse en un estudiante brillante? Quizá no, pero sí hace evidente que el éxito académico se basa mucho más en el esfuerzo y no en el talento o la inteligencia, como la mayoría de la gente suele pensar. Sean cuales sean las metas de los estudiantes, y sean cuales sean sus éxitos, podemos aprender mucho de su sacrificio y su esfuerzo.

 

Texto original: http://bit.ly/1FxBzBz

Un buen trabajo de investigación ha de seguir una metodología adecuada, incluir ciertos elementos esenciales y cuidar la presentación.

Los trabajos de investigación son obligatorios en buena parte de los estudios, al finalizar un máster o curso de posgrado. Pero sobre todo, realizar estos trabajos y publicar artículos aporta un elemento diferenciador al currículum, que ayuda a encontrar un empleo. Los problemas llegan en el momento de escribirlos o iniciarlos, ¿por dónde empezar? En este artículo se detallan las principales claves: hay que elegir el enfoque adecuado, revisar la literatura óptima, estructurarlo de manera correcta y evitar los errores que pueden arruinar cualquier esfuerzo.

Elegir el tema y enfoque de la investigación

El tema de investigación ha de tener en cuenta su oportunidad y originalidad, ser relevante y novedoso, y seguir la metodología que marque su enfoque.

La investigación no pasa por su mejor momento. Sin embargo, los trabajos de esta naturaleza se refuerzan entre quienes realizan estudios de posgrado y, en especial, en los alumnos de cursos de doctorado. Son un punto fuerte de sus autores porque les conceden la especialidad en el ámbito de estudio, ya que suponen analizar este en todas sus dimensiones. De ahí que el tema de investigación sea esencial. La Universidad de Málaga aconsejaanalizar su oportunidad y originalidad, mientras que la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) recomienda que el tema de estudio sea relevante y novedoso.

Junto con el tema de estudio, el enfoque es el aspecto más importante de un trabajo de investigación. Se supone a los alumnos el dominio del tema de estudio o, como mínimo, un interés por el mismo que implica el conocimiento de las principales fuentes y referencias. A partir de estos elementos, en general, se opta por untrabajo de naturaleza empírica o teórica, es decir, basado en la extracción de datos o que propone teorías que llevan a unas conclusiones. El enfoque de la investigación es esencial porque determina la metodología que se seguirá.

Revisar la literatura

Es fundamental conocer la literatura más importante que se haya publicado hasta el momento. Para investigar un tema, se requiere saber de él en profundidad, de forma que se puedan identificar aspectos tales como problemas o necesidades. Una vez seleccionado, por tanto, hay que comenzar a leer y dividir las lecturas en tres grupos: los libros que son imprescindibles, los que son recomendables y los que conviene leer, pero no son obligatorios, ya que se centran en aspectos puntuales de la investigación o sirven como libros de consulta.

Los libros que se lean se deben citar en el trabajo de dos maneras: a modo de referencias bibliográficas insertadas en el texto, entrecomilladas, junto con el nombre del autor y el año de publicación; y al final del trabajo, en orden alfabético, con el título completo de la obra. La literatura servirá para establecer el hilo del trabajo, respaldar las teorías y tesis que defienda o bien contradecir algunas ideas.

Estructurar el trabajo de investigación

Puesto que los trabajos de investigación integrados en el plan de estudios están dirigidos, será el director del mismo quien marque el modo de presentación. No obstante, se reconocen unas normas comunes, que se repiten en la mayoría de los trabajos: portada, índice, introducción, formulación de hipótesis, metodología, resultados y conclusiones.

Los dos últimos apartados son los más importantes, puesto que en ellos se recoge el grueso del trabajo. Hay quepresentar los "resultados contrastados de las hipótesis planteadas previamente" y compararlos con trabajos previos, señala la UNED. En cuanto a las conclusiones, resumen las principales ideas del trabajo, las reflexiones que encierran las aportaciones de la investigación al ámbito de estudio.

Errores que se deben evitar

Un trabajo de investigación es una tarea ardua que implica una gran dedicación. Por ello es importante evitar los errores que lo penalizan. Los más frecuentes son los plagios. La búsqueda en Internet ha favorecido esta práctica, ya que acumula un gran volumen de información al alcance de cualquiera. No obstante, siempre que se incluya información de otra fuente, es imprescindible citarla. Detectar que se ha cometido plagio es causa suficiente para invalidar el trabajo.

Otros errores comunes se refieren a la presentación. La excusa "soy de ciencias" no sirve para presentar un trabajo que no cuide el vocabulario. Este ha de ajustarse al tema de estudio, incluir términos específicos, pero comprensibles, evitar las citas literales extensas, usar frases con contenido y hacer un uso correcto de los signos de puntuación, que aligeren la lectura y ayuden a entenderla.

Cómo redactar un artículo de investigación

Una vez terminado el trabajo de investigación, llega el momento de darle difusión. Para ello, es necesario aplicar determinadas premisas, de manera que se demuestre "de forma clara y concisa qué aporta el artículo al campo de su investigación", recomienda la Universidad de Sevilla. Esta destaca tres fases en la tarea de publicación: planificar, escribir y editar.

En primer lugar se ha de hacer un resumen del trabajo en varias líneas. A continuación, se ha de describir el trabajo que se ha realizado, explicar cuál es su aportación y su diferencia con respecto a trabajos anteriores u otras líneas de investigación. Luego se detalla la metodología que se ha seguido, los resultados que se han obtenido y cuáles han sido las conclusiones. Si se considera necesario, se pueden seleccionar fotos, dibujos o esquemas para representar el contenido del trabajo.

Pero sobre todo, una vez concluido, es crucial revisar el artículo para asegurar que no se han cometido faltas gramaticales u ortográficas y que recoge los aspectos más importantes de la investigación.

Texto original: http://bit.ly/1oyxjE5

Si bien la época de ser estudiante es una gran época para todos, la falta de planificación, la organización de clases, los apuntes, los trabajos, las salidas y vacaciones pueden descontrolar el orden y dificultar la comprensión. Para facilitar tu vida universitaria, toma nota de estas 7 apps.

1. iStudiez

Es la aplicación por excelencia para organizar el estudio en los dispositivos Apple. Puedes elaborar un calendario, ingresar tareas, gestionar la información del curso, los trimestres, los docentes y los períodos de exámenes y vacaciones. Las tareas se organizan automáticamente por fecha y es sumamente sencillo.

2. Evernote

Se trata de una de las apps más descargadas y útiles. Es muy fácil de manejar y ofrece numerosas herramientas para crear notas (texto, voz, imágenes..), y organizar y filtrar la información, y compartirlas por las redes o a través del correo.

3. TED

Se trata de la plataforma especializada en ofrecer conferencias sobre todo tipo de temas a quien las quiera escuchar. Las charlas desde 2006 están disponibles, realizadas por grandes personalidades como Steve Jobs, Bill Clinton o Bono, entre muchos otras. También está disponible para Android.

4. Adobe Reader

Si no quieres imprimir más lo apuntes, las fotocopias o los resúmenes considera convertirlos a pdf y tenerlos disponibles todos en tu móvil, simplemente con esta app. Podrás marcar páginas, subrayar información o tacharla.

5. Aldiko

Se trata de una biblioteca virtual para poder leer de forma cotidiana y en todo tipo de situaciones, simplemente a través del móvil. Puedes tener todos los libros que permita tu tarjeta de memoria y está disponible para Android.

6. Becas

Esta aplicación para dispositivos iOS es una gran base de datos en la que puedes encontrar todas las becas disponibles para este curso y el próximo. Cuenta con un buscador rápido y sencillo para filtrar de acuerdo al tipo de estudios y el país.

7. SketchBook Mobile Express

Esta app ofrece una manera sencilla de hacer despegar nuestra creatividad e inspirarnos. Puedes realizar garabatos sencillos hasta las obras más complejas. Es sumamente precisa a nivel de movimiento y utiliza un pincel de verdad. Tiene una versión sencilla y gratuita y una paga.

Texto original: http://goo.gl/EpYbSd

The mind: capable of vanquishing disease and traveling the stars. An infinitely complex symphony of chemical reactions, all working together in harmony to navigate the strange, eternally fascinating world we live in. Acquired knowledge, unquestionably, is the fuel responsible for powering mankind’s ascent to the top of the food chain. In light of this, there is nothing more disheartening than watching a bright student struggle to recognize their potential.

Yet, there isn’t a single trigger of lackluster academic performance. Truth be told, it’s often the culmination of numerous variables — some controllable and others not. Even so, the fight for student engagement doesn’t have to be an uphill battle. In this piece, I will briefly examine three of the most common obstacles to student productivity, and then suggest a few tech-based solutions for tearing down these barriers to success.

Obstacle #1: Digital Distractions

As technology becomes increasingly capable of indulging our every whim, educators are forced to walk a fine line between embracing innovation and permitting off-task behavior. Not an easy predicament, as a 2013 study by the University of Nebraska illustrates, finding that the average student uses their mobile device to engage in off-task activities at least ten times a day. So then, does this mean smartphones and tablets are to be shunned completely? Obviously, the answer is a resounding no. After all, if the pace and breadth of current digital innovation is any indication, students are destined to incorporate this technology into every facet of their existence. Much like all things in life, it all boils down to balance.

While social media may cut through borders and cultural differences in a manner unprecedented in our history, that kind of revolutionary connection isn’t so great when it’s time to stay on task in the classroom. How is a teacher to compete against celebrity tweets, a crush who likes a Facebook status, or YouTube videos of cuddly creatures? For this reason, Self Control is an invaluable tool for educators; by allowing you to block all off-task content until a timer runs out, it forces students to take a break from the endless digital bombardment.

The true beauty of the app, of course, is that the block is irreversible. That means even if a student deletes the program entirely, they will still be unable to access restricted content until the timer expires.

It’s suggested that on average, the typical student can digest roughly 20 minutes of lecturingbefore their mind starts to drift. Class discussions and question sessions can break up the monotony, but even the most well-intentioned educator can fall victim to calling on a select few students in an unfair, predictable manner. Equity sticks (popsicle sticks with student names on them) are a popular way of preventing certain students from dominating a conversation. Each stick is placed into a can, with the instructor randomly drawing one out every time they ask a question.

Stick Pick brings this concept to mobile devices, both enhancing and perfecting it. It does this by allowing instructors to customize the difficulty level of each question according to student ability. When a teacher wishes to ask a question, the app randomly selects a student in a way that ensures a fair, diverse discussion. Of course, knowing that they could be called on at any moment also provides students a strong incentive to pay attention.

Obstacle #2: Student Apathy

Since time immemorial, educators have been plagued by blank stares and absent-minded expressions. Truth be told, even the most well-crafted lesson plan proves useless if students are too busy gazing out the window. That said, simply getting angry and dishing out hard discipline does little to win engagement. No, truly effective teaching requires the ability to look outside yourself and empathize, factoring in all of the unique life experiences responsible for shaping the way students approach education. Of course, if that doesn’t work, the careful cultivation of parent-teacher relationships tends to do the trick.

Decode Your Students:

The idea of “learning styles” is both praised and criticized by educators. Advocates swear diagnosing educational preferences and adjusting lessons accordingly increases student engagement and productivity. On the other hand, detractors argue a lack of empirical evidence renders the effectiveness of the approach speculative at best. No matter which side of the fence you’re on, the value in determining the types of content a class is prone to enjoying cannot be denied. Considering learning style surveys are free and readily available, there’s no excuse for failing to capitalize on this concept.

North Star Smart Star Survey:

Although similar in concept to the surveys above, the unique approach taken by the North Star Smart Star Survey app warrants a distinction. After answering a series of whimsical questions, students are presented with their own personal “learning constellations.” Laid out in an easy-to-comprehend manner, all of the areas in which a student excels are prominently displayed, whereas encouragement is provided to pursue those still in need of improvement.

Aside from providing teachers an excellent snapshot of all the unique personalities that make up a classroom, these personalized learning constellations encourage students to take an active role in their academic career — reminding them that they are smart, dynamic individuals capable of reaching great heights.

Mix it Up:

Regardless of the student survey you choose to use, the next step is to incorporate that knowledge into the creation of a blended lesson plan. Let’s say, for example, you discover a large portion of your class responds favorably to auditory learning. Armed with this information, you could stream lessons on iTunes and assign them as homework, thereby providing students a convenient opportunity to learn in a comfortable way. Stacey Roshan, a calculus teacher in Maryland, witnessed drastic improvements to test scores after taking this approach.

Then again, if you’re teaching early mathematics, you could always capitalize on Academic Music— an award winning program that connects fractions to sounds, allowing children to learn core mathematics as they sing and clap along. Point is, you don’t have to sacrifice the integrity of your curriculum to make it enjoyable.

Parent Engagement:

In some scenarios, parental figures are often the only ones with the power to cure educational apathy. Harvard University confirms this assertion, with a 2012 study of 6th and 9th grade classrooms finding direct parent involvement increased homework return rates by up to 40%. Still, reaching out to a guardian can prove challenging.

If you’re lucky, they are eager to stay up to date. If you’re not, they are overly defensive and quick to make excuses. Thankfully, the pervasiveness of mobile technology allows open lines of communication to be established with relative ease. Apps like Remind 101 and platforms likeEdmodo, for instance, are rapidly gaining popularity as non-intrusive methods of notifying parents of important tests and assignments – straight to mobile devices and all without requiring a phone number.

Obstacle #3: Disruptive Behavior

Whether you teach kindergartners or high school seniors, even the smallest instance of poor behavior can derail class time. Even worse, inane rude comments can create an environment that’s uncomfortable enough to drive some students out of school altogether.

Thankfully, technology allows educators to quickly defuse tense situations and nip disruptive behavior at the bud.

Noise pollution can become a real concern in any classroom, especially when students are engaged in group activities. While bustling conversations can be an indication of strong engagement with class material, they can also become so loud that productivity is rendered impossible. Silent Light is designed to resolve this issue entirely.

Utilizing a decimal meter and traffic light display, the app monitors classroom noise levels and projects them in a way that’s easily recognizable by all students. Green means everyone is working at acceptable volume levels, whereas red indicates unacceptably loud behavior.

This innovative app kills two birds with one stone.  Not only does Class Dojo provide parents a snapshot of student performance, it also infuses a large amount of positive reinforcement into the classroom. This is accomplished by allowing instructors to instantly provide feedback in regards to student behavior (accessible by both students and guardians).

For example, participating in a class discussion would earn a student points, whereas a rude comment would deduct them. Keep in mind, the app is designed to encourage, not punish students. That said, parents benefit from no longer having to wait for periodical progress reports to receive updates on academic performance.

Conclusion

When dealing with troubled or disinterested students, it’s essential to remember that they rarely go out of their way to give you a headache. To them, the world is new and filled with excitement. When technology is implemented effectively, the classroom becomes an adaptable, inviting atmosphere; one that nurtures personal growth and allows the mind to blossom into its full potential.

See original text: http://bit.ly/19sjbLV

¿Se puede resumir sin saber resumir? Este artículo te demostrará que sí es posible. Dentro de las Técnicas de Estudio, sin duda una de las más complejas o de las que más cuesta al alumno es sin duda la redacción de un resumen.

Para redactar un resumen no necesitar saber resumir. ¿Qué? ¿Cómo? Así es. Para redactar un resumen lo más importante no es saber redactar, sino elegir entre las opciones de las plantillas que te daré. Hoy te demostraré cómo se puede redactar un resumen sin saber redactar con estos sencillos trucos y la ayuda de las plantillas. ¿Me acompañas?

1. Divide el texto en partes. Si un texto tiene párrafos le corresponderá una parte por párrafo. Si no tiene párrafos, fíjate en los conectores textuales para su división. Sobre cómo resumir un texto sin párrafos te recomiendo que leas el artículo de este enlace.

2. Asigna a cada párrafo una oración simple. Debes evitar escribir más de un verbo en cada oración.

3. Asigna a cada oración tres partes bien diferenciadas. Sujeto + Verbo + Complemento.

4. Une las oraciones simples con un conector textual.

5. Elige un sujeto para cada oración (amarillo).

6. Elige un verbo para cada oración (verde).

7. Elige las palabras clave de cada parte. Debes elegir un máximo de ocho palabras y que sean, preferentemente, sustantivos (azul).

8. Elige los conectores textuales que unirán las oraciones (marrón).

9. No pienses en el resumen hasta el final. Lo que debes hacer es ir construyendo una oración por cada párrafo o parte del texto.

10. Cuando tengas las oraciones simples, sólo te queda unir cada una de ellas con la ayuda de los conectores de la plantilla.

 Texto original: http://goo.gl/3ii8yp

La falta de concentración durante el estudio afecta de forma significativa al rendimiento académico.

"El problema es que no me concentro". Esta excusa es habitual en muchos estudiantes de primaria o secundaria que, tras varias horas de estudio o trabajo, comprueban que el rendimiento ha sido nulo o muy escaso. ¿Se puede remediar este problema? Los especialistas afirman que todos los estudiantes tienen capacidad para concentrarse, pero hay que entrenar y practicar desde pequeños para que sea efectiva. La adquisición de distintas técnicas y hábitos de trabajo puede corregir en gran medida la falta de concentración.

Se le olvida todo lo que estudia, es incapaz de memorizar, pasa horas delante del libro y no aprende. Todos estos signos, si está descartado cualquier problema o déficit de aprendizaje, evidencian una significativa falta de concentración de los niños y jóvenes en edad escolar. Esta incapacidad para concentrarse es uno de los factores de riesgo que afectan al buen rendimiento académico del estudiante.

Por ese motivo, desde los primeros momentos en los que se detecta, es importante actuar para evitar que el problema se prolongue en etapas educativas posteriores. Los progenitores pueden ayudar a sus hijos si les inculcan desde muy pequeños determinados hábitos de trabajo y estudio y si practican con ellos ciertas técnicas mentales que favorecen el desarrollo de la capacidad de concentración.

Siete hábitos para concentrarse

  1. Ambientación del lugar de trabajo: para evitar distracciones que afecten a la concentración del estudiante, es esencial contar con un lugar de estudio aislado, libre de ruidos y sin elementos que puedan favorecer la falta de atención.
  2. Elegir el mejor horario: en el momento de elegir el horario de estudio, el alumno debe atender a sus preferencias según la hora en que se concentre mejor (por la mañana o por la noche), pero también de acuerdo al momento del día en el que pueda obtener mayor tranquilidad en el espacio de trabajo y a las horas en que esté más descansado.
  3. Pauta de estudio: para evitar la desconcentración que causa el cansancio, es recomendable establecer una pauta horaria estructurada que combine el descanso y el estudio. Algunos especialistas recomiendan estudiar en intervalos de 40-45 minutos y hacer un corte entre ellos de 10-15 minutos. Este descanso ayuda a despejar la mente y la prepara para el siguiente periodo de concentración.
  4. Organizar el material: levantarse a por una regla, tener que buscar el sacapuntas o salir de la habitación a por el diccionario son algunas de las distracciones que afectan a la concentración del estudiante. Se pueden evitar si antes de comenzar a estudiar se organiza con eficacia el espacio de estudio.
  5. ¿Solo o acompañado?: a muchos estudiantes, la sola presencia de un compañero en el mismo espacio de estudio les distrae de su tarea. Sin embargo, para otros resulta motivador y les incentiva a concentrarse en sus estudios, siempre que el acompañante tenga la misma actitud.
  6. Intercalar técnicas de estudio: memorizar durante dos horas seguidas o dedicar una jornada completa de estudio a hacer resúmenes y esquemas puede llegar a cansar al estudiante y a provocar que se desconcentre de sus tareas. Para evitarlo, conviene combinar durante la misma sesión de trabajo diferentes técnicas de estudio que la amenicen y la hagan más interesante para el estudiante.
  7. Cambiar de materia: si la falta de concentración es inevitable, una buena alternativa es cambiar de materia de estudio. Este cambio aportará al estudiante un nuevo interés y aumentará otra vez su concentración. Es probable que cuando cambie de nuevo, vuelva a concentrarse de manera adecuada en la materia anterior.

Técnicas que favorecen la concentración

La falta de concentración está provocada en muchas ocasiones por la ansiedad, la tensión o las preocupaciones. En este caso, el estudiante puede recurrir a distintas técnicas y ejercicios mentales que le ayudarán a relajarse y a preparar y ejercitar su mente para obtener una mayor concentración en sus estudios.

Texto original: http://goo.gl/f8bD2o

Con frecuencia, los profesores que imparten este idioma se encuentran con que sus estudiantes se frustran al cabo de unos meses al no ver cumplidos sus objetivos de aprendizaje. Y es que muchos alumnos comienzan a aprender un idioma como algo temporal, creyendo que con unos cuantos meses o cursos lo dominarán y no tendrán que estudiar más.

Esta situación carece de sentido. Por ejemplo, ¿cómo va a conseguir un alumno entender inglés con una exposición de 40 horas anuales si un nativo a la edad de siete años ya ha tenido una exposición de 10.000 horas? Cuantas más horas se inviertan, mejor. Además, hay que tener en cuenta que el cerebro no puede asimilar tanta información en apenas unos meses y, por tanto, resulta imposible aprender y desenvolverse con soltura en una segunda lengua como el inglés en poco tiempo.

Es necesario un cambio de mentalidad para que el alumnado triunfe aprendiendo inglés. Para ello, la empresa de enseñanza de idiomas on line Dexway propone una serie de consejos para ayudar a los alumnos a aprender inglés y enfocar el aprendizaje como algo que siempre les acompañará:

1. No plantear el aprendizaje del inglés en unos meses o años, sino como algo para toda la vida. El estudio del inglés es una forma de vida y debe formar parte del alumno, haciéndole ver que le servirá para alcanzar sus metas, encontrar trabajo, ganar más dinero, viajar por el mundo o mejorar en su profesión.

2. Proponer metas cortas para ver el progreso en poco tiempo. Es una de las técnicas más importantes para ayudar al alumnado a triunfar con su inglés. Esta meta no debe ser nunca ‘hablar inglés perfectamente’, son necesarias metas realistas y al alcance de todo el mundo. Algunos ejemplos de metas cortas, concretas y alcanzables son:

– Mejorar en un 5% o 10% la parte del listening en 3 o 6 meses.

– Practicar inglés 2 o 3 horas a la semana.

– Aprender bien 3 verbos irregulares a la semana.

– Aprender una frase con vocabulario nuevo cada día.

3. Ayudar al alumnado a no tener miedo a hacer el ridículo y que conozca sus progresos. Se trata de una recomendación muy efectiva si los estudiantes la aplican correctamente. Cada vez que los alumnos sientan miedo al ridículo hay que convencerles de que no es así y visualizar con ellos los progresos que saben que han conseguido en las últimas semanas o meses. Este consejo hay que aplicarlo en aquellas situaciones en las que se sientan avergonzados y combinarla con la consecución de metas cortas.

4. Paso a paso se consigue. Enseñar a los alumnos que los métodos rápidos y sin esfuerzo no es verdad. Para aprender inglés es necesario dedicación continua, trabajo, esfuerzo, tesón y práctica.

En definitiva, es importante inculcar a los alumnos que el aprendizaje del inglés es un camino de por vida en el que hay que invertir tiempo para alcanzar la cima y donde hay que ser pacientes a lo largo de este proceso.

Fuente: http://ow.ly/KiuCN

La aplicación de la teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner en las aulas supone cambiar el enfoque con el que el docente se enfrenta al proceso de enseñanza aprendizaje y supone toda una revolución para el alumnado. En primer lugar, respeta las características únicas de cada estudiante, profundizando en la idea de que todas las personas poseemos al menos ocho formas de inteligencia, presentes en distintos estados de desarrollo desde el nacimiento. La aplicación de esta teoría respeta la idiosincrasia de cada alumn@, valora y potencia las inteligencias que más sobresalen en cada persona y contribuye a desarrollar el resto.

El profesor Ginés Ciudad Real,creador del blog de recursos educativos Orientación Andújar,explica para Educación 3.0 cómo es posible aplicar la teoría de las IIMM en el aula y cómo hacerlo con la ayuda de las TIC. Además, muestra el contenido de los cursos y talleres que ofrece para todo aquel docente que quiera profundizar sobre ello:

Fue en el año 1983 cuando el, psicólogo, investigador y profesor de la Universidad de Harvard Howard Gardner escribió un libro donde planteaba un nuevo modelo de definición y concepción de la inteligencia: la teoría de las inteligencias múltiples.

Este nuevo punto de vista era una nueva forma de entender la inteligencia, hasta el momento el aprendizaje se centraba únicamente en las habilidades lingüísticas y lógico-matemáticas y en los resultados académicos, dejando a un lado otra serie de aptitudes y competencias básicas para el desarrollo personal.

Howard Gardner afirma que “las nuevas tecnologías y las herramientas web 2.0 nos van a abrir una gran cantidad de oportunidades para potenciar el aprendizaje de nuestros alumnos y atender a la pluralidad de aprendizajes que se da dentro de nuestras aulas”.

A lo largo de las siguientes líneas vamos a desarrollar las herramientas y los recursos TIC que tenemos a  nuestro alcance, y que nosotros proponemos en nuestro Taller de Inteligencias Múltiples (IIMM), con el fin de crear espacios plurales dentro y fuera de la escuela dada la versatilidad de las mismas.

 

Texto original: http://bit.ly/1BxN2Ka

 

We teach a lot that isn’t going to matter, in a significant way, in students’ lives, writes Professor David Perkins in his new book, "Future Wise." There’s also much we aren’t teaching that would be a better return on investment.

Professor David Perkins likes to tell this story: Indian leader Mahatma Gandhi was getting on a train. One of his sandals slipped off and fell to the ground. The train was moving, and there was no time to go back. Without hesitation, Gandhi took off his second sandal and threw it toward the first. Asked by his colleague why he did that, he said one sandal wouldn’t do him any good, but two would certainly help someone else.

As Perkins writes in his new book, Future Wise, “People cherish the story as a marvelous example of a charitable act. And so it is, on a small scale, seizing a singular moment.”

But as he also points out, and as he told an audience at the Future of Learning institute held this past summer at the Ed School, it was more than that: It was also a knowledgeable act. By throwing that sandal, Gandhi had two important insights: He knew what people in the world needed, and he knew what to let go of.

Educators, Perkins says, need to embrace these same insights. They need to start asking themselves what he considers to be one of the most important questions in education: What's worth learning in school?

What’s worth learning in school? It’s a question that students have been lobbing at teachers for years, in a slightly different form.

“In the back of the class, there’s that idly waving hand,” Perkins writes. “You’ve been teaching long enough to be pretty sure that hand is going to go up as soon as you got started on this topic, and so it does, with an annoying indolence. All right. You gesture toward the hand, Let’s hear it.

“The student: ‘Why do we need to know this?’”

As a teacher, Perkins says he hates that question. Teachers work hard at what they do, and the question is disrespectful. Yet, he admits, the question is actually a good one — an “uppity version” of what’s worth learning in school. (It’s also one he admits having asked once or twice himself.)

“When that ballistic missile comes from the back of the room, it’s a good reminder that the question doesn’t just belong to state school boards, authors of textbooks, writers of curriculum standards, and other elite,” he says. “It’s on the minds of our students.”

That’s why Perkins decided to devote an entire book, and many lectures and discussions, to how that question gets answered.

These days, he says we teach a lot that isn’t going to matter, in a significant way, in students’ lives. There’s also much we aren’t teaching that would be a better return on investment. As a result, as educators, “we have a somewhat quiet crisis of content,” Perkins writes, “quiet not for utter lack of voices but because other concerns in education tend to muffle them.” These other concerns are what he calls rival learning agendas: information, achievement, and expertise.

INFORMATION

For starters, most education has become a mastery of a very large body of information, even if it’s not what Perkins calls lifeworthy — likely to matter, in any meaningful way, in the lives learners are expected to live.

“It’s nice to know things. I like to know things. You like to know things,” Perkins says. “But there are issues of balance, particularly in the digital age. The information in textbooks is not necessarily what you need or would like to have at your fingertips.” Instead, even though most people would say that education should prepare you for life, much of what is offered in schools doesn’t work in that direction, Perkins says. Educators are “fixated” on building up students’ reservoirs of knowledge, often because we default to what has always been done.

“Conventional curriculum is chained to the bicycle rack,” he says. “It sits solidly in the minds of parents: ‘I learned that. Why aren’t my children learning it?’ The enormous investment in textbooks and the cost of revising them gives familiar elements of the curriculum a longer life span than they might perhaps deserve. Curriculum suffers from something of a crowded garage effect: It generally seems safer and easier to keep the old bicycle around than to throw it out.”

As a result, “the lifeworthiness of the multitudinous facts and ideas in the typical curriculum is spotty,” he says. “It seems not to have been thought through very carefully.”

And simply having a vast reservoir of knowledge isn’t helpful if it’s not being used. “Knowledge is for going somewhere,” Perkins says, not just for accumulating. But too often, we tend to focus on short-term successes — scoring well on a quiz, acing a spelling test. Unfortunately all of that test knowledge, all of that accumulated knowledge we thought was worth knowing, becomes useless if not used.

“The hard fact is that our minds hold on only to knowledge we have occasion to use in some corner of our lives,” Perkins writes. “Overwhelmingly, knowledge unused is forgotten. It’s gone.”

Here’s where, during the Future of Learning session, Perkins asked the audience to think about something they learned during the first dozen years of schooling that really matters in their lives today, beyond basics like learning to read and not including specialty professional skills.

“The frightening thing when I have these conversations is how hard it is for people to answer,” he says. “I find that frightening. It also says a lot about the current state of education.”

Take mitosis, the process of cell division. During the Future session, he asked everyone in the audience — hundreds of people — to raise their hands if they had studied mitosis in high school. Pretty much every hand went up. He asked how many people remember, basically, what it is. About half went up. He then asked how many have used their knowledge of went up.

Perkins acknowledged that he personally finds mitosis fascinating and stressed that with learning, there should always be room for passion, “but in terms of generalized education and what everyone should learn, something like mitosis doesn’t score well.”

ACHIEVEMENT

Just as educators are pushing students to build a huge reservoir of knowledge, they are also focused on having students master material, sometimes at the expense of relevance. This happens, for example, with the achievement gap. While Perkins is quick to say that the achievement gap is a highly important problem that should be taken seriously, in general, he says, “achievement” is about mastering a topic and less about providing lifeworthy content. The achievement gap asks if students are achieving X. Instead, it might be more useful to look at the relevance gap, which asks if X is going to matter to the lives students are likely to lead.

“If X is a good mastery of reading and writing, both questions earn a big yes!” Perkins says. “Skilled, fluent, and engaged reading and writing mark both a challenging gap and a high-payoff attainment. That knowledge goes somewhere. However, if X is quadratic equations, the answers don’t match. Mastering quadratic equations is challenging, but those equations are not so lifeworthy.” Perkins says we can fill in X with thousands of topics that make up the typical curriculum, such as geography. Students are drilled to remember state capitals and major rivers and rewarded as “achieving” when they score well. And while it’s nice and sometimes useful to know those things, Perkins argues that instead, knowing how the location of rivers and harbors and other features of the land have been shaped and continue to shape the course of history offers more in terms of lifelong usefulness — more so than “a bag full of facts. All that talk about achievement leaves little room for discussing what’s being achieved.”

EXPERTISE

And then there’s what Perkins calls “the Holy Grail” of learning in school: becoming an expert. The typical math curriculum is a good example of how we want learners to move toward expertise in a subject, with little regard for usefulness. Arithmetic leads to algebra, including many “hardly used twists and turns” of advanced algebra, then to geometry and calculus, “an entire subject that hardly anyone ever uses,” Perkins writes.

Unfortunately, if someone questions whether this expertise serves students well and instead suggests more life-relevant topics, Perkins says the common reaction is: “We’re sacrificing rigor!” But that doesn’t have to be the case. Instead of building during the first 12 years of schooling toward expertise in an advanced topic like calculus that hardly ever comes up in our lives, Perkins says students can instead become “expert amateurs” in something like statistics — a rigorous topic that is also used in daily life. In fact, expert amateurism works great, he says, in most of what we do in our lives — raising children, filing taxes, appreciating art, understanding insurance rates, or dealing with our own health care.

Perkins is very clear that expertise in a specific field is not bad; in fact, he encourages it and assumes it will happen at the college or university level. But he advocates that in today’s world, younger students need to first master the fundamentals of key learning and then decide where they want to specialize.

So we come back to the question: What is worth learning? In his book, Perkins promises that he is not going to answer that question, at least not in a tidy way. There’s no list of 1,000 things we must know or teach. Perkins says there would be no way to create a definitive list because there are lots of things worth learning at any given time or for a specialized career or even simply because we enjoy learning.

Instead, he does know that the encyclopedic approach to learning that happens in most schools that focuses primarily on achievement and expertise doesn’t make sense.

“The fixation on the heap of information in the textbooks is itself part of the problem because the world we are educating learners for is something of a moving target,” he says.

Historically, the first 12 or so years of schooling have focused on educating for the known, “the tried and true, the established canon,” he writes. “This made very good sense in the many periods and places where most children’s lives were likely to be more or less like their parents’ lives. However, wagering that tomorrow will be pretty much like yesterday does not seem to be a very good bet today. Perhaps we need a different vision of education, a vision that foregrounds educating for the unknown as much as for the known.”

And to do that, Perkins says we need to rethink what’s worth learning and what’s worth letting go of — in a radical way.

“We do kind of need to blow up the system and start fresh,” he says. “Well, maybe not blow up the whole thing, but at least some corners.”

One of those corners is the drive to educate through high-stakes testing, he says.

“It’s clear that NCLB has not worked well,” with pressures on teachers and students, sometimes leading to instances of cheating and maneuvering. With high-stakes testing, he says, there’s a fixation on “summative” versus “formative” assessment — evaluating students’ mastery of material with exams and final projects (achievements) versus providing ongoing feedback that can improve learning. “You end up shooting for the Big contest, the Big test, at the end of the year,” he says. “It’s a distortion.” As a result, “students are asked to learn a great deal for the class and for the test that likely has no role in the lives they will live — that is, a great deal that simply is not likely to come up again for them in a meaningful way.”

Perkins stresses that he isn’t taking a stance against assessment, which he says is critical for learning. Instead, “it’s more about how assessment is made. This is a vote for a richer form of achievement.”

To be fair, he says, the assessment “game” as it’s usually played in education seems perfectly reasonable — at first. Tests “are socially pretty efficient. You can distribute them widely and score them efficiently,” he says. “We give those tests. We evaluate those tests. But that makes for shallow learning and understanding. … You cram to do well on the test but may not have the understanding. It unravels.”

Instead, we should be moving away from an understanding of something — the information on the test, the list of state capitals — to an understanding with something. With the latter, he says, students are able to then make connections to other things. For example, rather than just learning facts about the French Revolution, students should learn about the French Revolution as a way to understand issues like world conflict or poverty or the struggle between church and state. Without those connections, Perkins says he’s not surprised that so many people have trouble naming things they learned early on that still have meaning today or that disengaged students are raising their hands, asking why they need to know something.

“And students are completely right,” he says. “First-graders are very interested [in school], but over time, engagement slides and slides. There are often multiple reasons why, but one is that they don’t see the relevance of what they are learning. They don’t see how it serves their lives.”

Growing up in Farmington, Maine, a small town with just under 5,000 residents, Perkins remembers it feeling safe and peaceful, a great place to come of age. He also remembers being bored with school through eighth grade.

“I got excited in high school when I encountered a range of topics treated at a higher level,” he says. But, he acknowledges, he was probably unique. “I was lucky, I think, in that I’m not so much the kind of person that Future Wise was written for. I like a lot of knowledge for knowledge’s sake. Algebra, history — I can really get into those things. I don’t have to ask myself how is this going to be enlightening my life.”

Still, despite his own experience, he says that in the bigger picture of learning, we need to remember Gandhi.

“As the train started up and Gandhi tossed down his second sandal, he showed wisdom about what to keep and what to let go of,” Perkins says. “Those are both central questions for education as we choose for today’s learners the sandals they need for tomorrow’s journey.”

Original here.

 

¿Cuál es el secreto del lugar “más feliz sobre la tierra”? Esta empresa nos revela el secreto para formar a los empleados más leales y competentes del mundo.

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¿Cuántas veces has escuchado hablar sobre el exitoso servicio al cliente de Walt Disney? Ese modelo comercial que se ha convertido en una receta secreta que todo mundo envidia y que pocos saben implementarla. Sin embargo, todo exitoso final tiene un gran principio, y en este caso, antes de existir el 'servicio al cliente' está “La Universidad Disney”, donde lo anterior fue moldeándose y tomando forma.

Walt Disney lo sabía. No bastaba con crear un parque de diversiones donde la gente anhelara, por un instante, pertenecer a un maravilloso cuento de hadas, sino que se necesitaba crear colaboradores que fueran capaces de representar a este mundo: necesitaban personajes de cuentos de hadas.

“Walt Disney tenía bastantes arquitectos para los edificios, pero necesitaba con desesperación a un arquitecto humano, alguien que pudiera ser tan creativo con el diseño de la orientación para empleados y el proceso de capacitación”, menciona Doug Lipp, autor que en su libro Universidad Disney revela el corazón de la cultura y los principios de los altos ejecutivos, así como  la filosofía operativa de la empresa.

Es así como Van France, profesor emérito y fundador de esta singular universidad, pasó de ser un instructor de empresas y militar para convertirse en un productor de sueños. France se ha convertido en una leyenda en la gestión de capital y en la creación de una cultura organizacional de leyenda.

Publicado en Alto Nivel
Leer todo el artículo http://www.altonivel.com.mx/45398-4-clases-de-la-universidad-disney-para-ser-exitoso.html

 

 

 

El e-learning se establece como una alternativa para complementar la educación tradicional de niños y jóvenes

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(QUO) — El e-learning lleva más de una década de existencia de existencia y por ahora quienes lo apoyan consideran que es una revolución en la manera en que se imparte la educación.

“Es fácil que un alumno domine un tema usando una computadora porque, a diferencia de un maestro, no se cansa de repetir el mismo video cinco veces”, dice Daphne Koller, una de las más entusiastas promotoras de esta modalidad educativa y cofundadora de Coursera, una plataforma en línea para ingresar a diferentes cursos, que cuenta con 640,000 estudiantes de 190 países y convenios con universidades como Yale, Stanford, Manchester, la UNAM y el Tecnológico de Monterrey.

Estos modelos no representan el fin de la educación ‘tradicional’ con maestros de carne y hueso y aulas educativas, sino la potenciación de un modelo de acompañamiento para niños, adolescentes y jóvenes adultos de acuerdo con este artículo publicado en la revista QUO.

Los cursos pioneros

El e-learning inició con la popularización de internet en 1991 y con la creación de ambientes multimedia como la web en 1993, pero fue hasta el 2000 que se ofrecieron los primeros cursos virtuales.

Una de las primeras opciones gratuitas fue Khan Academy, fundada en 2006 y que hoy cuenta con 80 millones de usuarios. El proyecto inició cuando el estadounidense Salman Khan hizo una serie de videos para ayudarle a su sobrina a estudiar matemáticas a distancia. Estos videos se popularizaron y para noviembre de ese año se constituyó como un instituto.

Bill Gates, Google, Reed Hastings de Netflix y las universidades de Harvard, Yale, MIT y Princeton, entre otras, han aportado fondos para mantener con vida a Khan Academy. En 2013 la fundación Carlos Slim firmó un acuerdo para poder ingresar a cursos provistos por esta página de internet.

En México hay entre 40 y 50 instituciones que ofrecen educación virtual, de acuerdo con datos del Consejo Internacional de Educación Abierta y a Distancia y el Espacio Común de Educación Superior a Distancia. Quienes llevan la batuta en esta área son instituciones como la UNAM, el Tecnológico de Monterrey y la Universidad de Guadalajara.

 

Publicado en CNN México
Leer todo el artículo http://mexico.cnn.com/tecnologia/2014/08/18/las-herramientas-digitales-pueden-ayudar-a-la-educacion-de-tu-hijo

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We live in a world where education is constantly evolving. Every day there are new things to learn, new scientific achievements to share, or simply new volcanoes emerging from the earth that need to be named and recognized geographically.

It is hard not only for students to keep up with the rhythm of this new era, but also for teachers. While there are some of us who prefer the traditional ways of learning and teaching, we simply can’t ignore the fact that technology is changing the world, and not only the world, technology is also changing us.

Generations of children are coming our way with new ways to process the information we give them. We, as human beings, have never been in a world so full of knowledge. The difference now from 1945 is that we have the power to decide what we do with all that information. Do we send it back to the trash bin? Or, do we keep it for a later reading? Do we subscribe to that blog or not? It’s all part of this new era, and it’s hard, because we’re living in a world where kids’ attention is harder to gain.

iPods, iPhones, tablets, Kindles, and everything in between; our children are using gadgets to get hold of the information that used to be provided to teachers through radios, movie theaters, TV and old magazines. So, if the tools they are using to learn are changing, why aren’t the classrooms changing too?

Studies that go back to 2004, (10 years is a lot if you consider how fast we’re moving) showed that establishing an e-learning system for supplementary learning purposes in the classroom can help students to improve their learning capacity, but most importantly that it allows them to have more effective interactions between them and their classmates and between them and the teacher.

So, what does this have to do with apps? It’s easy! Once we’ve figured out what technological tools we have, we need to make sure we use them correctly. There are thousands of apps online that can help us improve the things we are saying in the classroom. If I’m a science teacher and it is, let’s say, Shark Week, I might want to give my students a chance to look at this amazing app called: Ultimate Sharks. Or if I’m doing a screen-writing workshop and I need to enhance my student’s ability to create a simple plot, I can use a specific app for this task.

The more we learn about apps ourselves, their functionality, their pros and cons, the more we’ll be able to explore them as a way of enhancing what we are trying to teach. It’s like being a writer and knowing which pen will help us write more smoothly.

 

Copyright © 2014 by Cengage Learning

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México.-  A partir de este mes, estará disponible Classroom, una aplicación educativa para profesores y cualquier usuario  que cuente con Google Apps for Education.

La aplicación fue presentada desde mayo, funcionará para organizar a los maestros de forma rápida, recoger tareas, monitorear a sus alumnos y hacerles comentarios en tiempo real.

Con esto se busca  mejorar la comunicación en clases con la combinación de aplicaciones como Google Drive, Gmail. Será gratuita y disponible en 40 idiomas para cualquier dispositivo.

 
Publicado en Wradio
Leer todo el artículo http://www.wradio.com.mx/noticias/sociedad/disponible-asistente-educativo-de-google/20140812/nota/2364654.aspx

El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) es la mejor universidad del mundo para estudiar una ingeniería.

Esto según el World University Ranking by Subject 2014, elaborado por la consultora británica Quacquarelli Symonds (QS).

De acuerdo a este ranking, el MIT encabeza la lista en las cinco ingenierías que mide la consultora: Ingeniería Civil, Ingeniería en Computación y Sistemas, Ingeniería Química, Ingeniería Eléctrica y Electrónica e Ingeniería Mecánica, Aeronáutica y Manufacturera.

 

Publicado en Unión Cancún
Leer todo el artículo: http://www.unioncancun.mx/articulo/2014/06/24/educacion/las-mejores-universidades-del-mundo-para-estudiar-ingenieria  

La firma apuesta por la innovación en la investigación en México a través de herramientas digitales.

 

México D.F. 26 de mayo de 2014 – A través de su sello Gale, Cengage Learning -proveedor líder en soluciones para el aprendizaje- pone a disposición de instituciones educativas, bibliotecas y centros de investigación de América Latina un motor de búsqueda que está compuesto de más de 600 bases de datos en línea, un extenso catálogo de libros y colecciones, ambos en formato digital, de gran variedad de temas.

Dentro de las Soluciones en Línea para la Investigación y la Biblioteca que ofrece Cengage Learning se encuentran los archivos digitalizados de algunas de las publicaciones más prestigiadas del mundo, como: The Economist, Smithsonian y National Geographic, presentadas en una eficaz plataforma, con funciones y herramientas que permiten agilizar la localización y consulta de información específica, facilitando así la labor de los usuarios.

La oferta de Cengage Learning, a través de Gale, comprende además el registro de más de 10 millones de documentos de gran valor histórico de los siglos XVIII y XIX, que puede ser consultado mediante Artemis, un novedoso ambiente de búsqueda en línea que interconecta las diferentes colecciones de fuentes primarias y de referencia de Cengage Learning para brindar una experiencia de estudio más completa.

Además, la compañía recientemente anunció la expansión del inventario de Gale Virtual Reference Library (GVRL por sus siglas en inglés), programa de consulta virtual de textos de referencia para bibliotecas y escuelas; que ahora cuenta con 70 nuevos e-books propios y más de 350,000 monografías. Con ello, GVRL cuenta ahora con más de 11,000 títulos de referencia en inglés, español y portugués provenientes de sellos propios y de más de 100 reconocidas editoriales asociadas, por lo que fue distinguida en 2012 como la mejor base de datos por la publicación Library Journal en Estados Unidos.

“En Cengage Learning, uno de nuestros principales objetivos es fomentar la innovación en el conocimiento, por lo que es muy importante que las instituciones educativas conozcan este tipo de recursos electrónicos para la investigación, que se caracterizan por la precisión, confiabilidad y organización de los contenidos”, comentó Enrique Enríquez, Research Solutions Business Manager de Cengage Learning México. Además agregó: “Lo que buscamos es adaptar los materiales escolares a las necesidades de las nuevas generaciones, integrando las metodologías tradicionales con sistemas por competencias y herramientas tecnológicas para apoyar el aprendizaje del siglo XXI y el pensamiento crítico de los educandos”

“La idea de mejorar la educación de las personas a través del uso de herramientas digitales, nos obliga a acercarnos a los estudiantes y conocer sus intereses y necesidades, con lo que podemos construir soluciones integrales como los Portales Temáticos de Conocimiento, que incorporan en un solo sitio una amplia gama multimedia como libros, revistas especializadas, videos, imágenes, etcétera”, concluyó Enríquez.

Acerca de Cengage Learning

Cengage Learning es una compañía líder en el desarrollo de contenidos, tecnologías educativas para los niveles de educación básica y superior, y los mercados profesional y de bibliotecas en todo el mundo. La compañía ofrece contenidos de primera calidad, servicios personalizados y soluciones digitales para cursos que aceleran la participación de los estudiantes y transforman la experiencia de aprendizaje. Cengage Learning tiene su sede en Boston, Massachusetts, cuenta con oficinas en 20 países y tiene presencia en más de 140 naciones en todo el mundo. Para mayor información visite www.cengage.com.mx

 

Contacto de prensa Cengage Learning México:
Alma Ortega
Clark, Maauad y Asociados
(55) 5574 4244 Ext. 116
[email protected]

 

Los estudiantes inician un curso con una serie de actitudes, comportamientos, creencias y experiencias que pueden tener un impacto en la interacción con el profesor, los compañeros e incluso el material de la clase. Conforme avanza el curso, es posible que los estudiantes se enfrenten a otras situaciones personales como manejo de tiempo, enfermedades y problemas sociales, que pudieran incrementar sus niveles de estrés y desviarlos de sus metas académicas.
Los alumnos deben responsabilizarse de su salud, su actitud y su bienestar en general. No obstante, como profesor puede usted jugar un papel primordial ayudando a sus alumnos a desarrollar prácticas saludables que mejoren su manejo del estrés y los permita alcanzar el éxito deseado en la escuela.

¿Integra usted temas de bienestar en su curso? Compártanos sus comentarios.

Post publicado en: http://blog.cengage.com/?top_blog=the-relationship-between-student-wellness-and-student-learning

 

Aterrizado de un interminable vuelo de 19 horas de duración, y ya acomodado a mi huso horario habitual, finalmente tengo la oportunidad de reflexionar sobre lo vivido en el WISE (World Innovation Summit for Education), tal vez la reunión de innovación educativa más relevante del mundo, celebrada anualmente por la Qatar Foundation en Doha.

Bajo el lema Innovation for Impact y ante la presencia de 1.500 funcionarios y educadores de más de 150 nacionalidades, tanto la Jequesa Mozah bint Nasser al-Missned como la mismísima Michelle Obama se ocuparon de establecer desde el inicio del Congreso un sentido de urgencia a la agenda educativa en el mundo.

Fueron 48 horas histéricas (en el buen sentido del término) de reuniones plenarias, paneles con debates de todos los tipos y colores, reuniones on-the-spot en los pasillos del imponente Centro de Convenciones con colegas de cualquier nacionalidad, presentaciones y cruces de tarjetas y libros, además del deleite de alguna comida típica. Pocas horas de sueños y miles de sueños para un mundo que, gracias a eventos de esta envergadura, va tomando conciencia que la educación es el mandato más acuciante de los líderes políticos, y que la innovación educativa debe convertirse pronto en la nueva religión de los profesionales de la educación, en un tema de agenda de gobierno más allá de los anuncios de campaña.

No es sencillo ni conducente intentar hacer una síntesis precisa y justa de los temas cubiertos, así que no me embarcaré en esa empresa. La ambiciosa agenda, que puede ser consultada en www.wise-qatar.org, cubrió prácticamente todos los temas de todos los niveles educativos, así que invito a que se sumerja en ella. Sin embargo, a mi entender, hubo tres claros mensajes y lineamientos, detrás de los cuales sería interesante que aunemos esfuerzos.

El primer mensaje giró en torno a la necesidad de imprimirle un mayor dinamismo a las implementaciones de estrategias y prácticas pedagógicas innovadoras. El pace of change, el ritmo de cambio, por el momento, no es consistente ni con el mundo de posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de las información, ni con los datos duros de los sistemas educativos nacionales que muestran estancamiento e involución en muchos aspectos e indicadores relevantes. Si cambiar es un mandato, porque las evidencias actuales sostienen grandes falencias en casi todos los sistemas educativos del mundo, ya no es admisible que la discusión de la innovación educativa se agote en la teoría. Se inicia, de esta manera, una era en donde se rechazará a los teóricos del cambio en educación, y se acogerá con sumo interés a los implementadores. Se agotó el tiempo de los deberes (se debería hacer esto…) y pareceres (me parece que…) y, finalmente, la era de los “haceres y hacedores” ascendió al tope del ranking de las prioridades en esta discusión. ¡Enhorabuena!

El segundo mensaje giró alrededor de la necesidad de lograr impacto a partir de implementaciones a escala. En la tensión entre lo bueno o lo perfecto, se enfatizó en la necesidad de lograr diseños innovadores apenas buenos o solo mejores que los existentes, pero que tengan la capacidad latente de desplegarse rápidamente entre todo un sistema educativo nacional o territorial. Solo de esta manera, se argumentó, se lograrán revertir situaciones de exclusión, baja calidad de los aprendizajes o falta de preparación para el mundo del trabajo del siglo XXI. Este llamado representa un severo cuestionamiento hacia los diseñadores de políticas públicas educativas, en tanto prioricen la estabilidad en el cargo por sobre el mandato de llevar diseños originales a todo su territorio, y hacia los edupreneurs, en tanto solo busquen diseños atractivos e innovadores sin replicabilidad o escalabilidad. No estoy cuestionando que un emprendedor del mundo educativo cree un formato o institución novedosa y atienda a una población reducida. Solo sostengo, siguiendo el argumento del Congreso, que no es suficiente, no dando plena cuenta del llamado a la cobertura allí realizado.

El último punto estuvo referido a la educación para la paz, con el matiz de la inclusión más activa de la mujer en el mundo de la educación secundaria y superior, argumento central del discurso de la primera dama norteamericana. Se mostrar0n videos y múltiples argumentos sobre las situaciones de guerra y violencia extrema en Siria, Kenia, Uganda, Guatemala, México, Salvador, Alemania o Pakistán, por mencionar algunos lugares. Se enfatizó en la necesidad de establecer un consenso mundial sobre la protección activa del derecho del niño/a a recibir educación, aún en aquellos territorios con conflictos armados. Como una suerte de nuevo pacto. En definitiva, se argumentó, es dificultoso lograr la paz en el mundo si los adultos y ciudadanos del mañana transitan una vida de niñez en donde la violencia esté naturalizada y la educación no ocupe un lugar primario.

El encuentro fue, desde todo punto de vista, una bocanada de aire fresco, una verdadera travesía compartida con colegas, a la vez que la confirmación de un mandato claro para quienes se sienten educadores de estos tiempos. Parados en el medio de los problemas reconocidos y medidos, y con la certeza de que más de lo mism0 no conducirá a ningún lado, el llamado resulta tan contundente como persuasivo.

WISE se propuso y logró agitar alta la bandera de la innovación, elevar la voz con un tono firme y un sentido de urgencia, apelar a lo más íntimo de nuestro deber y vocación. Solo resta hacer, innovar, asociarse, aprender juntos, transitar y correr el riesgo. No hay otra agenda posible para los líderes.

Por Juan María Segura

A pesar de que el trabajo colaborativo ha demostrado ser una eficiente estrategia de aprendizaje, para quienes no han vivido aún esa experiencia el trabajar en forma colaborativa les ha generado ciertos conceptos erróneos.

Conoce cuáles son algunos mitos que existen sobre el aprendizaje colaborativo:

1. La exposición está prohibida en los salones.

La exposición no está prohibida en los grupos de aprendizaje colaborativo. Sigue siendo un recurso útil para presentar la información que no está disponible en otra parte, ahorrando tiempo a los estudiantes en la búsqueda de información, despertando su interés en el tema y enseñándoles a aprender auditivamente (Johnson y Johnson, 1999). Sin embargo, las exposiciones son versiones modificadas de las exposiciones tradicionales, pues se intercalan actividades cortas, activas y colaborativas.

2. Los profesores no alcanzan a cubrir todo el programa porque las actividades toman demasiado tiempo.

Muchos profesores temen perder parte de su contenido al utilizar métodos de aprendizaje colaborativo porque las actividades en equipo normalmente requieren de más tiempo que las exposiciones tradicionales. Los estudiantes necesitan tiempo para trabajar juntos, llegar a un consenso, formular opiniones, presentar información y realizar investigaciones. Es verdad que al principio, mientras aprenden a trabajar como grupo, los equipos trabajan lentamente, deben analizar cómo lo que funciona y lo que no funciona y recibir capacitación acerca de la resolución de conflictos. Sin embargo, una vez que los estudiantes se acoplan al proceso, su nivel de retención y de pensamiento crítico se incrementa al punto de que pueden avanzar en el contenido del currículum más rápidamente (Prescott, 1996).

3. No hay suficiente tiempo en clase para utilizar actividades de aprendizaje colaborativo.

Todas las actividades de equipo que se realizan con efectividad en la clase no requieren de mucho tiempo. Richard Felder, profesor de ingeniería química en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, sugiere que algunas de las preguntas que se hacen durante la exposición en clase se asignen a pequeños equipos y darles 30 segundos para obtener las respuestas (Felder y Brent, 1994). Por ejemplo, en lugar de presentar todo el material del curso en una exposición, los profesores pueden entregar materiales de apoyo con explicaciones y diagramas (Felder y Brent, 1994) dejando algunos apartados para cubrirlos durante la clase o posteriormente por los mismos estudiantes. De esta manera, los profesores pueden dedicar el tiempo que antes utilizaban para escribir en el pizarrón en otras actividades de aprendizaje.

4. Si las tareas se piden en equipo, algunos alumnos no contribuyen y reciben el crédito por trabajo que no hicieron.

El aprendizaje colaborativo incluye formas de asegurar la responsabilidad individual. (Felder y Brend, 1994). Los estudiantes que no participan, usualmente reprueban sus exámenes individuales, exámenes rápidos o tareas. Otra técnica para asegurar la participación de todos los miembros es pedir a un estudiante, al azar, que exponga la solución del equipo, después poner a todo el equipo la misma calificación, basándose en la respuesta de esa persona. Esta técnica es más efectiva cuando el profesor hace el esfuerzo de no pedirle esto a los estudiantes más destacados. Estos estudiantes generalmente toman la responsabilidad de asegurarse que los demás miembros del equipo entiendan las soluciones.

5. El aprendizaje colaborativo significa que los estudiantes deben aprender por sí mismos con poca participación del profesor.

Al contrario, las actividades requieren mucha preparación. Seleccionar y diseñar actividades o preguntas son elementos fundamentales, al igual que orientar a los estudiantes para que utilicen adecuadamente las habilidades de trabajo en pequeños grupos.

Texto original

No es un secreto que para ser exitosos debemos ser constantes en la práctica del oficio que realicemos. Esta actividad nos permite mejorar nuestro desempeño obteniendo mejores resultados. Incluso aquellas personas que son consideradas extremadamente inteligentes o de “altas capacidades” tienen hábitos de estudio bien definidos en su vida.

¿Qué ocurre cuando nuestras notas son bajas? El bajo rendimiento académico es una señal que no debe ignorarse nunca y que puede estar fundamentada en varios factores. Pueden ser problemas de atención, problemas emocionales, falta de comprensión, una enfermedad, baja motivación… En definitiva, múltiples causas.

¿Qué debemos hacer para solucionar esto? Ante esta situación lo más recomendable es actuar. Lo principal es que observemos nuestra rutina, qué cosas debemos mejorar, qué hacemos bien y pedir ayuda a los demás, si la necesitamos. A continuación se exponen algunas cosas que puedes hacer para mejorar esta situación.

Hablar: Los problemas más difíciles muchas veces tienen soluciones sencillas. ¿Estás pasando por una situación complicada que no permite que te desenvuelvas de la mejor manera? Coméntaselo a tu familia, amigos o maestros. Tus seres queridos son los mejores mentores en estos casos; siempre te ofrecerán una buena alternativa y el consuelo que necesites.

Aprende de alguien que admires: En nuestra vida siempre hay personas a las que consideramos seres extraordinarios, por las cosas que hacen. Músicos, científicos, deportistas, actores o incluso nuestros padres. Estas personas no llegaron a donde están por arte de magia, sino por su constancia y esfuerzo a la hora de alcanzar una meta. Como todos nosotros, pasaron por malos momentos, superándolos y aprendiendo a afrontar esas situaciones.

Acostarse y levantarse temprano: ¿Sabes por qué un atleta debe dormir al menos 8 horas diarias? Para proporcionar descanso a su cuerpo y mente. Esta práctica debe tomarse como un hábito regular, todos los días. No obstante, los fines de semana siempre podemos realizar alguna excepción.

Elimina las distracciones: ¿Estudias con las redes sociales abiertas o la televisión encendida? Aléjate de ellas. Las horas de estudio deben respetarse al igual que las de comer y dormir. Intenta organizar tu tiempo de manera adecuada. De esta forma tendrás tiempo después para ver los dibujos, la televisión o a tu equipo de fútbol favorito.

Elige un lugar y momento apropiado: La habitación en la que estudias debe estar despejada de distracciones, garantizándote la comodidad y concentración que necesitas. No estudies en el autobús, durante el desayuno o en el salón con la televisión encendida. Elige un lugar y una hora, mantén una rutina diaria.

Pregunta: Cuando estés estudiando es importante que resuelvas tus dudas porque al resolverlas se afianzan los conocimientos. Cuando no puedas resolver tus dudas, busca a alguien que te ayude a hacerlo. Si no cuentas con nadie en tu cercanía, anótalas para llevárselas a tu maestro el siguiente día de clases o a una persona que pueda ayudarte.

Estudia con anticipación: Si tienes un examen prepáralo con tiempo, no la noche anterior. El estudiar a última hora proporciona malos resultados. Por esto, es mejor que planifiques tu tiempo y organices un horario semanal a cumplir.

No leas por leer: Muchos creen que simplemente por leer algo y aprenderlo de memoria son más inteligentes, pero no es así. Einstein dijo una vez: “Si no lo puedes explicar de una forma sencilla es porque no lo has entendido”. Cuando leas trata de expresar las ideas principales con tus propias palabras. De ese modo sabrás que si realmente estásentendiendo el contenido.

Sin embargo, no todo debe centrarse en estudiar. También es importante el día a día, aprender cómo funciona el mundo y las cosas que nos rodean, estar con nuestra familia, ayudarla, pasar tiempo con los amigos y encontrar actividades de ocio que nos hagan felices. Encontrando un equilibrio entre todas estas cosas, estableciendo un horario, serás un mejor estudiante y te sentirás bien contigo mismo.

 

 

 

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El inglés es una asignatura pendiente, y aprenderlo no es misión imposible aunque, como a todo, hay que dedicarle tiempo.

El inglés sigue siendo hoy en día la lengua que más se demanda en la mayoría de las ofertas de empleo y la que más se estudia por sus posibilidades en el mundo académico y en el profesional. Sin embargo, también es el principal idioma que forma parte de esa asignatura pendiente de muchos españoles.

Su aprendizaje no tiene por qué ser complicado. La ventaja en la actualidad es que hay diferentes métodos de enseñanza que permiten que cada persona pueda encontrar el que mejor se adapte a su nivel, tiempo que le puede dedicar… Porque eso sí: para aprenderlo tal y como sucede con cualquier otro idioma, asignatura, hobby, habilidad o materia hay que dedicarle un determinado tiempo.

Según explica Helena Jiménez, Marketing Support Manager de Cambridge English Language Assessment, “aprender cualquier idioma requiere siempre un esfuerzo personal. Aprender inglés, no obstante, no entraña una dificultad mayor que dominar otra lengua de características similares”.

Aunque hay que tener en cuenta que el aprendizaje “depende de cada alumno y de varios factores externos. Cada uno aprende a su ritmo y tiene más o menos habilidades lingüísticas o aptitudes para las varias destrezas involucradas en el aprendizaje de un idioma como son la lectura, la escritura, comprensión auditiva, expresión oral y pronunciación. Depende de la motivación o necesidades del alumno. ¿Está aprendiendo inglés por fuerza porque es una obligación laboral o porque realmente tiene interés en aprenderlo? Los que realmente quieren aprender van a tener más facilidades además de ser más propensos a leer y escuchar en inglés fuera de clase”, matiza Samuel Bradford, director adjunto del centro de British Council en Somosaguas.

Para Bradford, “ningún idioma extranjero es realmente más difícil de aprender que otros” si bien reconoce que “la gramática inglesa puede causar más problemas para el alumno español que la de francés o italiano, que son más parecidos ya que proceden del latín. Pero eso no quiere decir que la gramática inglesa sea más compleja, simplemente es menos familiar. Aprender un idioma es un proceso largo que puede durar muchos años, así que hay que tener expectativas realistas”. Una opinión que también comparte en buena medida Beatriz Campillo, jefa de Estudios del Departamento de Inglés de Enseñalia, quien afirma que “el inglés no es tan complicado. La gramática es de las más sencillas. Es más difícil el escrito y la pronunciación”.

Entonces, ¿por qué les cuesta tanto a los españoles aprender inglés? “En España, tradicionalmente, el aprendizaje de idiomas -ahora el inglés pero, en su momento, también el francés-, se ha centrado exclusivamente en la gramática. En las aulas no se fomentaba la expresión oral (Speaking) ni tampoco la comprensión auditiva (Listening). Poco a poco se han ido integrando estas destrezas en el aprendizaje y de forma natural también en el aula, por lo que el estudio del inglés está pasando de entenderse como una asignatura más a tener un enfoque más práctico que abarca muchas materias dentro y fuera del aula”, aclara Helena Jiménez. Una afirmación que secunda Manuel Miró, profesor y jefe del Departamento de Lenguas Extranjeras del Colegio Británico de Aragón, quien considera que “en España se ha aprendido mal el inglés y ahora se enseña de otra forma haciendo más hincapié en las destrezas orales”.

Esta idea también es expresada por Samuel Bradford. De hecho, señala que “a veces les cuesta aprenderlo a los españoles por sus experiencias negativas con la enseñanza tradicional a base de estudiar gramática en el cole que han derivado en un rechazo hacia el idioma. También es verdad que hay que aceptar que cometer errores y experimentar con el idioma es una parte importante de aprender, así que hay que superar el miedo a ‘meter la pata’ y soltarse. Hemos visto que los que tienen contacto con el idioma y empiezan a hablarlo desde pequeños tienen más facilidades para llegar a un nivel alto”.

Pero asimismo hay otros factores que dificultan o que son una barrera a la hora de aprenderlo. “El miedo y el sentido al ridículo de los españoles para hablar en inglés es muy alto, aunque los alumnos lo hagan bien”, afirma Beatriz Campillo. Un factor que indica igualmente Manuel Miró, del Colegio Británico de Aragón, al asegurar que “sí hay vergüenza al hablarlo”, si bien la situación está cambiando. “Aquí en el colegio, nuestros alumnos no tienen miedo porque desde pequeños se han estado expresando en inglés y no tienen temor a comunicarse”.

Son barreras que, sin embargo, pueden solucionarse sin problemas “a través de la constancia y de la práctica, que son las claves para enfrentarse con éxito al aprendizaje de cualquier idioma”, afirma Helena Jiménez, quien añade que “en nuestro caso, cada vez más estudiantes se presentan a los exámenes de Cambridge English. Estos, al evaluar las cuatro destrezas, hacen que necesitemos practicarlas e incluirlas en nuestra preparación. La metodología está cambiando y la evolución se nota: en los últimos años cada vez candidatos más jóvenes se presentan a exámenes de nivel más elevado. El inglés finalmente… ¡no se nos da tan mal!”, aclara Helena Jiménez.

Principales errores y fortalezas

A la hora de aprender inglés, a los españoles hay partes del idioma o destrezas que les resulta más difícil aprender y que también son en las que más suelen fallar. Los mayores problemas se encuentran a la hora de hablar. Según señala Helena Jiménez, Marketing Support Manager de Cambridge English Language Assessment, “en España lo que más nos cuesta es el Speaking”. Pero hay razones que lo justifican. “Se trata de la destreza que menos se ha evaluado en los exámenes tradicionales y que menos se ha podido practicar en el aula. Es la parte del examen a la que el candidato le suele tener más respeto y en la que se ponen más nerviosos. Sin embargo, la práctica de esta destreza es cada vez más frecuente en los colegios gracias a que cada vez hay más auxiliares de conversación en el aula y se da más importancia a la expresión oral”, asegura Helena Jiménez.

El Speaking ha sido una de las partes que más ha costado incluso a los que hoy en día son profesores de inglés. Beatriz Campillo explica que “me daba vergüenza hablar cuando estaba en la carrera y pensaba que todos hablaban mejor que yo hasta que me di cuenta de que no era así cuando me fui de viaje a Inglaterra. El problema en España es que en las clases de inglés no se ha incidido en la práctica y por eso hay falta de confianza, pero que con la práctica diaria, lecturas, ver televisión… el alumno va cogiendo fluidez, pero hay que trabajar”. Además, en España, hay un handicap adicional en comparación con otros países y es queen otros estados “ya tienes la tele en ese idioma”.

Y entre los principales errores de los estudiantes figura la pronunciación que, según Samuel Bradford, director adjunto del centro de British Council en Somosaguas, es lo que más cuesta a los alumnos adultos que aprenden inglés. “En general –añade- tienen problemas con las vocales porque hay más sonidos en inglés y frecuentemente no se pronuncian como se escriben. Puede resultar difícil distinguir entre largos y cortos sonidos como puede ser la ‘ee’ en ‘sheep’ o la ‘i’ en ship. Otros sonidos consonantes también pueden presentar dificultades para los españoles como la ‘b’, la ‘v’ -se pronuncia más o menos igual en español- o la ‘sh’. Además, el inglés oral tiene un cierto ritmo y entonación, que puede ser difícil de emular para los españoles”.

Problemas a su vez se detectan en otras destrezas del idioma. Por ejemplo, “la expresión escrita siempre requiere una atención especial y no es especialmente la parte más sencilla -¡incluso en el idioma materno!-. A los errores que se pueden cometer en cuanto a estructura y formato del lenguaje se unen los errores a la hora de escribir una palabra (spelling mistakes) que, además, restan puntos”, apunta Helena Jiménez.

Igualmente se aprecian otras dificultades en los estudiantes a la hora de escribir porque “los españoles tienden a redactar frases demasiadas largas y puede ser difícil acertar en el tono o en el nivel de formalidad, ya que cada idioma tiene sus convenciones para tipos de escritura diferentes”, añade Bradford.

En general, “los alumnos conocen muy bien los ejercicios y saben rellenar los huecos pero, al usar el idioma, tienen fallos en tiempos verbales”, señala Beatriz Campillo, jefa de Estudios del Departamento de Inglés de Enseñalia, quien añade que “al haber aprendido el vocabulario con la traducción hace que los alumnos se acostumbren a una traducción literal”. Además, también es habitual que se cometan fallos en la estructura de la frase “y hay una tendencia a que se digan las cosas de forma más difícil”.

Otro inconveniente es que, aunque “la gramática inglesa es fácil, no es tan normativa como la española. El problema es que por cada regla hay siete u ocho excepciones por lo que no sirve estudiar al pie de la letra”, señala Manuel Miró, profesor y jefe del Departamento de Lenguas Extranjeras del Colegio Británico de Aragón, quien asevera que hay que tener en cuenta que el “vocabulario en inglés es extenso porque es muy rico, aunque se consigue conocerlo con constancia”.

Pese a estas dificultades que pueden superarse, ¿qué es lo que más se resiste a la hora de aprender? Los famosos phrasal verbs. Y no porque sean difíciles, sino porque “se tiende a dar una lista de 200 verbos con preposición para memorizar. Es más sencillo si se aprende a relacionarlos con un tema por ejemplo, porque además hay muchos que ya no se usan”, asegura la profesora de Enseñalia.

Y, en el caso del Listening, las principales dificultades para aprender el idioma vienen de la mano de las denominadas “Peak forms” o formas reducidas de ciertas palabras, así como de otras características del lenguaje fluido que cambian la manera de pronunciar las palabras. Y esto puede ser un inconveniente porque “en español siempre se pronuncian las palabras igual. Cuando se escucha un texto en inglés, las formas reducidas, omisión y asimilación pueden crear confusión para los oyentes si no están familiarizados con estas características”, explica el director adjunto del centro de British Council en Somosaguas.

En gran parte, las dificultades a la hora de enfrentarse a la comprensión oral o al Listening están vinculadas a la mayor o menor exposición de la persona al idioma. De esta manera, según explica la Marketing Support Manager de Cambridge English Language Assessment, “a medida que se incorporan de forma natural el visionado de películas, series o documentales en versión original en inglés, la parte de comprensión oral resulta menos complicada, ya que el oído se familiariza con el sonido real del idioma”.

Pero, al aprender el idioma, no todo son dificultades para los españoles. De hecho, en general se aprecia que tienen una serie de puntos fuertes o de fortalezas. Y una de ellas es la gramática porque “la enseñanza del inglés se ha basado durante mucho tiempo en la gramática y esta es la destreza con la que los estudiantes se sienten más cómodos”, señala Helena Jiménez. Una opinión que también comparte Samuel Bradford, sobre todo, en el caso de los alumnos adultos porque “tienden a tener más facilidades con ejercicios de gramática básica o que requiere aprender de memoria porque suelen ser más acostumbrados a este estilo de enseñanza”.

Además, una ventaja importante es que “el inglés es muy agradecido porque desde el principio una persona es capaz de decir cuatro o cinco cosas porque este idioma está en todas partes y se está familiarizado, aunque después viene lo difícil”, aclara Manuel Miró.

 

 

 

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La postura, la falta de rutinas y de descanso, los hábitos erróneos y los despistes al estudiar influyen en el resultado de los exámenes.

Los factores de éxito en el estudio parecen claros: tener un lugar apropiado, ser organizado, estudiar con antelación, dormir la noche anterior al examen... ¿Pero cuáles son los errores? A menudo se destacan las buenas prácticas y se obvian las que pueden dar al traste con todo lo anterior. En este artículo se hace referencia a cinco errores que se deben evitar al estudiar, cinco hábitos poco recomendables que deben tenerse presentes para no cometerlos: estudiar tumbados, sin un horario fijo, sin hacer descansos, dedicar primero tiempo a lo fácil y dejar para el final lo difícil o tener cerca artículos que puedan despistar, como el teléfono móvil.

1. Estudiar tumbados

La postura es fundamental para mejorar la calidad del estudio. Por ello es recomendable estudiar siempre sentados para mantener la atención en aquello que realizamos. Sin embargo, hay quien prefiere hacerlo en la cama o tumbado en el sofá. La experiencia desaconseja esta posición, ya que si bien resulta más cómoda en determinados momentos, facilita el sueño e impide el estudio.

Pero además, estudiar recostados puede implicar posturas incorrectas o incómodas que afectan a la espalda y a las cervicales y, por consiguiente, provocan dolor en esta zona del cuerpo. Los gestos que se realizan al estar tumbados son más proclives a causar lesiones que los que hacemos sentados en una silla. Permanecer en esta posición durante un tiempo prolongado influye de manera negativa en la columna.

"El Web de la Espalda", de la Fundación Kovacs, incluye un apartado especial para escolares y adolescentesdonde se detallan los motivos por los que puede doler la espalda y se aconseja estudiar en una silla con el respaldo recto, "la espalda relativamente recta y los brazos o codos apoyados". Respecto a los pies, deben llegar al suelo para adoptar una postura cómoda. No es aconsejable que cuelguen.

2. Carecer de un horario fijo

No es recomendable estudiar a cualquier hora o hacerlo cada día en un horario distinto. Conviene reservar un espacio fijo que coincida con el momento de la jornada en el que se tiene mayor predisposición a estudiar, ya sea por la mañana o por la tarde -por la noche, es preferible dormir para estar descansados-. Así se consigue que el cerebro y el cuerpo se acostumbren, lo que aumenta el rendimiento.

La organización es esencial. A estudiar se aprende. Hay que reservar tiempo para el estudio en la agenda. Además de los deberes y las actividades extraescolares, se debe dedicar cada día un tiempo al estudio. Al principio serán los padres quienes ayudarán a los hijos a organizarse y luego será responsabilidad de estos. Un horario personal y el compromiso de cumplirlo mejora los hábitos de estudio y los resultados académicos.

3. No hacer descansos

La ansiedad ante un examen, la falta de tiempo, el estrés y la sensación de que no hay horas suficientes para estudiar todo el temario lleva a pasar muchas horas seguidas sin levantar la vista de los apuntes. Sin embargo, esto es perjudicial para los fines que se persiguen. Es importante hacer descansos cada 45 o 60 minutos para estirar los músculos, evitar cargar la espalda y descansar la mente para retomar el aprendizaje con fuerza.

Es aconsejable mantener el hábito de estudio todos los días para llevar la materia al día, pero del mismo modo, hay que intentar terminar la jornada con una actividad deportiva o de ocio, dedicar un tiempo a la lectura, la música u otra tarea con la que se disfrute. De hecho, al organizar el estudio, es recomendable incluir el tiempo que se dedicará al descanso. Eso sí, hay que respetar ese momento y no ampliarlo bajo ningún concepto.

4. Estudiar primero lo más fácil

Con la intención de que la tarea de estudio resulte más liviana, a menudo se comienza a estudiar la asignatura o materia que resulta más sencilla. No obstante, es recomendable hacer justo lo contrario. Puesto que al empezar a estudiar la mente está más fresca y descansada, conviene iniciar por las materias más pesadas o que entrañan más dificultad para los estudiantes. De ese modo, cuando se sienta cansancio, se aprovechará para repasar las cuestiones más sencillas.

La Federación Herrikoa-Ceapa aconseja también "dejar los trabajos más fáciles para el final" y nunca "estudiar materias que puedan interferirse", como "vocabulario de inglés con el de alemán", precisa. En todo caso, recomienda comenzar de una manera suave "para entrar en materia con más facilidad", pero no evitar las dificultades, sino afrontarlas.

La página web "Aprender a estudiar" recoge desde consejos generales a otros concretos para mejorar las técnicas de estudio. Además, propone un test de estudio para comprobar si se aprende de manera correcta o las prácticas que se deben mejorar. Hay que responder un total de 58 preguntas, relativas al lugar de estudio, el ambiente o el tiempo que se dedica a esta función. Al final del test, se presenta un análisis del modo de estudio (papiro 2 de la web) de quien ha respondido a las preguntas, así como una serie de recomendaciones para mejorarlo, si fuera necesario.

5. Despistes: el teléfono móvil alejado de la mesa de estudio

El uso de las nuevas tecnologías ha modificado los hábitos de estudio. Internet es ya una herramienta muy utilizada en sustitución de las enciclopedias tradicionales, las tabletas están llamadas a ser los nuevos soportes de libros digitales y hasta el teléfono móvil ha entrado en el aula. Pero este último debe mantenerse alejado cuando se prepara un examen, con el fin de evitar despistes y caer en la tentación de enviar un mensaje o leer los correos electrónicos en el teléfono.

La mesa donde se estudia debe estar despejada de artículos que no se utilizarán, para contener todo el material de estudio: apuntes, subrayadores, lápices, bolígrafos, etc. Solo si se quiere hacer una consulta puntual a un compañero o buscar una información necesaria, se debería consultar el teléfono o acceder a otro dispositivo para ello.

Texto original: http://bit.ly/LYVU8U

A medida que los adolescentes y los jóvenes avanzan en sus estudios la cosa y las materias se empiezan a complicar porque pasan de estudiar conceptos generales a estudiar conceptos más amplios y más específicos. Si eres estudiante de bachillerato o de la universidad sabrás de lo que te estoy hablando.

Es imprescindible que desde que se inicia la escuela primaria los alumnos y alumnas tengan hábitos de estudio para que después puedan seguir desarrollándose académicamente sin que esto les suponga un problema o un esfuerzo mayor porque ya habrán adquirido destreza en su estudio suficiente. Pero esto no siempre es así y a veces cuesta más de la cuenta el estudio y falta motivación y hábitos.

Por eso hoy quiero darte algunos consejos para que mejores tus hábitos de estudio y tanto si estás en bachillerato como en la universidad cada vez te cueste menos estudiar y lo cojas con muchas más ganas. ¡Toma nota!

 

Texto original: http://bit.ly/1vpPAZS

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