Construir comunidades de aprendizaje en línea aumenta la interacción de los estudiantes con sus compañeros, establece redes de apoyo y fomenta la autosuficiencia, la confianza y las habilidades de liderazgo.

Resumen del artículo:

Sherri Singer es coordinadora del departamento de Ciencias Sociales en Alamance Community College en Carolina del Norte.

Las comunidades de aprendizaje han sido un tema de discusión desde la década de 1990. Los instructores saben que los estudiantes comprometidos tienen más probabilidades ser exitosos, así como de desarrollar la autosuficiencia y la confianza. Las comunidades de aprendizaje en línea de calidad alientan a los estudiantes a conectarse con los instructores y entre ellos, así como a analizar activamente los materiales del curso.

La creación de un entorno en el que los instructores y los estudiantes se involucren entre sí, y el material, requiere aprovechar diferentes métodos para satisfacer las necesidades de los estudiantes. En un curso sentado, las mini conversaciones ocurren antes y después de la clase y el valor de las conversaciones en el pasillo es inconmensurable. Tenemos que ser creativos y utilizar técnicas que llamen la atención para replicar eso en un entorno en línea. Los instructores deben establecer su presencia en el curso, diseñar asignaciones interactivas y alentar a los estudiantes a asumir roles de liderazgo fuera de la clase.

Como instructores, dedicamos una gran cantidad de tiempo y esfuerzo al desarrollo del curso. Para cuando comienzan nuestros cursos, sentimos que ya cumplimos hemos terminado. Sin embargo, aquí es cuando realmente comienza el trabajo.

Provee una comunidad reflexiva desde el día uno.

El primer día de clase, debemos proceder como si no nos hubiéramos preparado para la clase. En otras palabras, los cursos en línea no pueden tratarse como comidas hechas en una olla “Crock pot, con esa vieja mentalidad de "configúralo y olvídalo". No podemos simplemente prepararnos de antemano, reciclar un curso antiguo y no participar. Los cursos en línea no son tan diferentes de los cursos presenciales, ya que necesitamos idear continuamente formas de conectarnos con nuestros estudiantes. Es fundamental preguntarnos: "¿Cómo puedo construir hoy un puente entre mis alumnos y yo?"

Establecer una presencia en línea ayuda a los estudiantes a aclimatarse al curso y a la plataforma de aprendizaje en línea. Necesitan sentir que son parte de nuestros cursos y que son una prioridad, no una ocurrencia tardía.

El primer día para los instructores debes incluir un anuncio de bienvenida, un correo electrónico y un video. Los estudiantes deben vernos al frente y al centro mientras nos presentamos y los requisitos del curso. Si no sucede nada en esa primera semana, los estudiantes a menudo asumen que el curso será muy sencillo. Yo establezco el trabajo del curso el primer día / semana para ayudar a preparar el escenario para el resto del semestre. Hacer esto demuestra a mis alumnos que me preocupo por ellos incluso antes de que comience la clase. "Me preocupo por ti desde el primer día" envía un mejor mensaje que "Me preocupo por ti porque todavía no has participado en mi curso".

Luego, debemos mantenernos comprometidos durante todo el semestre: mantener horas de oficina en línea; publicar regularmente anuncios, conferencias grabadas, animaciones divertidas o memes; y mostrar preocupación continua por nuestros estudiantes.

La creación de una comunidad de aprendizaje en línea comienza mostrando a los estudiantes que hay un instructor dentro de la computadora que está dispuesto a participar. El siguiente paso es ofrecer contenido del curso que cautive a los estudiantes desde una perspectiva grupal.

Construir comunidades de aprendizaje en línea por medio de actividades

Las evaluaciones de los cursos, como los foros y el trabajo en grupo, son un campo de entrenamiento para establecer comunidades de aprendizaje.

Discusiones

Muchos instructores utilizan foros de discusión con indicaciones abiertas para fomentar la participación. El primer foro de casi todos los cursos es el temido foro para romper el hielo, "Cuéntanos algo sobre ti".

Los estudiantes que son nuevos en el aprendizaje en línea, o que carecen de confianza en sí mismos, a menudo se sienten incómodos con las discusiones abiertas. Los profesores obtendrán mejores resultados si los estudiantes participan en una actividad e informan al grupo. Estas actividades pueden girar en torno a temas como:

"Menciona 5 cosas con las que no puedas vivir”

“¡Con que empresario famoso irías a comer y por qué?”

Temas como estos son fáciles de responder y crean discusiones divertidas. En estas discusiones, todos son iguales y la vida personal queda fuera de la ecuación.

Instrucciones claras

Los estudiantes también necesitan indicaciones guiadas cuando comienzan a trabajar en el material. Un mensaje de calidad conecta el material con experiencias del mundo real y proporciona una guía para sus respuestas a los compañeros de clase. Asignar estudiantes a grupos de debate puede ser tan simple como asignar temas a los apellidos.

Cada grupo debe completar una pauta y luego debatir los problemas con sus compañeros. Guiar a los estudiantes a través de esos primeros foros ayuda a desarrollar la confianza en sí mismos y establece una expectativa para futuras asignaciones.

Tareas de grupo

Cuando los estudiantes toman cursos en línea necesitan interacción humana en tiempo real. Las tareas grupales son una forma perfecta de animar a los estudiantes a interactuar entre ellos. Mantener los grupos de cuatro estudiantes les ofrece la oportunidad de participar, y los números pares proporcionan un equilibrio de votación.

La creación de salas de reuniones en Zoom para descansos de cinco minutos para que los estudiantes hablen entre sí desarrolla un sentido de comunidad. Los temas pueden variar desde registros de soporte aleatorios hasta discusiones basadas en contenido. Esos minutos cruciales les dan a los estudiantes tiempo para hablar entre ellos sin expectativas del instructor.

Una vez que se ha establecido una relación, es más probable que los estudiantes trabajen con sus compañeros, respondan preguntas o participen en sesiones de grupo. Preparar el escenario para las discusiones crea una base para su comunidad.

Observa cómo los estudiantes se benefician del sentido de pertenencia a una comunidad. 

Los estudiantes se benefician de las comunidades de aprendizaje cuando están involucrados y confiados. Los instructores pueden alentar a los estudiantes a apoyarse entre sí estableciendo líneas seguras de comunicación.

Muchas universidades ahora están usando aplicaciones como Discord y Slack para crear un lugar seguro para hacer preguntas o proporcionar recordatorios. Las aplicaciones se controlan por teléfono, ya que los estudiantes rara vez se separan de sus dispositivos.

Alentar a los estudiantes a responder las preguntas de sus compañeros de clase crea confianza en sí mismos para los estudiantes que pueden responder, creando un lugar seguro para hacer preguntas y proporcionar respuestas en tiempo real.

Es posible que los estudiantes que envían correos electrónicos a los profesores por la noche no obtengan una respuesta hasta la mañana. Publicar una pregunta en una aplicación puede proporcionarles la respuesta de inmediato. Esta nueva red de soporte aumenta rápidamente la interacción con los compañeros y mejora el tiempo dedicado a las tareas.

Crea comunidades para todo tipo de ocasiones

Se pueden desarrollar comunidades de aprendizaje para una variedad de grupos, como cursos, estudiantes de primer año, estudiantes con honores o intereses especiales.

Como cuerpo docente, nuestro enfoque está impulsado por los cursos con objetivos de éxito y retención de los estudiantes. Sin embargo, nuestros estudiantes a menudo necesitan más interacción de la que ofrece el curso o el aula. La utilización de clubes y organizaciones estudiantiles, incluso si esos eventos están en línea, brinda a los estudiantes oportunidades adicionales.

El objetivo de las comunidades de aprendizaje en línea es aumentar la interacción de los estudiantes con sus compañeros, establecer redes de apoyo y fomentar la autosuficiencia, la confianza y las habilidades de liderazgo. Cuantas más opciones tengan los estudiantes, es más probable que tengan éxito.

Este artículo fue escrito por Sherri Singer, posteado originalmente aquí. Traducido al español por Cengage Latinoamérica.

Mantente al tanto de nuestro contenido y conoce otras formas de mejorar tu curso en línea.

 

Durante este periodo de cuarentena, muchas instituciones educativas han encontrado en las plataformas educativas online un aliado invaluable para continuar con su trabajo de manera efectiva.

 

Si bien algunas escuelas ya contaban con una plataforma educativa de confianza debido a que trabajan modalidades en línea, muchas otras instituciones no se encontraban preparadas para esta eventualidad y se vieron obligadas a adoptar una plataforma virtual rápidamente para no rezagarse en el ciclo escolar.

Sea cual sea el caso, lo más conveniente es conocer todas las alternativas y lo que nos ofrecen. Estas 27 plataformas educativas son algunas opciones gratuitas y semi-gratuitas de estudio en línea, y combinan modelos de LCMS (Learning Content Management System), LMS (Learning Management System) o EVA (Entorno Virtual de Aprendizaje).

Listado de Plataformas educativas

1.- Schoology

Una plataforma educativa gratuita que permite establecer un contacto organizado con un grupo de personas que compartan intereses. Básicamente, contiene herramientas que pueden servir para estar en línea con un colectivo y programar actividades, compartir ideas, material educativo o administrar ya sea un curso completamente virtual o que sirva como complemento de un curso presencial.

2.- Edmodo

Edmodo es una plataforma social que facilita la comunicación e interacción virtual como complemento de la presencial, aunque también se puede usar como una de las plataforma de educación en línea. Permite organizar estudiantes, asignar tareas, calificaciones y mantener una comunicación que involucre a profesores, estudiantes y padres de familia.

Contiene aplicaciones que refuerzan las posibilidades de ejercitar destrezas intelectuales, además de convertirse en una opción sana para el ocio.

La plataforma Edmodo también tiene la opción monitorear la interacción de la red por medio de las estadísticas que de ésta se pueden extraer.

3.- CourseSites By Blackboard

Quizá una de las plataformas educativas más completas es la propuesta de los creadores de Blackboard, quienes ofrecen una alternativa muy profesional.

Aunque solo se encuentra disponible en inglés, CourseSites by Blackboard permite, de forma bastante intuitiva, diseñar cursos, iniciar conversaciones, hacer videollamadas a manera de clase y darle seguimiento al rendimiento de los alumnos.

4.- Udemy

Udemy es una plataforma educativa de cursos en línea con un fuerte componente de video. Más que una plataforma enfocada hacia instituciones escolares, se trata de una biblioteca de cursos en línea. Cualquiera puede crear su propio curso siempre y cuando haya un mínimo de 30 minutos de contenido con un 60% del contenido total en formato de video.

Además, tiene una gran capacidad porque facilita agregar presentaciones, documentos y más. Por cada estudiante que se integre al curso invitado por su creador, Udemy le dará el 100% de las ganancias, mientras que los estudiantes que lleguen a través de los esfuerzos de promoción de la plataforma, representarán para el 50% de las ganancias.

5.- RCampus

Rcampus es otra opción gratuita para estudiantes y profesores. Los miembros pueden utilizar RCampus para la gestión de cursos, tareas y calificaciones. Su valor agregado es que integra un sofisticado sistema de objetivos y calificaciones, con algunos predeterminados, pero con la opción de crear los propios.

6.- Twiducate

Twiducate propone un modelo que combina un aula virtual con una red social privada. Los profesores podrán crear una sala privada para que los alumnos discutan las ideas planteadas, además de compartir calendarios, contribuir con otros salones de clases e incluso insertar videos, enlaces y documentos.

7.- Moodle

Moodle es el aula virtual por excelencia y es utilizada en múltiples ámbitos. Más que una de las plataformas educativas, se trata de un software para la creación de cursos y ambientes de aprendizaje personalizados. Se encuentra disponible en varios idiomas y, además de ser gratuito, es famoso por su flexibilidad.

8.- NEO LMS

Antes llamada Edu 2.0, es una plataforma educativa disponible en diversos idiomas que facilita al usuario crear actividades, administrar clases online, evaluar estudiantes y darle seguimiento al progreso de los alumnos. Cuenta con un plan gratuito que permite alojar hasta a 400 alumnos.

9.- CoFFEE

CoFFEE es un software de código abierto y disponible en diferentes idiomas. Aunque su interfaz es un tanto rústica, cuenta con herramientas adaptables como foros de discusión, mapas mentales, votaciones, exámenes, entre otros.

10.- Mahara

Mahara es una aplicación web enfocada más a estudiantes que a profesores, pues ofrece la posibilidad de crear un portafolio digital para darle seguimiento al desarrollo de materias, habilidades y competencias. También incluye funciones de red social, así como blogs, herramientas de presentación y un gestor de archivos.

11.- Claroline

Es una plataforma de aprendizaje y groupware de código abierto. Permite a las instituciones crear y administrar cursos y espacios de colaboración en línea. Los profesores pueden publicar documentos en prácticamente cualquier formato, así como crear grupos, foros, tareas y calendarios.

12.- Sakai

Sakai es un software enfocado en enseñanza, investigación y colaboración. Es muy versátil y permite integrar herramientas específicas para cada necesidad, algunas desarrolladas por el mismo proyecto y otras por desarrolladores independientes. En Sakai es posible crear cursos, comunicarse a través de foros, mensajería, además de facilitar el proceso de calificar y ofrecer retroalimentación para los trabajos.

13.- Docebo

Es una plataforma web enfocada en el aprendizaje corporativo, aunque puede ser usado por cualquiera. En el sitio es posible crear y gestionar actividades de aprendizaje, mientras que su enfoque de red social le permite a los alumnos involucrarse de una forma más proactiva y en grupo.

A diferencia de otras plataformas educativas, esta cuenta con un coach de inteligencia artificial que interactúa con los alumnos otorgándoles respuestas instantáneas, recomendando contenido y haciendo un seguimiento de su progreso.

13.- .LRN

.LRN fue desarrollad por el MIT y aunque su interfaz podría no ser tan intuitiva para estudiantes jóvenes (su última actualización es de 2009), cuenta con herramientas básicas para un curso como listas de correo, calendarios, foros, sistemas de calificaciones, recepción de trabajos, exámenes, entre muchas otras.

14.- Dokeos

Dokeos es un entorno de e-learning empresarial y está enfocado en la creación de rutas de entrenamiento para empleados, clientes y socios. Permite transmitir conocimiento a través de cursos y es lo suficientemente flexible como para adaptarse a los contenidos de cualquier industria.

También puede ser usado como un sistema de gestión de contenido (CMS) para educación. Sus características para administrar contenidos incluyen distribución de información, calendario, proceso de entrenamiento, chat en texto, audio y video, administración de pruebas y guardado de registros.

15.- ILIAS

ILIAS es un software libre de código abierto que puede ser utilizado sin ninguna restricción. Esto le permite puede ser fácilmente adaptado a los requerimientos específicos de cada organización.

El nombre de ILIAS viene de una abreviación de una definición en alemán que traducida al español significa: Sistema Integrado de Cooperación, Información y Aprendizaje.

Entre sus características están herramientas para la colaboración, comunicación, evaluación y asignación de tareas.

16.-ATutor

Es un sistema de gestión de contenidos de aprendizaje de código abierto basado en la web y diseñado con el objetivo de lograr accesibilidad y adaptabilidad. Aquí los educadores pueden rápidamente ensamblar, empaquetar y redistribuir contenido educativo, así como llevar a cabo sus clases online

Contiene herramientas de gerencia y administración de alumnos, tutores, cursos y evaluaciones en línea. También cuenta con una herramienta de autoría incorporada, así como con una de colaboración.

17.- LON-CAPA

El nombre LON-CAPA es un acrónimo de Learning Online Network with Computer-Assisted Personalized Approach. Posee características como funciones de usuarios, calendario, correo electrónico, chat, blogs, pruebas y elaboración de recursos.

18.- Tiching

Tiching es una red educativa con decenas de miles de recursos educativos disponibles para profesores clasificados por nivel escolar y asignatura. Los profesores pueden organizarlos por carpetas, crear secuencias y asignarlos. La plataforma también permite a los estudiantes realizar las actividades a su propio ritmo y con el acompañamiento de sus padres.

19.- WebRoom

Aplicación web de videochat que ofrece la posibilidad de crear salas de videochat con capacidad de hasta 12 personas. Una vez conectados, los integrantes pueden compartir documentos, pantallas, hacer uso de un pizarrón interactivo y espacios de trabajo.

20.- SocialGO

SocialGo le permite a cualquiera crear su propia red social, formato que puede ser utilizado con propósitos educativos. Los integrantes de la red pueden publicar fotos, videos e información y comunicarse a través de chat o mensajes públicos. Incluye perfiles, mensajes, grupos, calendarios, foros, blogs, disco duro virtual e integración con otras redes sociales para fines de identificación.

21.-Eduteka

Eduteka es un portal educativo que contiene una gran cantidad de contenido formativo enfocado a estudiantes de educación básica y media. Con estos recursos es posible diseñar clases y actividades más interactivas y dinámicas.

Los contenidos están agrupados por disciplinas y formatos como videos, juegos, entre otros.

22.- Didactalia

Plataformas educativas con contenidos educativos y materiales listos para ser usados. Sus contenidos están divididos por grado escolar e incluyen primaria y secundaria. Pueden ser consultados por asignatura o formato: Mapas, juegos, ejercicios, videos, manualidades, experimentos y otros.

Aunque es necesario tener una suscripción anual, por el momento es gratis hasta el 31 de mayo de 2020.

23.- Chamilo

Chamilo es una plataforma web de cursos en línea con una gran diversidad de temas como idiomas, negocios, química, medicina, ingeniería, etc. Algunos cursos piden una cuota de inscripción, pero el catálogo es tan amplio que cuenta con muchos cursos gratuitos.

También es posible para los usuarios crear sus propios cursos a través de la plataforma y sus herramientas.

24.- mCourser

mCourser permite tanto la creación de contenidos como la posibilidad de tomar contenidos de otros. La plataforma es accesible desde cualquier dispositivo y fue creada con el fin de facilitar la colaboración entre los profesores y sus estudiantes en el proceso de aprendizaje interactivo, ofreciéndoles un espacio de interacción en cada etapa de la educación.

Desde el sitio web, los profesores tienen una visión de sus progresos y problemas durante el proceso de aprendizaje.

25.- Ecaths

Ecaths es un sistema de gestión online de materias, cuya función principal es complementar la educación presencial con un espacio virtual de interacción y construcción de conocimiento colectivo.

Entre sus funciones está el compartir información, organizar foros, subir documentos, hacer encuestas, prácticas y proyectos.

26.- Teachstars

Teachstars ofrece la posibilidad de crear cursos en línea e inscribir alumnos para que puedan acceder al contenido y tareas. Cuenta con un sistema de calificaciones, así como un administrador de contenido para publicar material interactivo. Su conectividad con móvil es otro de sus puntos fuertes, así como lo es su capacidad de calendarizar actividades y aplicar exámenes.

27.- OpenSWAD

OpenSWAD es una plataforma educativa libre que ofrece a los profesores un espacio para alojar el material de sus asignaturas. Permite el registro de estudiantes, la creación de grupos, evaluaciones, mensajes, estadísticas y fichas de apuntes. Se ofrece gratuitamente a instituciones educativas.


Plataformas educativas online especializadas:


Te presentamos las plataformas educativas especializadas para la enseñanza que ofrece Cengage.


Matemáticas, física y estadística: WebAssign es un sistema en línea flexible y customizable para profesores y estudiantes de nivel medio superior y superior. Disponible en español e inglés.
Negocios, Ciencias sociales y Biología: MindTap provee herramientas para asignar tareas, evaluar el desempeño de los estudiantes y enriquecer la experiencia de enseñanza-aprendizaje.
Química: Apoyar el aprendizaje de la química es muy sencillo con ayuda de OWLv2 que presenta los contenidos con la ayuda de recursos multimedia y evalua a los estudiantes con actividades interactivas.
Negocios, Contabilidad, Economía y Ciencias sociales: CNOW apoya al profesor en el proceso de enseñanza-aprendizaje con herramientas para administrar su clase, asignar tareas y exámenes y dar seguimiento al progreso de los estudiantes.

 

Todas son plataformas educativas que puedes encontrar en nuestra oferta.

Sherri Singer es profesora y jefa del Departamento de Ciencias Sociales y del Comportamiento en Alamance Community College en Carolina del Norte.

Los cursos en línea presentan un desafío único. ¿Cómo se conectan los instructores con los estudiantes a través de Internet?

Muchos estudiantes ven sus cursos en línea como tareas a ritmo que simplemente se pueden completar durante la semana en un momento conveniente, con poca interacción en clase. Se recomienda que estos tipos de cursos asincrónicos funcionen dentro de los horarios de los estudiantes, pero crean la ilusión de que no hay interacción entre la clase o el instructor. Algunos instructores también han desarrollado este punto de vista: una vez que su clase está configurada para el semestre, la mayor parte de su trabajo se completa y todo lo que queda es calificar las tareas. Pero a medida que respondemos a COVID-19 y hacemos la transición al aprendizaje predominantemente en línea, tenemos la oportunidad única de combinar nuestras presentaciones en el aula con la popular naturaleza asincrónica del aprendizaje en línea.

Al diseñar sus cursos para este regreso a clases, considere estas cinco estrategias que he utilizado para reforzar los niveles de participación de los estudiantes:

 Esté listo para enseñar el primer día

Independientemente del formato de clase, los estudiantes nos juzgan el primer día. Te hacen preguntas básicas para ver si estás preparado y verifican las fechas de las tareas para ver si es una clase antigua copiada. Al estar organizado y listo el primer día, enviará un mensaje alto y claro de que está emocionado de comenzar y ayudarlos a tener éxito. Para garantizar la participación en el primer día, los estudiantes deben completar los componentes básicos del curso requeridos, tales como tareas para familiarizarse con el grupo, verificaciones de inscripción y un acuerdo del programa de estudios, así como estar listos para comenzar el trabajo de clase. Los estudiantes aprecian que los instructores digan que sí, el acuerdo de programa es importante, pero ahora hablemos sobre el material.

Cree un formato de clase organizado e intuitivo

A medida que las clases avanzan en línea, es imperativo diseñar los materiales de curso de una manera coherente, estructurada e intuitiva. Moverse entre pestañas para buscar tareas y buscar fechas de vencimiento puede ser frustrante. Los estudiantes necesitan un formato sencillo en el que todas sus tareas se puedan encontrar en un solo lugar, con fechas de entrega claramente publicadas en un calendario; ¡un calendario de cursos imprimible para ayudarlos a administrar su tiempo es aún mejor! Comenzar su semestre con un curso organizado muestra a los estudiantes que está preparado.

Sea proactivo con su comunicación

La comunicación es clave para el éxito de cada curso en línea. Las mejores prácticas generales recomiendan que los instructores publiquen mensajes de bienvenida, preguntas semanales y tareas y anuncios de pruebas. Sin embargo, la comunicación efectiva debe ejecutarse en ambas direcciones. Necesita crear una atmósfera que fomente la interacción y las preguntas de los estudiantes. Esto comienza con su perfil en el LMS, que debe incluir su fotografía o una imagen, una breve biografía y respuestas a las preguntas más populares de los estudiantes, como cómo y cuándo deben comunicarse con usted, cuándo pueden esperar una respuesta y qué sucede si tienen una emergencia. Al intentar responder a sus preguntas inevitables desde el principio, abre el curso para comenzar con debates de alto nivel.

Ofrecer una variedad de tareas

Los estudiantes aprecian las tareas creativas que los obligan a analizar el contenido del curso y aplicar los conceptos en diferentes formatos o disciplinas. Pedirles a los estudiantes que comuniquen sus respuestas de varias maneras o que elaboren tareas únicas los involucra en diferentes niveles. Intente proporcionar tareas con andamios que fomenten la participación o solicite a los estudiantes que presenten propuestas en papel, borradores y copias finales para permitir una comunicación adicional y oportunidades para participar

Esté presente y sea razonable

Los correos electrónicos de anuncios simples son excelentes para enviar rápidamente información de la clase, pero si los estudiantes toman múltiples cursos en línea, mucho se puede perder en la bandeja de entrada. Estar presente y comunicarse dentro del LMS a veces es más valioso porque se está comunicando en el mismo lugar / momento en el que trabajan sus estudiantes. Intente publicar foros de discusión, videoclips cortos u otros recursos para ayudarlos con sus tareas semanales u ofrezca tiempo individual con los estudiantes para obtener ayuda adicional. Al publicar, ¡no te olvides de ser agradable! Como instructor en línea, he desarrollado una reputación por publicar memes relacionados con el contenido. Son tontos, pero conectan tanto con los estudiantes que, cada semestre, comienzan a enviarme algunos de sus favoritos en línea por correo electrónico.

Los cursos y los planes de comunicación cuidadosamente diseñados son un punto de partida para la participación de los estudiantes, pero el verdadero secreto del éxito es ser una presencia constante que enseña el material, dirige las discusiones e intercala el humor. Como instructores, debemos mostrar nuestro amor por nuestra disciplina en nuestros cursos, ya sea en persona o en línea.

Este artículo fue escrito por Sherri Singer y traducido a español por Carolina Balderas

Ya sea que seas un instructor en línea experimentado o que comiences un curso remoto por primera vez, es posible que tengas algunas preguntas sobre cómo enseñar a distancia y aprovechar al máximo el aprendizaje en línea para ti y tus alumnos. Con aproximadamente el 97% de los estudiantes universitarios cambiando al aprendizaje en línea, dominar tu curso nunca ha sido más importante (sin presión, ¿verdad?).

Para ayudar, recopilamos algunos de los mejores consejos que los instructores experimentados en la enseñanza a distancia han compartido para ayudarlo a involucrar a los estudiantes, mejorar los resultados del aprendizaje y reforzar su confianza digital. ¡Echar un vistazo!

  1. Ofrece diferentes tipos de tareas al enseñar a distancia

Cuando se trata de involucrar a los estudiantes, la profesora Sherri Singer compartió algunos de sus consejos:

“Los estudiantes aprecian las tareas creativas que los obligan a analizar el contenido del curso y aplicar los conceptos en diferentes formatos o disciplinas. Pedirles a los estudiantes que comuniquen sus respuestas de varias maneras o que elaboren tareas únicas los involucra en diferentes niveles. Intenta proporcionar tareas “escalonadas” que fomenten la participación o pide a los estudiantes que presenten propuestas de trabajos, borradores y copias finales para permitir una comunicación adicional y oportunidades de participación ".

  1. Prepara contenido que se relacione con las experiencias de la vida real de los estudiantes

Como instructor, seguramente has escuchado el clásico, "¿cuándo usaré esto?" de tus estudiantes. Si bien puede parecer una réplica desgastada, la investigación ha demostrado que conectar el contenido del curso con la vida de tus estudiantes y enfatizar la relevancia de tus lecciones ayuda a impulsar el compromiso, la motivación y la autodisciplina de los estudiantes. Con esto en mente, el profesor Sandy Keeter tiene esto para compartir:

“¡Muestra la relevancia del tema y hazlo divertido y significativo! Mi entusiasmo por lo que enseño es obvio y mis alumnos pueden verlo y sentirlo. Creo en lo que enseño ".

  1. Proporciona un "mapa" para tus estudiantes

Con estudiantes e instructores obligados a adaptarse rápidamente al aprendizaje en línea, puede haber una serie de retos cuando comienza un nuevo semestre. Con esto en mente, la profesora Marie Guest sugiere enfocarse primero en ayudar a los estudiantes a dominar la tecnología de aprendizaje y los diseños de cursos que usarán en su clase:

“Empiezo cada semestre con una orientación cuidadosamente diseñada para mi curso. Los estudiantes deben completar cada paso de la orientación para avanzar al contenido del curso. Comenzando con un recorrido por nuestro sistema de gestión del aprendizaje, incluidos anuncios de cursos, búsqueda y apertura de un archivo publicado, completar un cuestionario de asistencia / programa de estudios, publicar en un panel de discusión introductorio, registrarse en su libro de texto / plataforma en línea y enviar un correo electrónico para presentarse el maestro -con esto, los alumnos demuestran que están preparados para aprender el material del curso.

Después de completar este proceso de orientación, rara vez recibo una pregunta de un estudiante sobre cómo completar una tarea, por lo que puedo concentrarme en enseñar el contenido ".

  1. Céntrate en los objetivos del curso

Cuando se trata de involucrar con éxito a los estudiantes y guiarlos hacia el éxito académico en un entorno en línea, el diseño y la planificación lo son todo. Desde la tecnología hasta la pedagogía, hay muchas complejidades que tener en cuenta. El profesor Shawn Orr, sugiere lo siguiente para que el diseño del curso sea fácil y efectivo:

“Cuando diseño cursos, siempre empiezo con los resultados de aprendizaje del curso, luego los módulos y trabajo hacia atrás. Crear un mapa del curso es especialmente útil, por lo que me aseguro de que cada actividad, conferencia, proyecto, evaluación, publicación de debate, orador invitado, presentación y ejercicio de juego tenga un propósito claro, vinculado a un objetivo del curso ".

¿Quieres aprender aún más sobre el dominio de los cursos en línea?

Consulta nuestro libro electrónico "The Cengage Guide to Teaching Online" En él, exploramos los aspectos tecnológicos y pedagógicos del aprendizaje en línea, y los consejos y trucos para dominarlos. El ebook sólo está disponible en inglés por el momento.

Este artículo fue traducido al español de esta entrada.

Entérate de más tips de enseñanza aquí.

Artículo escrito por la Mtra. Patricia Velázquez

Por mucho tiempo se ha dicho que la educación debe evolucionar, ser congruente con la realidad del mundo, sin embargo cabe preguntarse si lo estamos logrando en los tiempos actuales.

Hoy mismo, en medio de la pandemia, ante los retos de la educación a distancia por medios electrónicos, la preocupación sigue siendo la de pensar si vamos a lograr abarcar todos los contenidos que marca el programa. ¿Será realmente esto lo que interesa?

¿Qué clase de personas necesitamos formar? ¿Personas que se mantengan atentas tomando notas y repitiendo información en un examen?

¿De qué sirve esto al enfrentarse a las situaciones de la vida real?

Vivimos en un mundo globalizado en el que hay un mar de información, en el que los acontecimientos que suceden al otro lado del mundo se conocen en minutos, en el que un virus que se origina en China llega en pocas semanas a invadir al mundo entero.

Es claro que lo que necesitamos, más allá de fomentar la memorización de información enciclopédica,   es formar personas comprometidas con su comunidad, dispuestas a ayudar, sensibles ante los acontecimientos mundiales que nos estremecen, personas que sean capaces de integrar el conocimiento que han adquirido en la escuela para que lejos de parcializarlo vean las relaciones multidisciplinarias que se requieren para atender un problema.

Se requiere de la comprensión de las necesidades de los demás, de tener una visión de conjunto que conduzca a soluciones creativas ante las incertidumbres que se van presentando, ante las inminentes necesidades colectivas.

Se requiere en fin, de formar estudiantes humanizados, no robotizados, que se aparten del individualismo que enajena y sepan convivir y aportar desde sus capacidades y habilidades para construir o reconstruir un planeta golpeado por la enfermedad, el daño ambiental, el deterioro social, la violencia, la desigualdad, la indiferencia de muchos y la voz ignorada de los que piden un cambio.

Nuestra tarea como profesores se hace ahora más compleja. Debemos de formar a los estudiantes desde la visión de que no podemos parcializar el conocimiento, o verlo muy simplificado, sino como parte de un saber amplio, holístico, en el que todo tiene relación.

Por ejemplo, no podemos enseñar acerca de microbiología, de los virus, sin pensar en las consecuencias sociales y económicas de una pandemia. No podemos enseñar acerca de los reinos y la clasificación de los seres vivos sin señalar el riesgo de las especies de extinguirse ante la destrucción de sus hábitats, y de las consecuencias severas del cambio climático en diversas especies y en nuestro futuro en este planeta.

Nuestro deber ético es enseñar en contexto, no un conocimiento aislado, inútil, parcial, sino como parte de un todo que debe de mover conciencias, despertar las iniciativas, las propuestas a buscar soluciones. Fomentar el aprendizaje a través de la solución de problemas, de proyectos conectados con el entorno, enlazados con otras disciplinas.

Nuestra tarea como profesores nunca ha sido tan trascendente, es imperativo que nos demos cuenta de que ahora nuestro papel es educar considerando que las generaciones de hoy tienen la importante misión de reconstruir el mundo que les ha tocado recibir.

Aprovechemos esta coyuntura para dar un giro a la educación de una vez y para siempre.

Resumen del artículo

• Los cursos online que promueven el aprendizaje activo deberían ser fáciles de navegar.
• Videos y otras técnicas de colaboración invitan más a la participación
• Construir una relación entre los estudiantes se puede lograr en aprendizajes de aprendizaje en línea.

Crear un curso en línea que sea activo y dinámico como eran los presenciales involucra tres elementos claves: diseño de curso, presencia de los docentes e interacción entre los estudiantes. Esto puede lograrse con un conjunto de buenas prácticas que aumentan el compromiso de los estudiantes.

Cursos en línea dinámicos, ¿cómo crearlos?

Tu curso debe ser fácil de navegar, con técnica apropiada que soporte las herramientas y varios tipos de actividades que faciliten que los estudiantes se comprometan con los docentes y sus compañeros. Para lograrlo, trata de:

• Estar presente de manera consistente en el curso, así darás una sensación de conexión a tus estudiantes.
• Mantener la comunicación abierta, usa foros y sales de juntas virtuales.
• Incorporar videos y otras actividades interactivas para atender varios tipos de aprendizaje y generar comunicación y colaboración.
• Distribuir equitativamente las actividades en los módulos para mantener a tus estudiantes comprometidos y motivados.
• Invitar al uso de las aplicaciones de LMS para ayudar a los estudiantes a mantenerse al día con recordatorios y notificaciones.
• Ofrecer un balance entre actividades sincrónicas y asincrónicas para generar interactividad y dinamismo en tu curso en línea.

Lleva el contenido a la vida real con videos y colaboración

Encontrar formas interactivas de entregar contenido del curso y facilitar la comunicación puede hacer la diferencia entre asistir una clase en línea y participar en una.

• Empieza con una video de introducción para proveer asistencia en la navegación de plataforma o LMS, plantea las expectativas del curso.
• Durante la primera semana de clases, mantén una sala de bienvenida virtual y una sesión Q&A (preguntas y respuestas) para conocer a los estudiantes y responder a sus preguntas. Esto hará que los estudiantes arranquen con el pie derecho.
• Programa y graba las clases para proveer retroalimentación inmediata y soporte. Mientras transcurren las clases, una las opciones de votación o presenta preguntas para que se respondan en el chat. Esto asegurará que los estudiantes estén activos y participando.
• Comparte las presentaciones de PowerPoint y usa el pizarrón para ilustrar conceptos. Sino tienes la función de borrador, comparte un documento de Word o Excel como pizarrón.
• Conoce a tus estudiantes en SocialMedia (puede ser una sesión en vivo por Instagram o Facebook). Los docentes pueden crear cuentas de Facebook privadas para sesiones en vivo o discusiones.
• Cuando califiques a tus estudiantes, considera personalizar la retroalimentación, usa un breve video o agenda una sesión con cada uno para hablar sobre su desempeño.
• Agenda “Horas de oficina” virtuales o abre una sala de chat privada.

Inspira a los estudiantes a que se comuniquen y colaboren

Un elemento del salón de clases presencial que a menudo se pierde en la enseñanza en línea es la relación que se construye entre los compañeros. Esto es un aspecto esencial del aprendizaje y puede lograrse de las siguientes formas:

• Haz que los estudiantes se presenten a ellos mismos y contesten a sus compañeros con video clips. Los videos pueden grabarse de forma sencilla y compartirse en un foro de discusión.
• Crea sesiones de grupos (breakout rooms) durante las clases para actividades grupales. (Dales un ejemplo de la actividad o caso de estudio para que la trabajen en grupos)
• Habilita foros de discusión para la colaboración de estudiantes en proyectos más grandes. Si el proyecto requiere una presentación, haz que creen un video para la evaluación de sus compañeros. O haz que los estudiantes evalúen por medio de la opción de votaciones o chat.
• Construye un lugar con Preguntas y respuestas o links a los recursos que más se usen en el curso, incluye el de la sala virtual donde será la clase todo el semestre.
• Solicita la opinión o reflexión de los estudiantes periódicamente, así podrán recibir retroalimentación de sus compañeros. Invita a los estudiantes a que compartan sus retos, tips o recursos con los que estudien.
• Organiza una sesión de Q&A para que los estudiantes pregunten sobre alguna tarea o tema en específico. Otorga puntos extras a los que participen.

Las actividades de tu curso variarán según las herramientas y tecnología a las que tengas acceso, pero un curso con una variedad de actividades e interacción consistente entre profesores y estudiantes ayudará a que se mantengan motivados y mejoren su experiencia de aprendizaje en línea.

Compartimos contigo 8 tips que te ayudarán a mejorar tu clase en línea. Para más tips, suscríbete a nuestro blog.

El artículo original está publicado aquí y fue escrito por Parnella Baul, traducido al español por Cengage Latinoamérica.

Parnella Baul es Profesor asociada del departamento de Accounting en el Community College de Monroe County.

Prepararse para los exámenes es estresante no solo para los estudiantes, sino también para los instructores. Fomente el aprendizaje independiente y ayude a los estudiantes a mejorar su desempeño en sus exámenes con una solución simple: la práctica.

Es posible que la práctica no siempre conduzca a la perfección, pero con el tiempo y la repetición puede desarrollar la confianza y la comprensión de los estudiantes. Prepare a sus estudiantes para su próximo examen con estos cuatro consejos prácticos de la instructora y colaboradora de la facultad, Katie Culler.

1. Organice grupos de estudio para sus estudiantes

Animar a los estudiantes a estudiar es mucho más fácil cuando tienen un grupo en el que apoyarse. Antes del examen, organice a sus estudiantes en grupos de estudio para que tengan un grupo preseleccionado con el que reunirse para recibir apoyo de estudio. Dentro de WebAssign puede crear sus propios grupos a través de la “Herramienta de creación de grupos” o permitiendo que el sistema asigne grupos al azar. Una vez que haya establecido sus grupos, programe una asignación de trabajo grupal introductoria para darles a sus estudiantes la oportunidad de conocerse y compartir información de contacto para futuras sesiones de estudio. ¡No olvide decirles a sus alumnos en qué grupo están!

2. Enseñe a sus estudiantes a usar la herramienta “Class Insights” para practicar

La herramienta “My Class Insights” está personalizado para cada estudiante, brindándoles orientación sobre los conceptos que necesitan practicar en función de su propio desempeño en el trabajo previamente asignado y completado. Muestre a los estudiantes cómo acceder a My Class Insights (en la esquina superior derecha de la pantalla de inicio) y cómo pueden usarlo para practicar un tema. Los estudiantes pueden revisar preguntas anteriores que hayan respondido incorrectamente y practicar otras versiones aleatorias de las preguntas para mejorar sus habilidades.

3. Habilite el plan personalizado de estudio cuando esté disponible

El Plan de estudio personalizado (PSP) disponible para muchos libros de texto en WebAssign utiliza pruebas breves y aleatorias de práctica y de capítulos para evaluar el conocimiento de los estudiantes sobre conceptos específicos y secciones de libros de texto. Luego, proporciona sugerencias personalizadas para materiales tutoriales que abordan las áreas específicas con las que los estudiantes están batallando. Para utilizar el PSP:

Primero, verifique si tiene un PSP disponible para el título de su curso. Si es así, siga estos tres pasos para habilitar el PSP para sus estudiantes.

Comparta estas estrategias del Plan de estudio personal con sus estudiantes.

Bonus: Puede personalizar los temas en los que le gustaría que sus alumnos se centraran y realizar un seguimiento del rendimiento individual de los alumnos por capítulo.

4. Genere un examen de práctica acumulativo

Los exámenes de práctica suelen ser más efectivos que las guías de estudio porque involucran a los estudiantes en los conceptos cubiertos en el examen. Dentro de WebAssign, puede crear exámenes de práctica utilizando preguntas de libros de texto con apoyo de aprendizaje para ayudar a los estudiantes a comprender mejor el concepto en cuestión a través de texto, videos y tutoriales. La funcionalidad "probar otra versión" también permite a los estudiantes practicar una versión diferente de la pregunta en la que están trabajando actualmente. Por último, lleve un registro de la participación de los estudiantes en su libro de calificaciones y use estos datos para informar las discusiones individuales con los estudiantes que han tenido dificultades.

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El distanciamiento social significa el paro de muchas actividades, pero la educación no tendría por qué ser una de ellas. Si bien los centros educativos permanecen cerrados, las tecnologías digitales nos permiten realizar nuestro papel como educadores directamente en los hogares a través de diferentes canales.

Estos momentos álgidos son también una oportunidad para reflexionar sobre nuestro papel como profesores durante una situación que tiene un impacto tanto educativo como emocional en los alumnos.

Aunque el alarmismo orilla a pensar lo contrario, la realidad es que tarde o temprano reanudaremos nuestras actividades, y las acciones que hayamos tomado durante este crucial periodo se verán reflejadas en ese momento. Por eso es importante contar con las herramientas educativas para lidiar correctamente con el proceso de cuarentena a nivel emocional y transmitirlas adecuadamente.

El componente emocional de la educación

Por tentador que sea tratar este receso de clases presenciales como un descanso, no debemos olvidar que se trata de una situación extraordinaria que requiere de la participación de toda la sociedad, y los profesores no somos la excepción.

Ante un panorama tan convulso como el que vivimos, en donde permea el miedo, el pánico y la ansiedad, es oportuno voltear la mirada hacia el aprendizaje social y emocional, también llamado SEL por sus siglas en inglés.

El SEL es un proceso enfocado en la comprensión y manejo de las emociones. Se refiere a un conjunto de competencias que nos enseñan a desarrollar y mantener relaciones positivas y saludables.

Los cinco ejes del SEL son: autoconciencia, autogestión, conciencia social, habilidades para relacionarse y toma de decisiones responsables. Como su nombre lo indica, esta aproximación otorga herramientas para el aprendizaje a nivel social y emocional, que sin duda resultan invaluables en todo proceso educativo y durante estos tiempos difíciles.

Es de esperarse que la situación extrema que vivimos termine por dejar una huella en nuestros alumnos, pero también en nosotros mismos, de ahí la importancia comprender las emociones que todos sentimos durante este periodo y adquirir las herramientas para trabajar con ellas.

Las herramientas del enfoque RULER

Otra aproximación al aprendizaje emocional es el enfoque RULER (por sus siglas en inglés), aplicado para enseñar “habilidades suaves”, que es otra expresión para lo que conocemos como inteligencia social y emocional en entornos escolares y profesionales.

RULER es un acrónimo que busca enseñar las habilidades para reconocer emociones, entender las causas, etiquetar las emociones, expresarlas apropiadamente y regularlas. Está basado en décadas de investigación y tiene como finalidad promover una buena salud emocional, además de un ambiente efectivo para la enseñanza y el aprendizaje.

Vale la pena sumergirse a conocer más de estos dos enfoques. Además de proporcionarnos herramientas para trabajar con las secuelas emocionales que seguramente dejará el COVID-19 en los estudiantes, también nos ayuda a trabajar en nosotros mismos.

Ayudarse para ayudar a los demás

Así como en la demostración de seguridad de los aviones nos dicen que antes de ayudar a los demás nos pongamos a salvo nosotros mismos, en esta situación debemos hacer algo parecido.

Durante la cuarentena es normal que, junto con la rutina, perdamos la sensación de normalidad y con ello la calma. Pero para ayudar a los demás es indispensable ayudarnos nosotros primero.

Lo recomendable es intentar armar una nueva rutina de trabajo desde casa que incluya el autocuidado emocional. Es primordial verificar cómo nos sentimos varias veces al día, siempre evitando juzgar nuestras emociones y las de los demás.

Si bien el distanciamiento social en el plano físico es necesario, no tiene por qué ser así en el plano virtual. Hay que procurar mantenernos en contacto con los seres queridos a través de las redes sociales y no olvidar dejar tiempo para los hobbies.

El tema de la información también es importante en el autocuidado. Es básico mantenerse informado para discernir entre las “fake news” que circulan y la verdad de la situación, también hay que tomar en cuenta que saturarnos de información puede convertirse en un ciclo dañino. Encontrar un balance en el uso de redes sociales y en el consumo de información será un paso importante a tomar durante la cuarentena.

Dentro de lo posible, debemos intentar transmitir todo lo que hemos aprendido sobre aprendizaje social y emocional con los alumnos, y sobre todo permanecer atentos y preparándonos.

Justo ahora la batalla más importante la están librando médicos, enfermeras y especialistas en salud, pero cuando termine su turno y regresemos a la normalidad, será nuestro momento de actuar y debemos estar listos. Listos a nivel emocional, pero también con las herramientas adquiridas durante este periodo.

Cada día, con cada comentario como el que suscribe nuestro amigo El Principito vamos apagando la creatividad innata que posee nuestro alumnado. La infancia llega al colegio con ganas de aprender, de crear, de compartir, de comerse el mundo. Y lo único que les enseñamos es a obedecer, atender, escuchar, callar, repetir, memorizar, y vomitar contenidos. No importa que no los entiendan, no importa que no sean significativos para ellos en particular. Solo se evalúa que los hayan aprendido de memoria y soltado en la correspondiente prueba de evaluación.

El mundo de hoy en día en poco se parece ya al del siglo pasado. Los últimos 25 años hemos vivido  cambios increíbles en la historia, y el ritmo de avance es cada vez más y más acusado. Esto viene a decirnos que en menos de una década las comunicaciones serán totalmente diferentes, al igual que nuestras necesidades. Los puestos de trabajo no solo no tendrán nada que ver con los actuales, sino que serán variados, múltiples, y delimitados en el tiempo.

Si podemos intuir e incluso llegar a entender esto ¿por qué lo que hacemos en la escuela es seguir preparando empleados de fábricas para que asuman roles, acaten órdenes y las ejecuten sin sublevarse de manera alguna, ni aportar nada nuevo? Una de las competencias fundamentales en ese desconocido futuro es la creatividad, y es evidente que la escuela no está apostando lo suficiente por ella.

Desde aquí os invito a probar distintas prácticas que podemos llevar a cabo desde nuestro centro educativo. Pero antes de nada, hemos de cumplir con dos premisas fundamentales:

-No tener miedo al cambio o a equivocarse.

-No esperar un camino de rosas, ni resultados inmediatos.

Una vez  desterrado el miedo de nuestro día a día, seremos capaces de ir introduciendo de manera paulatina diversas prácticas que nos ayudarán a generar un ambiente de creatividad sano y productivo. Os expondré algunas de las posibilidades fácilmente desarrollables en el centro y/o aula:

Espacios en la escuela:

puede que trabajes en un edificio de lo más moderno, pero tal vez sigas en una “vieja escuela”, esa donde las clases solo se imparten en aulas cerradas con mesas, sillas, pizarra… ¿Por qué no le damos una vuelta a este concepto?

Usemos otros espacios

Pero no solo otras aulas (Tic, Inglés…) sino espacios abiertos, espacios habitualmente “muertos” como el pasillo, las escaleras, el patio, el parque… Hay centros con grandes espacios comunes sin usar, ¿por qué no integrarlos en la enseñanza? No tengamos miedo al ruido y al descontrol en ciertos momentos. Si los niños y niñas están siendo creativos, probablemente no estarán calladitos, sentados y mirando hacia adelante.

Horarios:

Los horarios nos ayudan a organizarnos, pero también nos limitan en muchas ocasiones. ¿Por qué cortar ese debate tan interesante simplemente porque “toca” matemáticas? Seamos más flexibles, sobre todo en aquellos cursos en los que hay una única tutora o tutor.

Asignaturas:

Ya hay escuelas donde las asignaturas han desaparecido para dar paso al trabajo por proyectos. Por poner un ejemplo, si notamos que hay mucha obesidad en el aula, ese curso escolar podríamos trabajar la nutrición y el ejercicio físico como “asignaturas”. A partir de estas temáticas los contenidos de lengua, matemáticas o ciencias fluirían libremente.

Espacios en las aulas:

Sería genial entrar de vez en cuando en un aula sin mesas y sillas. Un aula con puffs, cojines, alfombras de juego, con diferentes esquinas temáticas, donde una pared fuera de pintura pizarra para que se expresasen como quisieran…

Asambleas:

¿Por qué solo en infantil? Parece que no tenemos tiempo ni interés para escuchar lo que tiene que decir nuestro alumnado: sus preocupaciones, sus desvelos, sus alegrías. No solo es un tiempo maravilloso y nada “perdido” para trabajar la empatía, sino que el hablar en público de manera frecuente mejorará su oratoria, su capacidad de debate y su sentido crítico.

Clubs:

Esto es algo que se lleva mucho en otros países pero nunca se ha valorado en el nuestro. Clubs en los que les encantaría participar, organizados por el propio alumnado, donde poder expresarse y disfrutar de esos mundos que le apasionan; sea el club de ciencias, de robótica, o el de peluquería.

Participación alumnado:

Debería de haber muchos más órganos donde pudieran aportar sus ideas, sus proyectos, sus mejoras, sus propuestas. Sus mentes creativas serían el motor de la “nueva escuela”.

Podríamos seguir enumerando muchos otros puntos, pues existen una gran cantidad de herramientas para llevar la creatividad al aula, pero empecemos por las más sencillas y ¡conseguiremos un mundo más creativo!

 

 

 

 

Texto original: http://goo.gl/7aiigq

En la actualidad, una necesidad latente en torno a la práctica docente es la innovación que presenta esta por medio del Profesor, asimismo la eficiencia y eficacia al momento de impartir sus clases. Ello implica el desarrollo de competencias básicas que le permitirán al docente incorporar el uso de diversas herramientas en el proceso enseñanza-aprendizaje.

El tema de la innovación en la práctica docente, es de suma importancia ya que al innovar dentro de la práctica pedagógica por medio de las diversas estrategias de enseñanza, el educando logrará asimilar rápidamente los contenidos y alcanzará un aprendizaje significativo donde sabrá reflexionar, ser crítico y analítico bajo el enfoque por competencias, así mismo podrá relacionar los hechos de la actualidad con los temas, obteniendo una completa transversalidad.

El desarrollo de innovaciones educativas dentro de un aprendizaje por competencias se ha planteado por tanto como un proceso sistemático e intencionado que requiere del conocimiento y utilización de diversas estrategias para llevarse a cabo. La mejora al utilizar la innovación dentro de la práctica docente es reducir el esfuerzo; aumentar la rapidez en obtener resultados; aumentar la calidad y satisfacer nuevas demandas.

Los conceptos, creatividad e innovación tienen una vinculación de importancia ya que la creatividad ha sido identificada como una condición básica para generar innovación y cambio, un punto de partida preferentemente vinculada a las características personales de los individuos.

Existe un relativo consenso respecto a definir la creatividad como una capacidad o potencial humano para generar ideas nuevas, dentro de un marco de valores y comunicarlas (De la Torre, 2003).

La innovación educativa es un proceso que consiste en incorporar algo nuevo, se puede caracterizar como un cambio creativo y duradero en cualquier nivel de las prácticas educativas, que se realiza de manera intencional, que produce modificaciones profundas en el sistema de generación y transferencia de conocimientos, habilidades, actitudes y valores, con la articulación de la participación de los agentes y que mejora la calidad de algún aspecto significativo del hecho educativo.

Para Blanco y Messina, (2000), la innovación educativa se define

"como un proceso encaminado a la solución de problemas de calidad, cobertura, eficiencia y efectividad en el ámbito educativo, resultado de un proceso participativo de planificación, que surge desde la práctica educativa del profesorado y que confronta las creencias de docentes y administrativos, y plantea formas alternativas de enseñar, aprender y gestionar".

El innovar en el ámbito educativo trae consigo nuevas novedades que mejorarán el proceso enseñanza-aprendizaje. Las diversas estrategias de aprendizaje, por medio del juego y competencias así como el uso de las TICS lograrán la innovación pedagógica, obteniendo el éxito total: un aprendizaje por competencias.

Asimismo, la educación por medio de la innovación docente implica la formación de un ser humano autónomo y autogestivo, en sus decisiones y actos, respetuoso de los derechos de los otros, pero que exija los propios, que cuente con competencias que le permitan aprender, analizar y transformar la realidad física y social, con pleno respeto al medio ambiente; que potencíe y desarrolle sus habilidades para convivir y comunicarse con los otros; y que cuente con la libertad para elegir, conocer y decidir sobre su forma y proyecto y estilo de vida.

Actualmente, es muy importante que los estudiantes desarrollen competencias para discernir, seleccionar, codificar, organizar, analizar, retener, recuperar y utilizar la información y convertirla en conocimientos útiles que les permitan alcanzar una mejor calidad de vida y una adecuada participación social e individual en procesos productivos y de convivencia humana.

Los avances tecnológicos y la globalización exigen que el educando cuente con un aprendizaje constructivista y con los cuatro pilares de la educación; aprender a ser, a convivir, a hacer, y a conocer, asimismo llevarían tanto a docentes, como a estudiantes a ser personas lideres capaces de enfrentar el mundo por medio de las innovaciones educativas.

Ante este reto, es importante contar con un sistema de educación de calidad que esté orientado a satisfacer las necesidades del desarrollo social, científico, tecnológico, económico, cultural y humano del país, para que sea promotor de las innovaciones pertinentes y se encuentre abierto al cambio de los entornos institucionales.

Todos los cambios, mejoras e innovaciones que las reformas necesitan para transformar a la educación miran a los profesores como agentes protagónicos para lograr estos cambios y mejoras. Para desempeñar con responsabilidad este papel se requiere que los profesores adopten el modelo profesional de la docencia y realicen un ejercicio sistemático de reflexión sobre su quehacer, sobre el marco teórico que lo sustenta y sobre los aportes que las investigaciones les brindan para mejorar la calidad de los aprendizajes en sus alumnos (Ramírez, et, al. 2006).

La profesionalización docente es en sí misma una estrategia para la implementación de innovaciones, ya que requiere de los profesores construcción de aprendizajes tanto del contenido de las innovaciones que se pretenden implementar, así como del procedimiento para su puesta en práctica.

Se consideran tres criterios para los procesos de formación profesional:

Rivas, 2004, menciona que

"El gran reto en la profesionalización docente conlleva al enriquecimiento del propio pensamiento pedagógico del docente y el mejoramiento de las competencias didácticas, asi como de los principios pedagógiccos que debe poseer el maestro para el bien de sus alumnos y favoreciendo el proceso enseñanza-aprendizaje mismo que será eficiente si se trabaja de forma organizada y compartida"

La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES, 2003) ha definido cinco ámbitos de innovación:

  1. Planes y programas de estudio,
  2. proceso educativo,
  3. uso de tecnologías de información y comunicación,
  4. modalidades alternativas para el aprendizaje y
  5. gobierno, dirección y gestión.

Una innovación educativa efectiva es aquella que logra integrarse con otros componentes del proceso educativo o pedagógico, con los cuales necesariamente interactúa y se complementa para lograr frentes más amplios de mejoramiento de la calidad, de la cobertura y de la eficiencia (Blanco y Messina, 2000).

El cambio de la innovación en la práctica del docente, es un paradigma, por lo tanto, dicho acontecimiento debe estar enfocado en la formación de competencias acorde a la reestructuración de las sociedades contemporáneas occidentales (Moreno, 2009).

Estudios recientes como los de Almerich, 2005, coinciden en señalar la necesidad de formación de competencias orientadas a la innovación en los docentes como un medio para cambiar sus actitudes hacia los procesos de cambio y mejora en las instituciones.

 

 

 

Texto original: http://goo.gl/I2GOXu

Nobody said that raising an adolescent was easy, and schooling one is even more of a challenge! Parents are taking on a lot of school responsibility, and let's face it -- things are different than they used to be. How are parents supposed to know how to handle the homework load without some guidance?

Take studying, for example. If you parent a struggling or resistant learner, you've probably heard more than one person suggest, "She just needs to study more." Most kids think this means filling in a study guide or rereading a chapter. But many don't learn by writing or reading. Their strengths lie in the visual, kinesthetic, musical, or social realm. How, then, are we to help our children develop their studying skills?

The task does not have to be daunting. In fact, it can actually be simple and effective!

Getting Started

Determine when tests will happen.

Use school websites, email, planners, etc. to help you and your adolescent pinpoint an effective way to get tests on the calendar.

Set a goal.

Work with your student to determine how many days of studying he needs, and make a session-minute goal (one minute per grade level) and a target for him to study twice daily. An eighth-grade student will set the timer for eight minutes each session, a tenth-grade student for ten minutes, and so on.

Determine the study material.

Notes, study guides, worksheets, or quizzes from the chapter or unit are all good choices. Textbooks are easily accessible, but study material from them may be difficult to identify.

Ask and answer.

Have your adolescent ask and answer her own questions, or for those of you with social students, you can join in and ask the questions. If she gets through the material before the time is up, start over!

Do it again.

Set aside the same time increment before bed, and repeat the entire exercise.

If you do the math, a sixth-grade student will study twelve minutes every day for five days, and will have put 60 minutes of no-tears studying into his pocket!

Minute-by-Minute Study Strategies

But is the question-answer strategy really the best way to study? No single way works for everybody, as each child has a different set of strengths and preferences when it comes to internalizing information. Here are some other ways to use this time (also provided as a downloadable PDF to print for your students):

1. Flashcards

Turn those questions and answers into flashcards and have your adolescent quiz herself. The simple act of flipping the cards around and putting them into piles of "mastered" and "needs practice" may be enough to keep an active kid moving. Some kids are motivated by timing themselves. Flip those flashcards around, have her read the answer, and try to reproduce the question for a bigger challenge.

2. Categorizing

Use the flashcards to organize the information by categories, put them in some kind of order, or match them up in pairs. The idea is to organize them differently each time so that your student can make more than one connection in his brain for the information.

3. Word combining

Language lovers won't mind creating sentences with vocabulary. If the test is vocabulary-heavy, start by either writing or speaking the sentences with one word in each and then moving to two words, then three, etc.

4. Song lyrics

Ask a musical or rhythmic adolescent to take the lyrics of her favorite song and rewrite it to include as much of the required information she can. This may take multiple sessions to accomplish, but once it's done, she can sing it over and over again.

5. Picture notes

During the study session, have a more visual adolescent draw pictures of his notes on flashcards, paper, or a whiteboard, and then describe them.

6. Talk-through

Many adolescents are highly social. If yours is, too, have her go through flashcards or a study guide and explain each aspect in as much detail as possible without reading from the printed information.

7. Picture walk

Have him use the visuals provided in the textbook, online text, worksheets, notes, etc. to explain information either out loud or in writing, depending on his preference.

8. Mnemonic devices

Have her rhyme or create sayings to help her remember information. Creating acronyms or sentences with the first letters of words can also be fun for students who like to play with language.

9. Oral visualization

Read a portion of the notes or worksheet and have your student describe what comes to mind visually.

10. Perspective talk

Talk or write about the material, pretending to be somebody or something else.

11. Superhero letter

Have a word-smart adolescent write a letter to a superhero explaining the material and why the information should be important.

Ultimately, studying comes in dozens of forms, and it's important to help your adolescent figure out what's going to work for him or her. Whatever her strengths, whatever his level of comfort, start there. Keep it short. Keep it simple. Keep it painless. And watch what happens when studying becomes a familiar routine -- and when students see the fruits of their efforts.

 

 

 

See original text: http://goo.gl/R5czAS

La mayoría de los estudiantes responden de manera positiva a una asignatura bien organizada, enseñada por un profesor entusiasta que tiene un interés en su aprendizaje.

“El aprendizaje real en la clase depende de la habilidad del profesor para mantener y mejorar la motivación que traían los estudiantes al comienzo del curso (Ericksen, 1978). Sea cual sea el nivel de motivación que traen los estudiantes, será cambiado, a mejor o a peor, por lo que ocurra en el aula”.

Javier Sancho, de la Universidad del País Vasco, introduce con estas palabras su artículo Técnicas de enseñanza para mejorar la motivación de los estudiantes. “Si queremos que aprendan”, advierte, “debemos crear condiciones que promuevan la motivación”.

Estudios con universitarios han mostrado algunos de los factores que más motivan a los estudiantes, como el entusiasmo del profesor, el material de trabajo y su nivel apropiado de dificultad, la organización de la asignatura, la participación activa de los alumnos, la variedad en el uso de tecnologías docentes, y la conexión entre el profesor y los estudiantes.

El autor sugiere, a continuación, algunas técnicas precisas para motivar a los chicos en el aula.

  1. Empezar por conocer a los estudiantes. La presentación inicial de todos los miembros del grupo no sólo es necesaria para intentar conectar con los chicos, sino también para conocer sus fortalezas y debilidades. Sancho recomienda, para el primer día de clases, pedir que hagan fichas con su nombre y el interés que tienen por la asignatura y dejar que lo expongan.
  2. Demostrar entusiasmo. “Si estás apático o aburrido, los estudiantes también lo estarán. Dicho entusiasmo viene muchas veces del gusto por la materia o por el genuino placer de enseñar. Se nota cuándo a un profesor le gusta enseñar”, escribe el autor.
  3. Dedicar tiempo a cada alumno. Hay que recordar que cada alumno tiene necesidades y competencias distintas. En la medida de lo posible, intentemos individualizar la enseñanza: reconocer a cada estudiante, checar su trabajo regularmente, apoyar su aprendizaje, e informarle de manera individual sobre su proceso.
  4. Mantener altas expectativas. Es deseable mostrar confianza en los estudiantes con frases de motivación (“puedes hacerlo”) y consejos prácticos (tiempo de estudio, realización de problemas). “Animarlos no sólo a aprobar, sino a aprender”, dice el autor.
  5. Señalar la importancia de la asignatura. Explicar por qué la materia es importante y cómo puede ser de utilidad en su vida profesional.
  6. Variar los métodos de enseñanza. Por todos los medios hay que evitar el aburrimiento y la rutina: intentar que cada clase sea una aventura nueva. Escuchar es importante, pero recordemos que el alumno aprende más haciendo, construyendo, diseñando, creando, resolviendo. “El aprendizaje mejora si se obliga al alumno a utilizar varios sentidos”. Entre las herramientas que se pueden utilizar están la clase magistral con discusión, la lluvia de ideas, el panel de expertos, los videos, la discusión en pequeños grupos, el análisis de casos o prácticas de laboratorio.
  7. Fomentar la participación de los estudiantes con preguntas. Ello aumentará su interés y aprendizaje. Sancho recomienda realizar preguntas relacionadas con el conocimiento, pero también de comprensión (interpretar, describir con sus palabras), de aplicación (resolución de problemas, poner ejemplos), de análisis (identificar motivos, separar el todo en sus partes), y de evaluación (dar opiniones, juicios de valor).
  8. Recurrir al humor. Interrumpir las clases con anécdotas o hacer chistes relacionados con el tema, crea una atmósfera más relajada que favorece el aprendizaje de los alumnos.
  9. Organizar el material de estudio. Un material claro, legible y atractivo motiva al aprendizaje. Unos apuntes desfasados, no actualizados, señalan poca preocupación del profesor.
  10. Contar historias redondas.  Que cada clase tenga un comienzo, un desarrollo y un final. Es frustrante para los alumnos dejar las cosas a medias. Dedicar siempre un tiempo al final para hacer un resumen de todo lo visto.

Texto original: http://goo.gl/voYf8x

A pesar de que el trabajo colaborativo ha demostrado ser una eficiente estrategia de aprendizaje, para quienes no han vivido aún esa experiencia el trabajar en forma colaborativa les ha generado ciertos conceptos erróneos.

Conoce cuáles son algunos mitos que existen sobre el aprendizaje colaborativo:

1. La exposición está prohibida en los salones.

La exposición no está prohibida en los grupos de aprendizaje colaborativo. Sigue siendo un recurso útil para presentar la información que no está disponible en otra parte, ahorrando tiempo a los estudiantes en la búsqueda de información, despertando su interés en el tema y enseñándoles a aprender auditivamente (Johnson y Johnson, 1999). Sin embargo, las exposiciones son versiones modificadas de las exposiciones tradicionales, pues se intercalan actividades cortas, activas y colaborativas.

2. Los profesores no alcanzan a cubrir todo el programa porque las actividades toman demasiado tiempo.

Muchos profesores temen perder parte de su contenido al utilizar métodos de aprendizaje colaborativo porque las actividades en equipo normalmente requieren de más tiempo que las exposiciones tradicionales. Los estudiantes necesitan tiempo para trabajar juntos, llegar a un consenso, formular opiniones, presentar información y realizar investigaciones. Es verdad que al principio, mientras aprenden a trabajar como grupo, los equipos trabajan lentamente, deben analizar cómo lo que funciona y lo que no funciona y recibir capacitación acerca de la resolución de conflictos. Sin embargo, una vez que los estudiantes se acoplan al proceso, su nivel de retención y de pensamiento crítico se incrementa al punto de que pueden avanzar en el contenido del currículum más rápidamente (Prescott, 1996).

3. No hay suficiente tiempo en clase para utilizar actividades de aprendizaje colaborativo.

Todas las actividades de equipo que se realizan con efectividad en la clase no requieren de mucho tiempo. Richard Felder, profesor de ingeniería química en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, sugiere que algunas de las preguntas que se hacen durante la exposición en clase se asignen a pequeños equipos y darles 30 segundos para obtener las respuestas (Felder y Brent, 1994). Por ejemplo, en lugar de presentar todo el material del curso en una exposición, los profesores pueden entregar materiales de apoyo con explicaciones y diagramas (Felder y Brent, 1994) dejando algunos apartados para cubrirlos durante la clase o posteriormente por los mismos estudiantes. De esta manera, los profesores pueden dedicar el tiempo que antes utilizaban para escribir en el pizarrón en otras actividades de aprendizaje.

4. Si las tareas se piden en equipo, algunos alumnos no contribuyen y reciben el crédito por trabajo que no hicieron.

El aprendizaje colaborativo incluye formas de asegurar la responsabilidad individual. (Felder y Brend, 1994). Los estudiantes que no participan, usualmente reprueban sus exámenes individuales, exámenes rápidos o tareas. Otra técnica para asegurar la participación de todos los miembros es pedir a un estudiante, al azar, que exponga la solución del equipo, después poner a todo el equipo la misma calificación, basándose en la respuesta de esa persona. Esta técnica es más efectiva cuando el profesor hace el esfuerzo de no pedirle esto a los estudiantes más destacados. Estos estudiantes generalmente toman la responsabilidad de asegurarse que los demás miembros del equipo entiendan las soluciones.

5. El aprendizaje colaborativo significa que los estudiantes deben aprender por sí mismos con poca participación del profesor.

Al contrario, las actividades requieren mucha preparación. Seleccionar y diseñar actividades o preguntas son elementos fundamentales, al igual que orientar a los estudiantes para que utilicen adecuadamente las habilidades de trabajo en pequeños grupos.

Texto original

El Aprendizaje Basado en Proyectos busca un desarrollo integral en los alumnos y conjuga la adquisición de conocimientos propios de la especialidad de estudio, además de habilidades, actitudes y valores.

Algunas de sus ventajas son:

1. Alumnos con mayor motivación: El método estimula que los alumnos se involucren más en el aprendizaje debido a que sienten que tienen la posibilidad de interactuar con la realidad y observar los resultados de dicha interacción.

2. Un aprendizaje más significativo: El Aprendizaje Basado en Proyectos ofrece a los alumnos una respuesta obvia a preguntas como ¿Para qué se requiere aprender cierta información?, ¿Cómo se relaciona lo que se hace y aprende en la escuela con lo que pasa en la realidad?

3. Desarrollo de habilidades de pensamiento: La misma dinámica del proceso en el ABP y el enfrentarse a problemas lleva a los alumnos hacia un pensamiento crítico y creativo.

4. Desarrollo de habilidades para el aprendizaje: El ABP promueve la observación sobre el propio proceso de aprendizaje, los alumnos también evalúan su aprendizaje ya que generan sus propias estrategias para la definición del problema, recaudación de información, análisis de datos, la construcción de hipótesis y la evaluación.

5. Integración de un modelo de trabajo: El ABP lleva a los alumnos al aprendizaje de los contenidos de información de manera similar a la que utilizarán en situaciones futuras, fomentando que lo aprendido se comprenda y no sólo se memorice.

6. Posibilita mayor retención de información: Al enfrentar situaciones de la realidad los alumnos recuerdan con mayor facilidad la información ya que ésta es más significativa para ellos.

7. Permite la integración del conocimiento: El conocimiento de diferentes disciplinas se integra para dar solución al problema sobre el cual se está trabajando, de tal modo que el aprendizaje no se da sólo en fracciones sino de una manera integral y dinámica.

8. Las habilidades que se desarrollan son perdurables: Al estimular habilidades de estudio autodirigido, los alumnos mejorarán su capacidad para estudiar e investigar sin ayuda de nadie para afrontar cualquier obstáculo, tanto de orden teórico como práctico, a lo largo de su vida. Los alumnos aprenden resolviendo o analizando problemas del mundo real y aprenden a aplicar los conocimientos adquiridos a lo largo de su vida en problemas reales.

9. Incremento de su autodirección: Los alumnos asumen la responsabilidad de su aprendizaje, seleccionan los recursos de investigación que requieren: libros, revistas, bancos de información, etc.

10. Mejoramiento de comprensión y desarrollo de habilidades: Con el uso de problemas de la vida real, se incrementan los niveles de comprensión, permitiendo utilizar su conocimiento y habilidades.

11. Habilidades interpersonales y de trabajo en equipo: El ABP promueve la interacción incrementando algunas habilidades como; trabajo de dinámica de grupos, evaluación de compañeros y cómo presentar y defender sus trabajos.

12. Actitud automotivada: Los problemas en el alumno incrementan su atención y motivación. Es una manera más natural de aprender. Les ayuda a continuar con su aprendizaje al salir de la escuela.

Texto original

La asertividad, el autoestima, la empatía y otras habilidades sociales pueden practicarse y aprenderse de la misma forma que otros tipos de conocimiento. No obstante, tradicionalmente no se ha tendido a darles la atención que se merecen, razón por la cual en la actualidad pueden llegar a ser competencias desconocidas y apenas desarrolladas en muchas personas.

Como ser emocionalmente competente es vital para el individuo y su vida en sociedad, te ofrecemos un recopilatorio de los mejores recursos para que puedas trabajar la educación emocional en clase y en casa. ¡No te los pierdas!

Educación Infantil (de 0 a 6 años)

Educación Primaria (de 6 a 12 años)

Educación Secundaria (de 12 a 18 años)

Para todas las edades

 

 

Texto original: http://goo.gl/ZYuXje

Al ritmo que vamos nos tomará 50 años alcanzar los niveles de educación que tiene hoy Finlandia… ¿Qué hacer? Existen 5 cinco paradigmas que hay que romper para crear un modelo educativo propio que nos permita ponernos a la vanguardia.

Se habla mucho de educación en México y de la necesidad de ir a otro nivel en la materia. Existe un acuerdo generalizado de la importancia de la educación y de los beneficios de tener una de excelencia. Sin embargo, cuando vemos los esfuerzos concretos que hacemos como país, pareciera que aunque quizá sí quisiéramos ir a otro nivel, nuestras acciones no están orientadas a esto.

Me explico: de acuerdo con los resultados de las pruebas PISA, al ritmo que vamos –y a pesar de incrementos en el gasto en educación y los esfuerzos como el de la reforma educativa y la evaluación de los maestros– nos tomará algo así como 50 años alcanzar los niveles de educación que tiene hoy Finlandia… siempre y cuando Finlandia no mejore los suyos durante esos 50 años. Estamos prácticamente atrapados en una dinámica que se parece a la del ratón que da vueltas sobre una banda tratando de ir más rápido cuando todos se están moviendo. Pareciera que entre más nos movemos, más nos seguimos quedando atrás.

Esta visión incrementalista de que poco a poco iremos convergiendo con los niveles de educación de otros países es claramente una sentencia para que, en el mejor de los casos, justamente obtengamos eso: generar resultados incrementales en un entorno global dinámico.

En los años recientes ha habido esfuerzos muy importantes como los encabezados por Mexicanos Primero y muchas otras organizaciones, así como por el gobierno federal, para impulsar la educación. No obstante, estos esfuerzos, si bien son un paso adelante y un paso fundamental en cualquier modelo educativo que escojamos, no dejan de ser incrementalistas. La pregunta de preguntas es entonces muy sencilla: ¿queremos tener una educación de excelencia en México que nos mueva hasta el primer nivel o queremos gradualmente avanzar y buscar una convergencia no garantizada en un horizonte infinito en el tiempo? Dependiendo de la respuesta es el camino a seguir.

Estoy convencido de que hoy en el mundo hay una gran cantidad de oportunidades a la mano para darle una vuelta al tema educativo y dejar de seguir en el camino incrementalista. Si bien no hay atajos en la educación, sí hay formas más efectivas para avanzar con la irrupción de la tecnología y la economía del conocimiento. Los cambios que vivimos en el mundo actual justamente abren una venta de oportunidad para dejar el modelo incrementalista y dar un brinco, un salto cuántico para cerrar esa brecha con los países de avanzada. Más aún, existe la oportunidad rebasar a todos y ponernos a la vanguardia.

Existen cinco paradigmas que nos pueden ayudar a crear un modelo educativo propio que nos permita ponernos a la vanguardia. Lo que se requiere es la disposición y dejar las formas para enfocarnos en los resultados que queremos: ¿un modelo modificado o una educación de excelencia? Estos son los paradigmas a romper.

Papel de la sociedad civil en la educación: Le hemos dejado la educación al Estado, al menos para todos los demás. La sociedad en su conjunto nos hemos vuelto complacientes y hemos dejado que sea el Estado, con sus recursos, enfoque, método y estructura, el que se encargue de la educación. Lo que los modelos de negocio como Uber, Airbnb, el mismo bitcoin y otros están mostrando es que los monopolios estatales o creados por el Estado y un mandato se están derrumbado a pasos agigantados. Hoy es posible que la sociedad tome un papel mucho más activo en la educación del que ha tomado hasta la fecha. El Estado tiene un papel fundamental en proveer la educación, pero proveer la educación no quiere decir necesariamente que impartirla con sus propias escuelas sea su mandato. Y aun si su mandato fuese impartirla, así como se han roto mitos legales e ideológicos como fue reservar los hidrocarburos para la explotación exclusiva del Estado, es momento de romper con el mito de la impartición de la educación por parte del Estado. Es momento de hacer algo radical (todos) para llevar a un siguiente nivel la educación.

Uso de la tecnología: La tecnología está facilitando el acceso a la educación a todos niveles, tanto por lo que toca a educación a distancia como por la disponibilidad de contenidos gratuitos en internet. La educación en línea tiene muchos beneficios; entre éstos, la flexibilidad que ofrece. Ahora los estudiantes pueden estudiar a cualquier hora y repetir las clases o ciertas partes según lo requieran, incluso detenerlas para ir al baño y regresar. En cuanto a contenidos, ejemplos sobran, como los de la Khan Academy o la University of the People, cuyos esfuerzos para llevar contenidos a prácticamente costo cero en infinidad de años escolares y disciplinas es ya una realidad. Por su parte, llevar a un estudiante de kínder a universidad cuesta alrededor de 500,000 dólares por persona en EU, mientras que el costo por cinco años de una tablet con software y acceso al conocimiento casi universal, llega a algo así como 20 dólares al año o 240 dólares por 12 años de educación. Hoy en día, de acuerdo con un estudio reciente, los jóvenes leen al año 2,300 páginas de internet, 1,281 perfiles de Facebook y tan sólo ocho libros impresos. La era de la información.

Acceso universal al inglés: Hoy por hoy, el inglés es el idioma más hablado del mundo. La cantidad de información tanto técnica como cultural almacenada y disponible en inglés es impresionante y muy superior a cualquier otra lengua. La ventaja de contar con personas bilingües no se limita al uso del idioma, sino que supone una ventaja en acceso a información y conocimiento.

Nuevo papel del maestro: No se trata de desaparecer a los maestros, sino que ha surgido un nuevo papel igual de importante para ellos dentro del proceso educativo. Los maestros son ahora asesores o coaches de los alumnos que usan mejor su tiempo en cuestionar, aclarar y orientar a los alumnos, y menos en dictar cátedra o dar la clase de antes. En este sentido, hay toda una oportunidad de replantear su papel y usarlo para celebrar el proceso educativo y elevar su calidad formativa.

Educación integral y formativa: Justo es necesario replantear el modelo educativo en cuanto a que si bien los aspectos de conocimiento e información son importantes, lo que hace una diferencia es la capacidad de un sistema de proveer al alumno la formación en el sentido de competencias, conocimientos, inteligencia emocional y habilidades requeridas para hacer frente a un entorno que cada vez reclama mejores ciudadanos y profesionistas. Un modelo inclusivo que desarrolle al alumno, que lo forme y que detone su potencial. Jornadas completas e integrales en las que el alumno aprende conocimientos, desarrolla habilidades, fortalece sus competencias y desarrolla actividades deportivas y artísticas es lo que hace al hombre universal. El futuro no está ya exclusivamente en la adquisición de conocimientos. Si bien tienen un valor, se vuelven obsoletos en un mundo en el que los emprendedores son los que marcan la pauta y hacen una diferencia en la economía del conocimiento rompiendo paradigmas y retando ciertas formas de hacer las cosas. En el mundo de hoy, lo importante no es saber todo, sino saber cómo obtener la información. Como dicen los ingleses, lo importante no es saberse todas las palabras y su significado, sino saber usar el diccionario.

En conclusión, la única forma de dar ese salto cuántico –si es lo que queremos realmente hacer– es aprovechar el momento de cambio y usar los cambios a favor para crear un modelo educativo mexicano que sea disruptivo y use todas las herramientas para hacer una diferencia. Quizá sea ahora el momento de que Estado y organizaciones de la sociedad reeditemos nuestra misión y pasemos de querer que se ejecute el modelo actual a ser protagonistas del modelo disruptivo. Es necesario reinventarnos empezando por el papel del Estado y la sociedad, el uso de la tecnología, el papel del maestro y el acceso a contenido en línea para ir al lugar que queremos. Hacer otra cosa sería “arreglar el modelo actual”, y nos tomaría –siempre y cuando Finlandia no avance– 50 años en alcanzarlos.

 

 

 

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¿Qué son los estilos de aprendizaje?

El término 'estilo de aprendizaje' se refiere al hecho de que cuando queremos aprender algo cada uno de nosotros utiliza su propio método o conjunto de estrategias. Aunque las estrategias concretas que utilizamos varían según lo que queramos aprender, cada uno de nosotros tiende a desarrollar unas preferencias globales. Esas preferencias o tendencias a utilizar más unas determinadas maneras de aprender que otras constituyen nuestro estilo de aprendizaje.

Que no todos aprendemos igual, ni a la misma velocidad no es ninguna novedad. En cualquier grupo en el que más de dos personas empiecen a estudiar una materia todos juntos y partiendo del mismo nivel, nos encontraremos al cabo de muy poco tiempo con grandes diferencias en los conocimientos de cada miembro del grupo y eso a pesar del hecho de que aparentemente todos han recibido las mismas explicaciones y hecho las mismas actividades y ejercicios. Cada miembro del grupo aprenderá de manera distinta, tendrá dudas distintas y avanzará más en unas áreas que en otras.

Esas diferencias en el aprendizaje son el resultado de muchos factores, como por ejemplo la motivación, el bagaje cultural previo y la edad. Pero esos factores no explican porque con frecuencia nos encontramos con alumnos con la misma motivación y de la misma edad y bagaje cultural que, sin embargo, aprenden de distinta manera, de tal forma que, mientras a uno se le da muy bien redactar, al otro le resultan mucho más fácil los ejercicios de gramática. Esas diferencias si podrían deberse, sin embargo, a su distinta manera de aprender.

Tanto desde el punto de vista del alumno como del punto de vista del profesor el concepto de los estilos de aprendizaje resulta especialmente atrayente porque nos ofrece grandes posibilidades de actuación para conseguir un aprendizaje más efectivo.

El concepto de los estilos de aprendizaje está directamente relacionado con la concepción del aprendizaje como un proceso activo. Si consideramos que el aprendizaje equivale a recibir información de manera pasiva lo que el alumno haga o piense no es muy importante, pero si entendemos el aprendizaje como la elaboración por parte del receptor de la información recibida parece bastante evidente que cada uno de nosotros elaborará y relacionará los datos recibidos en función de sus propias características.

Los distintos modelos y teorías existentes sobre estilos de aprendizaje lo que nos ofrecen es un marco conceptual que nos ayude a entender los comportamientos que observamos a diario en el aula, como se relacionan esos comportamientos con la forma en que están aprendiendo nuestros alumnos y el tipo de actuaciones que pueden resultar más eficaces en un momento dado.

Pero la realidad siempre es mucho más compleja que cualquier teoría. La forma en que elaboremos la información y la aprendamos variará en función del contexto, es decir, de lo que estemos tratando de aprender, de tal forma que nuestra manera de aprender puede variar significativamente de una materia a otra. Por lo tanto es importante no utilizar los estilos de aprendizaje como una herramienta para clasificar a los alumnos en categorías cerradas. Nuestra manera de aprender evoluciona y cambia constantemente, como nosotros mismos.

Las distintas teorías y cómo se relacionan entre sí

En las últimas décadas se han elaborado todo tipo de teorías y modelos para explicar las diferencias en la forma de aprender. Pero, de todas esas teorías y modelos ¿cuál es la buena?.

La respuesta es que todas y ninguna. La palabra "aprendizaje" es un término muy amplio que abarca fases distintas de un mismo y complejo proceso. Cada uno de los modelos y teorías existentes enfoca el aprendizaje desde un ángulo distinto. Cuando se contempla la totalidad del proceso de aprendizaje se percibe que esas teorías y modelos aparentemente contradictorios entre sí no lo son tanto e incluso que se complementan.

Como profesores y dependiendo de en que parte del proceso de aprendizaje centremos nuestra atención, unas veces nos interesará utilizar un modelo y otras veces otro.

Una posible manera de entender las distintas teorías es el siguiente modelo en tres pasos:

Naturalmente, esta separación en fases es ficticia, en la práctica esos tres procesos se confunden entre sí y están estrechamente relacionados. El hecho de que tendamos a seleccionar la información visual, por ejemplo, afecta a nuestra manera de organizar esa información. No podemos, por tanto, entender el estilo de aprendizaje de alguien si no le prestamos atención a todos los aspectos. Además de las teorías relacionadas con la manera que tenemos de seleccionar, organizar y trabajar con la información hay modelos que clasifican los estilos de aprendizaje en función de otros factores, como por ejemplo, el comportamiento social.

Estilos de aprendizaje y estrategias

Nuestro estilo de aprendizaje está directamente relacionado con las estrategias que utilizamos para aprender algo. Una manera de entenderlo sería pensar en nuestro estilo de aprendizaje cómo la media estadística de todas las distintas estrategias que utilizamos. Nuestro estilo de aprendizaje se corresponde por tanto con las grandes tendencias, con nuestras estrategias más usadas.

Pero naturalmente, la existencia de una media estadística no impide las desviaciones, o dicho de otro modo, el que alguien pueda ser en general muy visual, holístico y reflexivo no impide, sin embargo, el que pueda utilizar estrategias auditivas en muchos casos y para tareas concretas.

Los estilos de aprendizaje y la teoría de las inteligencias múltiples

Una de las teorías más apasionantes y mejor fundadas de las aparecidas en los últimos años es la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner. Gardner define la inteligencia como el conjunto de capacidades que nos permite resolver problemas o fabricar productos valiosos en nuestra cultura. Gardner define 8 grandes tipos de capacidades o inteligencias, según el contexto de producción (la inteligencia lingüística, la inteligencia lógico-matemática, la inteligencia corporal kinestésica, la inteligencia musical, la inteligencia espacial, la inteligencia naturalista, la inteligencia interpersonal y la inteligencia intrapersonal).

Todos desarrollamos las ocho inteligencias, pero cada una de ellas en distinto grado. Aunque parte de la base común de que no todos aprendemos de la misma manera, Gardner rechaza el concepto de estilos de aprendizaje y dice que la manera de aprender del mismo individuo puede variar de una inteligencia a otra, de tal forma que un individuo puede tener, por ejemplo, una percepción holística en la inteligencia lógico - matemática y secuencial cuando trabaja con la inteligencia musical.

Gardner entiende (y rechaza) la noción de los estilos de aprendizaje como algo fijo e inmutable para cada individuo. Pero si entendemos el estilo de aprendizaje como las tendencias globales de un individuo a la hora de aprender y si partimos de la base de que esas tendencias globales no son algo fijo e inmutable, sino que están en continua evolución, vemos que no hay contraposición real entre la teoría de las inteligencias múltiples y las teorías sobre los estilos de aprendizaje.

Como profesor ambos tipos de teoría me resultan útiles. La teoría de las inteligencias múltiples se centra en la producción por parte del individuo en una áreas y no en otras. Es mi opinión personal que personas con el mismo estilo de aprendizaje pueden utilizarlo para desarrollar áreas de producción distintas y viceversa, es decir que individuos con distintos estilos de aprendizaje podrían tener el mismo éxito en la misma área. Una determinada manera de aprender puede utilizarse para 'fabricar' distintos artefactos. Los valores, opiniones y actitudes del individuo, sus gustos y su ambiente, podrían llevarle a un campo u a otro.

La inteligencia emocional

De los ocho tipos de inteligencia de los que habla Howard Gardner, dos se refieren a nuestra capacidad de comprender las emociones humanas. La inteligencia interpersonal está relacionada con nuestra capacidad de entender a los demás. La inteligencia intrapersonal está determinada por nuestra capacidad de entendernos a nosotros mismos.

Daniel Goleman agrupa ambos tipos de inteligencia bajo el nombre de inteligencia emocional. La inteligencia emocional es nuestra capacidad de comprender nuestras emociones y las de los demás.

La inteligencia emocional determina, por ejemplo, nuestra capacidad de resistencia a la frustración, a la confusión, o nuestra manera de reaccionar ante la adversidad. Nuestra capacidad de aprendizaje está, por tanto íntimamente ligada a nuestra inteligencia emocional.

En nuestro estilo de aprendizaje influyen muchos factores distintos pero uno de los más influyentes es el relacionado con la forma en que seleccionamos y representamos la información.

Todos nosotros estamos recibiendo a cada momento y a través de nuestros sentidos una ingente cantidad de información procedente del mundo que nos rodea. Nuestro cerebro selecciona parte de esa información e ignora el resto. Si, por ejemplo, después de una excursión le pedimos a un grupo de turistas que nos describan alguno de los lugares que visitaron probablemente cada uno de ellos nos hablará de cosas distintas, porque cada uno de ellos se habrá fijado en cosas distintas. No recordamos todo lo que pasa, sino parte de lo que pasa a nuestro alrededor.

Seleccionamos la información a la que le prestamos atención en función de su interés, naturalmente. Nos es más fácil recordar el día de nuestra boda que un día cualquiera. Pero también influye él como recibimos la información.

Algunos de nosotros tendemos a fijarnos más en la información que recibimos visualmente, otros en la información que reciben auditivamente y otros en la que reciben a través de los demás sentidos.

El que nos fijemos más en un tipo de información que en otra parece estar directamente relacionado con la forma en la que recordamos después esa información.

Aunque las investigaciones sobre la memoria no han hecho más que empezar parece bastante claro que nuestro cerebro no es un archivador donde guardar las fotos o grabaciones que hacemos de lo que nos rodea. Cuando recordamos algo no recuperamos una grabación almacenada en un fichero, sino que, partiendo de datos muy diversos creamos una representación de lo que queremos recordar.

Cuando le prestamos más atención a la información que recibimos visualmente nos resulta más fácil reconstruir en nuestra mente la información visual. O dicho de otro modo, nos es más fácil representar visualmente lo que sabemos.

Tenemos tres grandes sistemas para representar mentalmente la información, el sistema de representación visual, el auditivo y el kinestésico. Utilizamos el sistema de representación visual siempre que recordamos imágenes abstractas (como letras y números) y concretas. El sistema de representación auditivo es el que nos permite oír en nuestra mente voces, sonidos, música. Cuando recordamos una melodía o una conversación, o cuando reconocemos la voz de la persona que nos habla por teléfono estamos utilizando el sistema de representación auditivo. Por último, cuando recordamos el sabor de nuestra comida favorita, o lo que sentimos al escuchar una canción estamos utilizando el sistema de representación kinestésico.

La mayoría de nosotros utilizamos los sistemas de representación de forma desigual, potenciando unos e infra-utilizando otros.

El que utilicemos más un sistema de representación es importante por dos motivos:

Los sistemas de representación se desarrollan cuando los utilizamos. La persona acostumbrada a seleccionar un tipo de información absorberá con mayor facilidad la información de ese tipo o, planteándolo al revés, la persona acostumbrada a ignorar la información que recibe por un canal determinado no aprenderá la información que reciba por ese canal, no porque no le interese, sino porque no está acostumbrada a prestarle atención a esa fuente de información. Utilizar más un sistema implica que hay sistemas que utilizo menos y, por lo tanto, que distintos sistemas de representación tendrán distinto grado de desarrollo.

Aplicado al aula, eso quiere decir que después de recibir la misma explicación no todos los alumnos recordarán lo mismo. A algunos alumnos les será más fácil recordar las explicaciones que se escribieron en la pizarra, mientras que a otros podrían recordar mejor las palabras del profesor y, en un tercer grupo, tendríamos alumnos que recordarían mejor la impresión que esa clase les causó.

Cuando a un grupo de alumnos acostumbrados a fijarse en lo que ven les damos las instrucciones oralmente (por ejemplo, haced el ejercicio 2 de la lección 4) lo más probable es que tengamos que repetirles la información varias veces, porque no la oirán. Si con ese mismo grupo de alumnos escribimos las instrucciones en la pizarra nos evitaremos gran cantidad de repeticiones.

Los sistemas de representación no son neutros. No es lo mismo recordar imágenes que sonidos. Cada sistema de representación tiene sus propias características y reglas de funcionamiento. Los sistemas de representación no son buenos o malos, pero si más o menos eficaces para realizar determinados procesos mentales. Si estoy eligiendo la ropa que me voy a poner puede ser una buena táctica crear una imagen de las distintas prendas de ropa y 'ver' mentalmente como combinan entre sí. Fijarme en el aspecto no es tan buena estrategia si lo que estoy haciendo es elegir la comida en un restaurante.

Cada sistema tiene sus propias características y es más eficaz en unos terrenos que en otros. Por lo tanto el comportamiento de mis alumnos en el aula cambiará según favorezcan unos sistemas de representación u otros, es decir, según sean más visuales, auditivos o kinestésicos.

Como profesores y para potenciar el aprendizaje de nuestro alumnos nos interesará organizar el trabajo del aula teniendo en cuenta la manera de aprender de todos nuestros alumnos.

 

 

Texto original: http://goo.gl/7H7l4r

El inglés es una asignatura pendiente, y aprenderlo no es misión imposible aunque, como a todo, hay que dedicarle tiempo.

El inglés sigue siendo hoy en día la lengua que más se demanda en la mayoría de las ofertas de empleo y la que más se estudia por sus posibilidades en el mundo académico y en el profesional. Sin embargo, también es el principal idioma que forma parte de esa asignatura pendiente de muchos españoles.

Su aprendizaje no tiene por qué ser complicado. La ventaja en la actualidad es que hay diferentes métodos de enseñanza que permiten que cada persona pueda encontrar el que mejor se adapte a su nivel, tiempo que le puede dedicar… Porque eso sí: para aprenderlo tal y como sucede con cualquier otro idioma, asignatura, hobby, habilidad o materia hay que dedicarle un determinado tiempo.

Según explica Helena Jiménez, Marketing Support Manager de Cambridge English Language Assessment, “aprender cualquier idioma requiere siempre un esfuerzo personal. Aprender inglés, no obstante, no entraña una dificultad mayor que dominar otra lengua de características similares”.

Aunque hay que tener en cuenta que el aprendizaje “depende de cada alumno y de varios factores externos. Cada uno aprende a su ritmo y tiene más o menos habilidades lingüísticas o aptitudes para las varias destrezas involucradas en el aprendizaje de un idioma como son la lectura, la escritura, comprensión auditiva, expresión oral y pronunciación. Depende de la motivación o necesidades del alumno. ¿Está aprendiendo inglés por fuerza porque es una obligación laboral o porque realmente tiene interés en aprenderlo? Los que realmente quieren aprender van a tener más facilidades además de ser más propensos a leer y escuchar en inglés fuera de clase”, matiza Samuel Bradford, director adjunto del centro de British Council en Somosaguas.

Para Bradford, “ningún idioma extranjero es realmente más difícil de aprender que otros” si bien reconoce que “la gramática inglesa puede causar más problemas para el alumno español que la de francés o italiano, que son más parecidos ya que proceden del latín. Pero eso no quiere decir que la gramática inglesa sea más compleja, simplemente es menos familiar. Aprender un idioma es un proceso largo que puede durar muchos años, así que hay que tener expectativas realistas”. Una opinión que también comparte en buena medida Beatriz Campillo, jefa de Estudios del Departamento de Inglés de Enseñalia, quien afirma que “el inglés no es tan complicado. La gramática es de las más sencillas. Es más difícil el escrito y la pronunciación”.

Entonces, ¿por qué les cuesta tanto a los españoles aprender inglés? “En España, tradicionalmente, el aprendizaje de idiomas -ahora el inglés pero, en su momento, también el francés-, se ha centrado exclusivamente en la gramática. En las aulas no se fomentaba la expresión oral (Speaking) ni tampoco la comprensión auditiva (Listening). Poco a poco se han ido integrando estas destrezas en el aprendizaje y de forma natural también en el aula, por lo que el estudio del inglés está pasando de entenderse como una asignatura más a tener un enfoque más práctico que abarca muchas materias dentro y fuera del aula”, aclara Helena Jiménez. Una afirmación que secunda Manuel Miró, profesor y jefe del Departamento de Lenguas Extranjeras del Colegio Británico de Aragón, quien considera que “en España se ha aprendido mal el inglés y ahora se enseña de otra forma haciendo más hincapié en las destrezas orales”.

Esta idea también es expresada por Samuel Bradford. De hecho, señala que “a veces les cuesta aprenderlo a los españoles por sus experiencias negativas con la enseñanza tradicional a base de estudiar gramática en el cole que han derivado en un rechazo hacia el idioma. También es verdad que hay que aceptar que cometer errores y experimentar con el idioma es una parte importante de aprender, así que hay que superar el miedo a ‘meter la pata’ y soltarse. Hemos visto que los que tienen contacto con el idioma y empiezan a hablarlo desde pequeños tienen más facilidades para llegar a un nivel alto”.

Pero asimismo hay otros factores que dificultan o que son una barrera a la hora de aprenderlo. “El miedo y el sentido al ridículo de los españoles para hablar en inglés es muy alto, aunque los alumnos lo hagan bien”, afirma Beatriz Campillo. Un factor que indica igualmente Manuel Miró, del Colegio Británico de Aragón, al asegurar que “sí hay vergüenza al hablarlo”, si bien la situación está cambiando. “Aquí en el colegio, nuestros alumnos no tienen miedo porque desde pequeños se han estado expresando en inglés y no tienen temor a comunicarse”.

Son barreras que, sin embargo, pueden solucionarse sin problemas “a través de la constancia y de la práctica, que son las claves para enfrentarse con éxito al aprendizaje de cualquier idioma”, afirma Helena Jiménez, quien añade que “en nuestro caso, cada vez más estudiantes se presentan a los exámenes de Cambridge English. Estos, al evaluar las cuatro destrezas, hacen que necesitemos practicarlas e incluirlas en nuestra preparación. La metodología está cambiando y la evolución se nota: en los últimos años cada vez candidatos más jóvenes se presentan a exámenes de nivel más elevado. El inglés finalmente… ¡no se nos da tan mal!”, aclara Helena Jiménez.

Principales errores y fortalezas

A la hora de aprender inglés, a los españoles hay partes del idioma o destrezas que les resulta más difícil aprender y que también son en las que más suelen fallar. Los mayores problemas se encuentran a la hora de hablar. Según señala Helena Jiménez, Marketing Support Manager de Cambridge English Language Assessment, “en España lo que más nos cuesta es el Speaking”. Pero hay razones que lo justifican. “Se trata de la destreza que menos se ha evaluado en los exámenes tradicionales y que menos se ha podido practicar en el aula. Es la parte del examen a la que el candidato le suele tener más respeto y en la que se ponen más nerviosos. Sin embargo, la práctica de esta destreza es cada vez más frecuente en los colegios gracias a que cada vez hay más auxiliares de conversación en el aula y se da más importancia a la expresión oral”, asegura Helena Jiménez.

El Speaking ha sido una de las partes que más ha costado incluso a los que hoy en día son profesores de inglés. Beatriz Campillo explica que “me daba vergüenza hablar cuando estaba en la carrera y pensaba que todos hablaban mejor que yo hasta que me di cuenta de que no era así cuando me fui de viaje a Inglaterra. El problema en España es que en las clases de inglés no se ha incidido en la práctica y por eso hay falta de confianza, pero que con la práctica diaria, lecturas, ver televisión… el alumno va cogiendo fluidez, pero hay que trabajar”. Además, en España, hay un handicap adicional en comparación con otros países y es queen otros estados “ya tienes la tele en ese idioma”.

Y entre los principales errores de los estudiantes figura la pronunciación que, según Samuel Bradford, director adjunto del centro de British Council en Somosaguas, es lo que más cuesta a los alumnos adultos que aprenden inglés. “En general –añade- tienen problemas con las vocales porque hay más sonidos en inglés y frecuentemente no se pronuncian como se escriben. Puede resultar difícil distinguir entre largos y cortos sonidos como puede ser la ‘ee’ en ‘sheep’ o la ‘i’ en ship. Otros sonidos consonantes también pueden presentar dificultades para los españoles como la ‘b’, la ‘v’ -se pronuncia más o menos igual en español- o la ‘sh’. Además, el inglés oral tiene un cierto ritmo y entonación, que puede ser difícil de emular para los españoles”.

Problemas a su vez se detectan en otras destrezas del idioma. Por ejemplo, “la expresión escrita siempre requiere una atención especial y no es especialmente la parte más sencilla -¡incluso en el idioma materno!-. A los errores que se pueden cometer en cuanto a estructura y formato del lenguaje se unen los errores a la hora de escribir una palabra (spelling mistakes) que, además, restan puntos”, apunta Helena Jiménez.

Igualmente se aprecian otras dificultades en los estudiantes a la hora de escribir porque “los españoles tienden a redactar frases demasiadas largas y puede ser difícil acertar en el tono o en el nivel de formalidad, ya que cada idioma tiene sus convenciones para tipos de escritura diferentes”, añade Bradford.

En general, “los alumnos conocen muy bien los ejercicios y saben rellenar los huecos pero, al usar el idioma, tienen fallos en tiempos verbales”, señala Beatriz Campillo, jefa de Estudios del Departamento de Inglés de Enseñalia, quien añade que “al haber aprendido el vocabulario con la traducción hace que los alumnos se acostumbren a una traducción literal”. Además, también es habitual que se cometan fallos en la estructura de la frase “y hay una tendencia a que se digan las cosas de forma más difícil”.

Otro inconveniente es que, aunque “la gramática inglesa es fácil, no es tan normativa como la española. El problema es que por cada regla hay siete u ocho excepciones por lo que no sirve estudiar al pie de la letra”, señala Manuel Miró, profesor y jefe del Departamento de Lenguas Extranjeras del Colegio Británico de Aragón, quien asevera que hay que tener en cuenta que el “vocabulario en inglés es extenso porque es muy rico, aunque se consigue conocerlo con constancia”.

Pese a estas dificultades que pueden superarse, ¿qué es lo que más se resiste a la hora de aprender? Los famosos phrasal verbs. Y no porque sean difíciles, sino porque “se tiende a dar una lista de 200 verbos con preposición para memorizar. Es más sencillo si se aprende a relacionarlos con un tema por ejemplo, porque además hay muchos que ya no se usan”, asegura la profesora de Enseñalia.

Y, en el caso del Listening, las principales dificultades para aprender el idioma vienen de la mano de las denominadas “Peak forms” o formas reducidas de ciertas palabras, así como de otras características del lenguaje fluido que cambian la manera de pronunciar las palabras. Y esto puede ser un inconveniente porque “en español siempre se pronuncian las palabras igual. Cuando se escucha un texto en inglés, las formas reducidas, omisión y asimilación pueden crear confusión para los oyentes si no están familiarizados con estas características”, explica el director adjunto del centro de British Council en Somosaguas.

En gran parte, las dificultades a la hora de enfrentarse a la comprensión oral o al Listening están vinculadas a la mayor o menor exposición de la persona al idioma. De esta manera, según explica la Marketing Support Manager de Cambridge English Language Assessment, “a medida que se incorporan de forma natural el visionado de películas, series o documentales en versión original en inglés, la parte de comprensión oral resulta menos complicada, ya que el oído se familiariza con el sonido real del idioma”.

Pero, al aprender el idioma, no todo son dificultades para los españoles. De hecho, en general se aprecia que tienen una serie de puntos fuertes o de fortalezas. Y una de ellas es la gramática porque “la enseñanza del inglés se ha basado durante mucho tiempo en la gramática y esta es la destreza con la que los estudiantes se sienten más cómodos”, señala Helena Jiménez. Una opinión que también comparte Samuel Bradford, sobre todo, en el caso de los alumnos adultos porque “tienden a tener más facilidades con ejercicios de gramática básica o que requiere aprender de memoria porque suelen ser más acostumbrados a este estilo de enseñanza”.

Además, una ventaja importante es que “el inglés es muy agradecido porque desde el principio una persona es capaz de decir cuatro o cinco cosas porque este idioma está en todas partes y se está familiarizado, aunque después viene lo difícil”, aclara Manuel Miró.

 

 

 

Texto original: http://goo.gl/BoHDgG

Con el propósito de mejorar el logro educativo y prácticas pedagógicas innovadoras, el Sistema Educativo Estatal (SEE), ofrece capacitación en tecnología educativa a maestros para estimular nuevas prácticas pedagógicas en el salón de clases y elevar la calidad de la educación de los alumnos.

La Coordinación de Tecnología Educativa del SEE, entre la oferta de cursos que ofrece a docentes, asesores técnico-pedagógicos, directores, inspectores, supervisores y responsables de aula se encuentran: Microsoft Office, Prezi, introducción a las aplicaciones de Google para educación, Aulas de medios para el aprendizaje y el conocimiento y Mantenimiento preventivo y correctivo de equipos de aulas de medios.

Con esto se fomenta el uso de las tecnologías de la información y comunicación en el proceso enseñanza aprendizaje con el propósito de que los docentes desarrollen habilidades para incorporar las nuevas tecnologías en la planeación didáctica de sus clases.

Además, para que creen ambientes tecnológicos y trabajen armónicamente con sus alumnos utilizando recursos interactivos, innovadores, que permitan incrementar la calidad educativa.

Aparte de los cursos, Tecnología Educativa ofrece proyectos colaborativos que son programas académicos en línea vinculados a las asignaturas del plan curricular  de educación básica donde los alumnos realizan actividades interactivas e investigaciones a través de foros de opinión.

 

 

 

Texto original: http://goo.gl/gAk3ut

“Soy optimista, no parece muy útil ser otra cosa”. Cuanto más leo esta cita, más me gusta y más acertada la encuentro. Esta afirmación de Winston Churchill puede aplicarse prácticamente en cualquier ámbito de la vida, incluido en el educativo. Tanto es así que ser optimistas y hablar en positivo a nuestros alumnos nos lleva a construir una escuela que mira al futuro con ilusión y confianza.

La propia razón y nuestro corazón nos lo dicen: “las personas positivas generan movimiento y así se gesta el crecimiento”. De ahí que el docente que invierte tiempo en ser más positivo se convierta en líder inspirador; capaz de hacer que sus alumnos se sientan motivados, cómodos, relajados y apreciados. De este modo, el aprendizaje fluye en el aula.

El uso que hacemos del lenguaje es clave para que esto suceda. Con solo pequeños ajustes en nuestro vocabulario y en la manera de relacionarnos con los niños podemos conseguir grandes resultados. ¿Te gustaría descubrir trucos que podrás aplicar desde hoy mismo? Continúa leyendo y te cuento más.

Idea 1. ¡Sitúate a su altura!

Cuando hablamos con los niños, solemos hacerlo por costumbre y comodidad desde nuestra altura de adultos que, por supuesto, no es la misma que la de los niños. Así, ellos han de elevar la vista, mientras que nosotros la bajamos. Jugamos con ventaja, ¿no te parece? No les hablamos de igual a igual.

Agáchate o sitúate de cuclillas y, cuando haya realizado algo mal o necesites decirle algo importante, háblale mirándole a los ojos. La comunicación que se hace desde el corazón y entre iguales, sin imposiciones, es siempre más sincera, emocional y positiva. Con este sencillo gesto, el niño entenderá que importa su opinión y que puede expresar sus emociones. ¡Lo demás solo depende de ti!

Idea 2. ¡Stop tantas órdenes!

¿Te has parado a pensar cuántas órdenes reciben los niños al final del día? “Haz los deberes”, “no corras”, “no grites”, “no hagas ruido en el pasillo”, “camina despacio”. Tantas son que se acaban “volviendo sordos”.

Para que la comunicación sea más efectiva es bueno reducir las imposiciones. Es cierto que no podremos eliminar todas nuestras expresiones imperativas, pero sí algunas. Por ejemplo, en lugar de decir “no corras por el pasillo ahora” puedes usar lo siguiente: “¿Crees que es manera de ir por el pasillo?”. Para evitar la frase “basta de gritos”, podrías emplear: “Yo voy jugar a hablar flojito, muy flojito. ¿Te apuntas?”

Idea 3. ¿Jugamos más?

En ocasiones, hay tareas en clase que no resultan del agrado de nuestros alumnos, recoger los juguetes o lavarse los dientes son algunas de ellas. Para motivarlos y conseguir que lo hagan de buen gusto podemos apoyarnos en el lenguaje positivo y en la imaginación de los estudiantes. ¡Haremos más apetecible la tarea!

Por ejemplo, en el caso de que tengan que recoger los juguetes que quedaron dispersos por el recreo, pídeles que imaginen que son pescadores que están pescando peces en la bahía y que, al agruparlos todos, encontrarán un gran tesoro. Invítalos a participar de la fantasía, y ayúdate del juego simbólico y de su pensamiento mágico para hacer más amenas las tareas tediosas.

Idea 4. Palabras bonitas y nuevas cada semana

El pensamiento se construye con palabras. Para ser positivos, hemos de rodearnos de lenguaje optimista y, sobre todo, usarlo a menudo. ¡Tómatelo como reto!

Empieza haciendo un listado de palabras y expresiones que te generen buena energía: “ilusión”, “emoción”, “alegría”, “me encanta”, “me gustas”, “es genial”, “perfecto”, etcétera. No es necesario que las uses a menudo, solo que te agraden. Escoge cada semana una de ellas y propicia el contexto o situaciones para decirla y compartirla con los demás. Será genial ampliar día tras día tu vocabulario con expresiones nuevas que te hagan sentir más optimista.

Consejo 5. Rechaza los calificativos negativos

“¡Qué pesado!”, “¡estás torpe!”, “¡qué despistado!” “¡qué desastre estás hecho!” ¿Te suenan estas expresiones? Solemos decirlas a menudo a los alumnos sin reparar en los efectos negativos que tienen sobre su autoestima ahora y en el futuro.

Los niños son frágiles y conforme van recibiendo en repetidas ocasiones estos calificativos negativos, van interiorizándolos y mostrando estas actitudes. A esto, se le llama profecía autocumplida y dice que, por ejemplo, a aquél niño que se le repite constantemente que es torpe o malo en matemáticas, acabará perdiendo su confianza y convirtiendo en un desastre en esta asignatura. Entonces, ¿por qué no probamos a hablar y expresarnos de otra manera?

Localiza esas expresiones negativas que utilizas con regularidad y piensa por un momento qué beneficio tienen sobre la conducta de tus alumnos. ¿Es, María, pesada? No, es tenaz y muy constante en lo que hace. Por supuesto, esto le reportará efectos muy positivos a lo largo de su vida! ¿Es, Juan, un desastre? No, está claro que no. Es cierto que a veces se muestra un poco distraído, ¿pero quién no? Juan es imaginativo y curioso, y aunque a veces le cuesta concentrarse, nosotros creemos en él.

 

 

 

 

Texto original: http://goo.gl/Q3fSJ7

Design thinking is a human-centered approach to problem solving that begins with developing empathy for those facing a particular challenge. It serves as a framework that helps to define problems, empathize with others, develop prototypes of possible solutions, and hone those prototypes through multiple iterations until they have generated a viable solution to the challenge at hand. Design thinking encourages a bias toward action and, because of its reliance on rapid prototyping, frees practitioners to embrace the notion of failing forward because it's OK to make mistakes -- that's where breakthrough ideas are born.

While a growing number of schools around the world are using design thinking in classrooms and empowering students to solve authentic challenges as part of an inquiry-based curriculum, this powerful process can also be used to improve the overall school experience. Many successful businesses embrace design thinking to improve their products and enhance their customers' experiences to great effect. Why, then, would we not do the same with our schools? As a school administrator, I've seen design thinking effectively used to improve daily operations as well as enhance both the in-class and out-of-class experiences for teachers, students, and parents.

Using the five main stages of the design thinking process, I'd like to share some ways that we've been able to create better experiences for all of our stakeholders.

1. Empathize

Empathy is the foundation and the heart of the design thinking process. Everything else is built upon it. Empathy is a powerful tool to develop an understanding of others' needs, requiring us to look beyond ourselves and see the world from someone else's point of view. Every day, we create experiences in our schools, whether in classrooms, on athletic fields, or even in the cafeteria. Yet how often do we stop to think how our users (our students, parents, teachers, and anyone else who comes in contact with our campus) are receiving those experiences? As a staff, we focus on how best to meet all of our users' needs, from the lessons we teach to the traffic flow in our parking lots to our responses to visitors on our campus. While schools often teach students to develop an understanding of viewpoints that aren't like their own, why don't we focus on demonstrating that same understanding toward our students, our colleagues, or the parents whose children we teach? Honestly seeking to understand their situation can change our perception in such a way that we're better prepared to meet their needs.

2. Define

When problems arise in our schools, it's easy for many of us to give our two cents about how it should be handled. After all, we're highly-educated, intelligent people with frequent opinions about how things should be done. How often, though, do we ask the opinion of those who are actually having the problem? So when the new discipline policy isn't working or the parent pick-up line is regularly backed up, we're missing an opportunity to create a better solution if we don't seek input from all involved. In design thinking, establishing a clear definition of the challenge at hand requires seeking the input of those who are being directly affected. That means listening to the parents, students, or teachers involved so as to understand their point of view as well as including them in the process for designing the solution, or at least providing feedback on it. Clearly defining the problem gives you a better chance at creating a clear solution.

3. Ideate

This user input is essential not only for helping clearly define the issues that are affecting them, but also for guiding the development of solutions to those problems. Once we understand their needs, we're better equipped to meet them. During the ideation (or brainstorming) process, we often work in teams that represent all of our staff members (teachers, custodians, bookkeepers, etc.) to rapidly generate as many solutions as they can to the problems we're addressing. We frequently ask them to take a "blue sky thinking" approach and suggest ideas in which the sky's the limit and money is no object. Frequently, these ideas that lie outside of the box of our normal thinking yield innovative solutions. Once we've identified our most actionable solutions, we hone them into prototypes that can be tested.

4. Prototype

Whenever we institute a new idea or policy, be it a curriculum change or a procedure for loading and unloading busses, we consider it a prototype that's subject to revision instead of an edict that's written in stone. Understanding that prototypes may go through multiple iterations before a final product is produced encourages a mindset that's flexible, agile, and willing to work through the problem until the best result is obtained. So if input from teachers, students, and parents reveals that the new dress code has some flaws, instead of doubling down, we modify and revise based on their feedback until we develop the strongest solution. Involving your stakeholders can create not only stronger buy-in, but often stronger ideas as well.

5. Test

The final stage in the design thinking process involves testing your prototype to determine what works and what could be improved upon. As previously mentioned, we strive to be flexible when rolling out any new initiative. Too often, if a new idea doesn't work flawlessly right out of the gate, it's quickly labeled a failure. When this happens (and it will), don’t think of it as simply failing, think of it as failing forward -- an outlook which recognizes that if you don't give up, if you learn from the mistakes made, you're better positioned to create a stronger solution next time. Make your course corrections based on observation and feedback, then roll out Version Two.

While many schools are having great success with design thinking, enhancing students' learning by equipping them with a proven process for meaningfully applying their knowledge and skills, we should also examine how that same process can be used for improving the overall effectiveness of our schools.

 

 

 

 

See original text: http://goo.gl/AB8rfa

En la actualidad, hay un término inglés que se ha popularizado enormemente en distintos campos y disciplinas, también en la Educación. Se trata de la palabra engagement. Un término, por otra parte, de no muy fácil definición pero que viene a definir un tipo de relación personal basado en la fidelización, en el compromiso y en la motivación. En mi caso prefiero un término que creo que nos es mucho más cercano a todos. Este término no es otro que enamorar.

¿Qué trucos podemos utilizar para enamorar a nuestros alumnos?

Vaya por delante que la intención de este artículo no es hacer que nuestros alumnos acaben rendidos a nuestros encantos. Nada más lejos de eso. A lo que me refiero con la palabra enamorar, es conseguir conectar con los alumnos, que se alegren de vernos, que esperen con ilusión la clase que les vamos a impartir, que sean capaces de ver en nosotros a un modelo, a alguien cercano. Esto para mí es lo que entiendo por enamorar a los alumnos y estos son algunos de los trucos que creo te pueden funcionar:

1. Entra sonriendo. No digo nada nuevo al afirmar la importancia del lenguaje no verbal a la hora de comunicarse. Personalmente, la entrada en el aula es un momento al que le concedo muchísima importancia, porque en cierta manera puedes adivinar cómo se desarrollará la sesión lectiva. En mi caso siempre intento entrar con una sonrisa. Y entro con una sonrisa porque sé que es contagiosa, porque siempre habrá algún alumno que te devolverá en algún momento esta sonrisa. Con este alumno habrás conseguido conectar muy probablemente hasta el final de la clase. No entiendo el empeño de muchos docentes en entrar con el semblante serio o proyectando cierto enfado. No tengo muy claro que el semblante serio implique mayor control del aula y mayor disciplina. En mi caso, al menos, prefiero enseñar desde la sonrisa. Tiempo habrá si acaso de ponerse serios durante la sesión lectiva.

2. Cuenta una anécdota. No hay mejor forma de conectar con un alumno que contando una anécdota. Una anécdota que puede ser nuestra o de otra persona. Las anécdotas, como las historias, tienen un enorme poder de seducción para los alumnos. Debemos ser capaces de poder usar estas anécdotas de una forma inteligente, ir dosificándolas a lo largo de una clase. Son una excelente forma de captar la atención, de disminuir conductas disruptivas, de encandilar a tus alumnos. Se puede y se debe enseñar contando historias, contando anécdotas. Y tan importante es contarlas como que nuestros alumnos también puedan hacerlo.

3. Finaliza la clase con un vídeo. Este truco no falla nunca. Ya me he referido en otros artículos a la importancia de diversificar los distintos materiales de que disponemos. Aquellos que contamos en clases con equipos de audio y pantallas digitales o proyectores, conexión a internet, debemos aprovecharnos al máximo de estos recursos. Poniendo un vídeo al final de la sesión es una excelente forma de decirles a tus alumnos que han hecho un buen trabajo durante la sesión, que estás satisfecho y agradecido por ello, y que quieres recompensar este esfuerzo con un tipo de material que permite la distensión y la relajación. Es un momento para disfrutar con ellos. Yo os recomiendo que sean vídeos que no superen los cinco minutos y que, en la medida de lo posible, guarden relación con el currículo de la Unidad Didáctica que estés impartiendo. También hay que tener muy en cuenta un canal como el de Youtube, muy popular entre los alumnos.

4. Aprende de tus alumnos. No hay mejor manera de enamorar que hacerles ver a tus alumnos que ese día ellos te han enseñado algo. Se trata de un truco muy sencillo, ya que puedes aprovechar las asignaturas que hayan tenido ese mismo día. La propia pizarra tradicional te dará un montón de pistas. Hazte el curioso, y deja que ellos te enseñen algo que saben, algo que para ellos tiene cierto valor y escúchales con atención, de forma activa, asintiendo con la cabeza. Hazles sentir importantes, hazles sentir que ellos también tienen algo que decirte.

5. Da o presta algo que sea tuyo. En el maletín de un docente hay algunas cosas que nunca pueden faltar. Los pañuelos de papel son una de esas cosas. A los alumnos les encanta que les demos o prestemos algo. La acción de coger el maletín y sacar algo de dentro y dárselo al alumno es visto por muchos de ellos como algo muy a valorar. He hablado de pañuelos de papel, pero también puede ser material escolar. En este caso hazles ver que se lo prestas indicándoles que para ti es algo importante, que deben responsabilizarse de este material prestado. En ese momento estarás creando un vínculo entre tú y el alumno, y podrás aprovechar para hablar con él cuando te lo devuelva.

6. Di o haz algo inusual. No no te estoy pidiendo que hagas el payaso en clase. Para nada. De lo que se trata es de llevar a cabo algunas actuaciones que se salen de lo normal en una clase lectiva. Puede ser un gesto, un movimiento, cantar una canción, recitar un poema, cambiar el tono de voz, andar de puntillas hacia un alumno que está medio dormido…. Estas extravagancias tienen un poder tremendamente efectivo, porque descolocan al alumno y al mismo tiempo consigues arrancarle una sonrisa de complicidad. Haz de la sorpresa una de tus mejores armas para enamorar a tus alumnos.

7. Intercambia los papeles. Muchos de vosotros sabéis el poder de atracción que tiene la silla del profesor en el aula. Cuántas veces habremos entrado en el aula y nos habremos encontrado con que hay un alumno sentado en la silla del profesor. Pues bien, a lo largo de la sesión lectiva puede ser un excelente recurso para enamorar a tus alumnos el intercambiarse los papeles. En mi caso me gusta hacerlo cuando estamos repasando algunos conceptos de una Unidad Didáctica. Lo que hago es sentarme en la silla de alumno y el alumno en la mía. Lo cierto es que se produce una situación que a los alumnos siempre les choca y os aseguro que, bien gestionada, hace que se produzca un momento de distensión en el aula.

8. Convierte a un alumno en protagonista. No hay nada que nos guste más que sentirnos especiales. Pensad si no en vuestros aniversarios. Creo que no existe mejor manera de conectar con las personas que haciéndoles ver lo importantes que son para ti. Pues bien, os recomiendo que proyectéis esta idea en vuestros alumnos, que hagáis sentirlos especiales, que potenciéis sus cualidades y sus virtudes. Si así lo hacéis, lograréis establecer un vínculo que os beneficiará enormemente, porque la respuesta que tendrá ese alumno será de gratitud. Y la gratitud es una muy buena compañera para enseñar y para aprender.

9. Crea expectativas. Tenemos que ser capaces de vender nuestro producto. Y hacerlo de la mejor manera posible. En el mundo del marketing el mejor producto es aquel que mejor se vende, independientemente de si es mejor o peor. Así que nosotros debemos vender aquello que enseñamos mediante la creación de expectativas. La creación de expectativas son muy útiles al inicio de una sesión lectiva. Una vez entréis en el aula, lo primero que debéis hacer es dar a conocer vuestro producto, lo que enseñaréis. Y hacerles ver que será algo único, especial, diferente, maravilloso, increíble. Estas expectativas serán recogidas por vuestros alumnos y os aseguro que la predisposición para su aprendizaje será mucho mayor.

10. Bromea. En otros artículo he afirmado que se puede y se debe aprender jugando. Pues bien, en este artículo también quiero pensar que se puede y se debe aprender bromeando. Porque cuando bromeamos estamos enseñando a nuestros alumnos que nos podemos reír con la gente y no de la gente. Una broma dicha a tiempo es un arma tremendamente poderosa para establecer un vínculo emocional con tus alumnos. Favorece el lenguaje figurado, rebaja la tensión, crea distensión, sirve para establecer transiciones entre las diversas actuaciones en el aula.

 

 

 

Texto original: http://goo.gl/chevVN

Every school day brings something new, but there is one status quo most parents expect: homework. The old adage that practice makes perfect seems to make sense when it comes to schoolwork. But, while hunkering down after dinner among books and worksheets might seem like a natural part of childhood, there's more research now than ever suggesting that it shouldn't be so.

Many in the education field today are looking for evidence to support the case for homework, but are coming up empty-handed. “Homework is all pain and no gain,” says author Alfie Kohn. In his book The Homework Myth, Kohn points out that no study has ever found a correlation between homework and academic achievement in elementary school, and there is little reason to believe that homework is necessary in high school. In fact, it may even diminish interest in learning, says Kohn.

If you've ever had a late night argument with your child about completing homework, you probably know first-hand that homework can be a strain on families. In an effort to reduce that stress, a growing number of schools are banning homework.

Mary Jane Cera is the academic administrator for the Kino School, a private, nonprofit K-12 school in Tucson, Arizona, which maintains a no-homework policy across all grades. The purpose of the policy is to make sure learning remains a joy for students, not a second shift of work that impedes social time and creative activity. Cera says that when new students are told there will be no homework assignments, they breathe a sigh of relief.

Many proponents of homework argue that life is filled with things we don't like to do, and that homework teaches self-discipline, time management and other nonacademic life skills. Kohn challenges this popular notion: If kids have no choice in the matter of homework, they're not really exercising judgment, and are instead losing their sense of autonomy.

At the Kino school, Cera says children often choose to take their favorite parts of school home. “A lot of what we see kids doing is continuing to write in journals, practicing music with their friends, and taking experiments home to show their parents,” she says. Anecdotal information from Kino graduates suggests that the early control over their education continues to serve them well into college; they feel better equipped to manage their time and approach professors with questions.

Standardized Testing

One of the reasons that we continue to dole out mountains of homework, Kohn says, is our obsession with standardized tests. This concern is especially relevant with the latest Program for International Student Assessment (PISA) results placing American students 25th in math and 21st in science. “The standards and accountability craze that has our students in its grip argues for getting tougher with children, making them do more mindless worksheets at earlier ages so that we can score higher in international assessments,” Kohn says. “It's not about learning; it's about winning.”

Even if we can agree on the importance of kids doing better on tests like PISA, Kohn says, there is no research to suggest that homework is our ticket to success. Our “competitors” in the global marketplace are coming up with the same conclusions about homework. A recent comparative study of kids in China, Japan and two U.S. cities shows there is no correlation between time spent on studying and academic achievement.

How Much Is Too Much?

So, what's the solution? The National Parent Teacher Association suggests children in kindergarten through second grade should do homework for no more than 10 to 20 minutes a day, and for third through sixth graders the limit is 30-60 minutes a day. Kohn says the question isn't just, "How much homework is too much?" Many parents would be delighted if teachers reduced the amount their children are getting, but he says the quality of those assignments needs to be addressed as well. “Some of this stuff isn't worth two minutes of their children's time,” he says.

Kohn believes that the “default” setting for schools should be no homework, but that if evening work was assigned on occasion, it better be for a good reason. That means repetitive practice problems from 500-page textbooks get tossed out the window. Instead, Kohn says parents should be asking two fundamental questions:

  1. Does this assignment make kids more excited about the topic and learning in general?
  2. Does this assignment help kids to think more deeply about questions that matter?

What You Can Do

For parents who want to probe deeper into the quality of homework their child is getting, Kohn says the first step is to check the school's policy. In the case where poorly designed homework is being given, it's time to talk to the teacher, sit down with the principal, write a letter to the editor, and/or speak up at the next school board meeting. “It makes sense to do this with other parents,” he says. “Ten parents saying that homework does more harm than good are hard to ignore.”

Wherever the homework debate goes next, be it the front pages or on the back burner, it's worth taking a moment to examine if we're asking the right questions about our children's education. The good news is, it's never too late to start.

See the original text: http://goo.gl/SeGZJD

I am a pragmatist, and I believe in simple, systemic solutions. I firmly believe that the true art/skill/magic/science of teaching is to perfectly match your style with the individual student's needs. Conceptually, many teachers know this is the right way to teach. However, it flies in the face of what most teaching professionals practice. In many classrooms still, students must either adapt to the teacher’s way of teaching or fail.

I often reflect on what we call “teaching” and have come to the brilliant conclusion that it is less about what the teacher does and all about what students learn. How you approach teaching all comes down to what you believe about students and what methods you believe are the best ways to get them to learn. Here is one example of what I believe:

A shaggy but beautiful stray dog came to our house in the country one day. Our hearts went out to it, and we decided to help it. My wife and I put out some food, which it ate, but it refused to let us approach. Every time we tried, it would shy away and stay out of reach. The bottom line is that, for one reason or another, it did not trust us. Who knows what its history was? It trusted us enough to eat our food, but that was as far as it went.

I am sure that, given a few weeks, we could have built a relationship of trust with that dog -- but, unfortunately, it moved on and we haven't seen it since.

Students who come to our classrooms are much like that dog: Unless they trust us, they are unapproachable.

We earn our students' trust by showing them respect in the form of meaningful, challenging, and rewarding learning activities that are worthy of their time and best efforts.

Students in their early years of school are naturally trusting, and -- please don't take this the wrong way -- we abuse that trust in the name of socialization and classroom management. In essence, we teach them to obey rather than to build confidence to explore. As students get older, they often trust less and start behaving much like our shaggy and suspicious visitor. Most students will take what we offer but will not allow a learning partnership because they do not trust us.

Trust works the other way, too. As teachers, we have learned to distrust our students. All it takes is one disruptive young person to ruin it for the rest of the students that follow. We don't want to get burned again, so we tighten the rules and narrow the focus. We develop an attitude that we can't trust our students to learn independently. Especially in the early grades, we feel it is our responsibility to control every aspect of their learning activities so things don't get out of hand, or so they don't make a mess.

We could call this way of thinking the color-between-the-lines syndrome: We like everything neat and orderly. So, by the time the students get to high school, some know how to color between the lines, while others drop out because they don't want to.

There is a solution to this: student-directed learning. As the name suggests, student independence and choice is a central part of it. Teaching is just as much about taking risks as learning is. A teacher has to take a chance on students and trust them enough to be independent learners.

That can't happen if the teacher is uncomfortable about tailoring the curriculum to multiple levels of student performance. (Does this sound familiar?) This lofty goal of differentiated instruction is achievable on many levels, but it is much easier to reach when teachers work together to help individual students.

Unfortunately, many teachers have tried cooperative groups, inquiry, project (process/product/performance)-based learning and had a terrible experience. Perhaps the students did not behave appropriately, or they did not learn, or it was a waste of time. Too often teachers with this first experience are hesitant to try again. Instead, they fall back on what they know works — students in straight rows, individual worksheets, slide show lectures, and direct instruction.

If this applies to you, I would urge you to try again (trust again). I guarantee that each time you try again, it will get better. Students will learn what to do, they will behave better, and they will appreciate your trust.

As I said earlier, teaching flows from what an educator believes is the best way to teach a student. That belief is not demonstrated in mission statements and platitudes, but it is clearly visible in the way teachers set up and run their classrooms and in how they treat their students.

Once a teacher understands the mechanics of the teaching (learning) cycle, discipline and classroom management take a secondary role and the teacher can begin to focus on what he or she can do to help each individual student to learn best -- whatever it takes. We have to get beyond socialization and control, and teach students how to trust themselves to learn in the early grades. Otherwise, we will continue to be frustrated as we end up trying to teach a bunch of skittish stray dogs for students.

 

See original text: http://goo.gl/uuRVGt

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